Nota: ¡Ya son casi 3000 lecturas! Ando muy feliz por ello, les agradezco la oportunidad que le han brindado a esta historia y seguir está aventura.
Yo les tengo solo un capítulo pero ¿Qué opinan sobre un maratón? ¿Les parece? Si es así déjenme un comentario al respecto ❤️
Ahora sí, disfruten su lectura.
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La iniciación de una guerra comienza con el miedo…
La ciudad de Vallejo se había convertido en un caos al amanecer, muchas personas corrían, la noticia de lo que había pasado en la noche no duró en ser relevada.
––¡El apocalipsis viene, arrepiéntanse de sus pecados!–– gritaban unos propagandistas.
––¡Guarden la calma, solo fue una tormenta!–– gritaban otro grupo de personas, aferradas a la lógica.
Me causo gracias saber que, aunque hubiera deseado tener una explicación científica no la había, no existía la ciencia de por medio pero tampoco Intermediaba una religión en concreto.
Y si, por más conflicto que les causará, todo lo que había pasado en la noche tenía un origen paranormal, uno más allá de los estándares de la religión.
Magia, hechicería, brujos o como le quisieran llamar, el punto medio del cielo y el infierno, creados para sanar a quien nos necesite o dañar al enemigo. Somos una mezcla de bondad y maldad, fusionados con dones excepcionales y creados por la intersección de Merlyn, mis ancestros.
El pánico iba incrementando en cada persona, mientras intentaban llegar a una conclusión, o dejándose guiar por las especulaciones. El inicio del caos apenas comenzaba, y ellos no se daban cuenta.
––Es abrumador.–– la voz de Vlad me trajo de nuevo a la realidad.
––Y apenas ha iniciado.–– a su lado, Nate caminaba a nuestro ritmo mientas observaba los disturbios.
Bajé la mirada apenada, todo esto lo había causado yo por debilidad, no pude contenerme, me deje engañar por sus palabras y él tomó la primera oportunidad para dar el primer paso.
Sentí una mano rodear la mía, en un gesto suave y sutil, mi corazón respingo ante su fino tacto. Alcé la mirada y me tope con esos ojos dulces color miel, los cuales me observaban afligidos.
––No es tu culpa.–– dijo convincente, aunque sabía que no fue así.
Fue mi culpa dejarme engañar de nuevo por mi padre, si no lo hubiera escuchado, si no lo hubiera visto todo sería distinto.
––Si te sigues martirizando no ayudarás en nada.–– comentó Nate––. Ya no es momento de que te lamentes, es hora de actuar.
––¿Puedes dejar de hablarle así?–– refutó Vlad molesto––. Ella no tiene la culpa de nada.
––La tiene por no haber cerrado el portal antes de que Mer…
––¡No digas su nombre!–– exclamé antes de que pudiera decirlo––. No aquí, sabes que es peligroso.
Nate rodó los ojos frustrado y replicó:
––De cualquier manera vendrá, eso es seguro.
Sí, lo había dejado claro, ya tenía una entrada y no dudaría en usarla. Pero no era tonto, sabía que aún no era el momento, antes tendría que estar preparado, al igual que nosotros.
––Necesitamos aliados.–– lo dije en un tono bajo para mí misma.
––Por supuesto, Marie ¿Quién de todos aquí crees que nos apoye sin las intenciones de lincharnos?–– respondió Nate irónico––. Parece que se te ha olvidado la historia de este pueblo, o te haz tragado sus mentiras.
Quise, juro que intenté ignorar sus comentarios o su actitud conmigo pero no podía. Sabía a la perfección que tenía mucha culpa por lo que había pasado pero no era la única que había cometido un error en ese momento.
––¿Cuál es tu problema conmigo?–– me detuve.
––Tú eres un problema para nosotros, sabía que estar contigo era peligroso.–– se detuvo también.
––No es momento…–– quiso intervenir Vlad pero Nate interrumpió.
––¿Y cuándo lo va a ser? ¡¿Cuándo nos encuentren y nos acusen de conspiración?!
––No nos encontraran.–– habló Vlad pero hasta su voz sabía que no sería así.
La mirada de algunos transeúntes se enfocaban en nosotros, algunos atentos a lo que decíamos y Nate se le había olvidado que hablarlo alto nos costaría.
Tenía que actuar.
––¡Lo harán! Tendrán que asegurarse que ella…
Antes de que pudiera terminar, un trueno interrumpió, el cielo se pinto de destellos blancos y amarillentos dando por aviso que pronto llegará una tormenta, a pesar de que no había nubes grises si no blancas y el cielo estaba despejado. Sentí como mi piel se erizó al instante, una punzada atravesó mi sien.
Nate abrió los ojos como platos y me miró como si no entendiera lo que acaba de hacer.
La magia aún estaba viva, era como la sangre en mis venas, indispensable para mí. Hace mucho tiempo que no hacía nada de esto, estaba alejada de todas las maneras posibles, le tenía miedo pero ahora… era mi única salvación. Tal como este momento, quería que por fin Nate dejará de hablar y al fin lo hizo.
––Hablaremos de esto en el bosque.–– musitó Vlad.
Ambos estuvimos de acuerdo al no responder.
Mi corazón respingó cuando sentí los dedos de Vlad juguetear con los míos mientras poco a poco se entrelazaban, volteé hacia él pero era ajeno a lo que estaba haciendo, miraba a algún punto fijo sin darse cuenta que con esos simples movimientos mi corazón latía con intensidad. Al sentir mi mirada volteó hacia mí, frunció su ceño.
––¿Qué pasa?–– preguntó.
Le sonreí.
Pasa que me estás volviendo loca, y tú ni siquiera te das cuenta.
––Nada.–– respondí.
Hundió más sus cejas e hizo un ademan de hablar, pero unas voces insistentes y altas captaron nuestra atención.
No. Puede. Ser.
––…detente, Nath, debe tener una explicación.–– Susan trataba de interponerse en el camino de Nath aunque fracasaba en el intento.
––¡Hazte a un lado!–– exclamó tomándola por los hombros y haciéndola a un lado.
Nath caminaba a grandes zancadas con su semblante enojado, mientras me miraba con una furia que pocas veces le he podido ver. Tras de ella Susan corría tratando de alcanzarla pero no lo lograba, Nath se veía muy molesta.