La confusión que me arraiga desde el amanecer a estado incrementando al paso de las horas aún cuando se supone que todo marcha con normalidad, bueno, marchaba. Desde que salimos de la cafetería ninguno de nosotros a dicho una sola palabra y la incomodidad se filtra por los poros de mi piel, por otro lado Sam, quien me a evitado la mirada y no me a dirigido la palabra.
Todo esto es absurdo y si no fuera porque estoy segura de lo que pasó antes de perder memoria creería que la locura se apoderó de mi.
––Marie, ya no necesitaré tu asesoramiento.–– Nate rompió el silencio.
Mi frente se arrugó ante su comentario, y no precisamente por el que me haya librado de mi castigo si no que esto me sigue dando aún más desconfianza.
––¿Porqué?–– respondí.
––Lamento haber rompido mi palabra, pero tuve que decirle a Sam.–– dijo y mi mente empezaba a dar punzadas ante su estúpida e inexistente acusación.–– Él es un buen chico, y necesita a alguien que lo valore.
Inmediatamente mire a Sam en busca de ayuda, en busca de que terminara este malentendido para poder darle una bofetada a este cabrón. No, no, no. Para poder golpearlo sin cansancio.
¿¡Quién se cree!? ¿¡Quién le hizo creer que ser amable significa coqueteo!? Maldito y mil veces maldito.
––Sam…–– quise hablar, pero me interrumpió.
––Tranquila, está bien.–– respondió el moreno sin siquiera haberme mirado. Seguía con su vista fija en el piso mientras Vlad lo miraba con suma autoridad, como si lo quisiera intimidar…
Mi sangre empezó a calentarse cuando mi mente ataba cabos que tal vez no existen, pero mi intuición me lo gritaba que era verdad. No supe en que momento ni que estaba pensando pero de un momento a otro golpee el hombro de Vlad haciéndolo retroceder estupefacto.
––¡¿Puedes dejar de mirarlo así?!–– dije apuntándolo con mi índice mientras él enarcaba una ceja.
––¿¡Qué, acaso no puedo mirarlo!?
––Oh, por supuesto que lo puedes mirar ¡Pero no de esa forma!
––¿Acaso tengo que tener una forma de mirar en especial? ¿¡Quién es, la nobleza!?
La ira me invadía cada vez que de su boca salían palabras, era el ser más despreciable de todo el planeta. Altanero, maleducado, grosero y egocéntrico, todo lo malo y jodido se representa en él.
––Estas demente.–– añadió Vlad con alevosía.
Y exploté, todo el enojo acumulado salió a brote con las últimas dos palabras. Mi cuerpo y mente se desataron en furia mientras controlaba los impulsos de quererlo abofetear. Vlad tenía la habilidad de molestarme sin siquiera haberlo conocido, me afecta todo de él, es como si en otra vida hubiéramos sido enemigos a muerte y por obras del destino nos volvió a unir.
Detesto su manera de ser, su manera de hablar, su manera de actuar e incluso cuando respira el mismo aire que yo.
Detesto a Vlad con todo mi ser.
––Creo que deberíamos irnos.–– habló Nate ante la incómoda situación. Su vista se dirigió a mi.–– Gracias por la asesoría, nos vemos luego.
Dió media vuelta enseñándome su espalda y haciendo una seña que no logré a ver, el trío asintió y estaban listos para marcharse dejándome de nuevo con el tormento que a invadido mi día. Está era mi oportunidad, y no la voy a desaprovechar.
Antes de que pudieran caminar rodee el brazo de Vlad, el cuál pude sentir cuando sus músculos se tensaron debido a mi tacto.
––No, yo también necesito hablar con ustedes.–– dije.
Nate dirigió de nuevo su vista hacia mi, está vez con su ceño fruncido. Sam, por fin, se dispuso verme pero está vez no había nada de su esencia en sus ojos verdes profundo. Y por último, Vlad, quien solo me veía por el rabillo de su ojo.
––Llevamos prisa, Marie.–– habló Vlad en un tono severo y Nate volteó de inmediato hacia él.–– Vámonos.
Safó su brazo de mi agarré para caminar sin siquiera darme derecho de réplica.
––Lo lamento, Marie.–– se disculpó Nate y fue tras de su hermano.
––¿Sam?
Me acerqué hacia él para que pudiera decirme que está pasando pero este retrocedió al instante.
––Lo lamento mucho, Marie.–· dijo apenado y salió huyendo tras los hermanos.
¿¡Qué carajos esta pasándoles!?
El mar de dudas que creí que acabaría aumentó casi al borde que los contiene. Mi mente empezaba a procesar lo que acaba de pasar, la ansiedad empezaba de nuevo a invadirme debido a que por más que me esforzaba para recordar que había pasado no lograba esclarecerme, y ahora el comportamiento de Sam se añadía a la lista de cuestionamiento.
¿Y si no fue real?
¿Y si estoy al borde de la locura?
Dios, ni siquiera estoy segura si realmente paso todo lo que recordaba. Tallé mi cara frustrada ante las nulas respuestas.
Aunque yo no me doy por vencida.
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––¡Vamos! Muevan ese culo que las ofertas expiran–– exigió Susan mientras caminaba a paso apresurado.
Nath y yo íbamos tras de ella con la misma indiferencia, supongo porque ambas venimos contra nuestra voluntad. Susan paso más de media hora insistiendo en que teníamos que comprar un atuendo para la fiesta de Tyler, Nath ya había negado y como excusa me había puesto a mi, lo cual aborrecí.
»––Si Marie accede, yo lo hago.«
Tal vez no fue una buena decisión de su parte, ya que Susan insistió tanto que no me quedo otra opción que acceder y ganar una mirada fulminante de Nath.
––Estas muy callada.–– habló Nath sacándome de mis pensamientos.–– ¿Pasa algo?
Si, pasa de todo.
––No.–– mentí.–– Solo que estoy muy cansada.
––¿Por qué creo que nos ocultas algo?
Porque lo hago.
––Paranoia tuya.–– respondí restándole importancia.
––Bien.–– suspiró amargamente.–– Quería que tú me lo dijeras, pero ya que no lo haces me veo obligada en hablar.
Fruncí mi ceño desconcertada ante su comentario.
»En realidad no me molesta tus relaciones, de hecho me sorprende que hayas vuelto a abrirte después de lo que pasó con el cacas.–– hice una mueca.–– Pero espero que entiendas que Sam es mi hermano y odiaría verlo mal si…