Eclipse de Medianoche

Capitulo 31

No estaba segura de lo que estaba haciendo.

No sabía si está era una buena idea, o la mejor elección, si estaba haciéndolo bien o tenía que tener otra alternativa. Ya era demasiado tarde, ya había tomado una decisión y no me iba a arrepentir, ahora es momento de afrontar mis nervios y esquivar todo pensamiento negativo.

Sentí un leve apretón sobre mi mano, fuerte y consolador a su vez. Vlad tenía la capacidad de saber cómo me sentía, o por lo menos eso pensaba yo.

––No tenemos que hacerlo si no quieres.–– dijo.

Pero yo si quería hacerlo, me aterraba la idea por supuesto.

––Quiero hacerlo.

Asintió levemente, mi estómago se revolvió por el caos de emociones.

Después de lo que yo creí una eternidad, Vlad bajó de su moto y yo hice lo mismo, su mano seguía firme sobre la mía y ese simple gesto me proyectaba tanta seguridad. Después de varios segundos, por fin, caminamos dentro del colegio.

Planté mi mirada en el suelo en cuanto noté las primeras miradas furtivas clavadas en nosotros, ni siquiera se esforzaban por disimular que hablaban de mí, de nosotros, de lo que había sucedido en la plaza, del malentendido con Sam y Nath. Todo el instituto ya lo sabía, bueno sabían la versión de la que creí era mi amiga. Las ganas de desaparecer de nuevo aparecieron, de pronto la idea de ser valiente no era convincente y quería salir de este lugar lo antes posible, pero su leve apretón sobre mi mano me detuvo y cuando menos me lo esperé Vlad puso sus dedos sobre mi barbilla obligándome a alzar la mirada mientras seguíamos caminando.

De nuevo ese pinchazo de cobardía me insiste en regresar, mirar de frente a toda la multitud que juzgaba me era asfixiante.

––Firme, Mar.–– habló Vlad con severidad––. Firme y segura, te pueden juzgar sin conocerte, pero que sepan que no les tienes miedo, a nadie. Imponles respeto con tu mirada, con tu porte, con tu sola presencia.

Cada palabra tocaba una fibra de mi subconsciente, le alentaba a hacerlo, a seguir su consejo pero era difícil hacerlo, más cuando la mayoría te mira con desaprobación. Fue entonces que frente a mi cuatro siluetas se pararon, sentí como mi interior se paralizaba al observarlos.

Nath, Sam, Susan y… ¿Tyler?

Cuatro pares de ojos me observan fijo, en especial la melliza.

Firme, Mar.

Sostuve la mirada hasta que el timbre sonó y todos los alumnos estropearan el duelo. Volví a respirar, pero el vacío de mi pecho solo incrementaba.

––Eres más de lo que todos ellos creen, que no se te olvide.–– Vlad captó mi atención, se veía rígido––. Nos vemos en la salida, cuídate.

Besó mi frente, reprimí el impulso de aferrarme a él para no dejarlo ir, quería que se quedará conmigo.

Vlad se fue de mi lado para irse a su aula, mientras tanto yo llegué a la mía. No creí que esto sería tan difícil. Mis ojos viajaron hacia el asiento tras de Nath, mi lugar, incómoda caminé hacia este y me senté sobre de el. Mi cuerpo se tensó ante la cercanía ¿Cómo era posible estar tan cerca pero a la vez tan lejos?

Quise hablarle, quería solucionar todo de una buena vez, pero antes de que pudiera hablar el profesor Wilson entró eufórico, parecía asustado, cerró la puerta de un portazo y todos brincamos ante el fuerte golpe. Giró su cara hacia nosotros, mi corazón golpeaba mi pecho con intensidad al notar que puso pestillo.

––Hoy… hoy habrá una clase especial.–– habló en un tono nervioso, sus labios temblaban, sus piel era más pálida de la habitual, grandes y notables ojeras adornaban sus ojos, incluso tenía heridas, pequeñas que apenas se podían percibir. Un escalofrío recorrió mi cuerpo––. Hablemos del tiempo, sí… del tiempo, de las probabilidades, del destino… de la vida.

Varios alumnos intercambiaron miradas confusos por la situación y el extraño comportamiento de Wilson.

––Profesor ¿Se siente bien?–– preguntó uno de mis compañeros obteniendo la mirada estremecedora de Wilson.

––Si, de maravilla, mejor que nunca podría decir.

––Pero…

––¡He dicho que estoy bien!

Ante su grito las ventanas temblaron, mi piel se erizó, una corazonada atravesó mi pecho.

Algo andaba mal.

––Alguna vez ¿Les he contado la historia acerca de este pueblo?–– dijo mirando enérgico en diferentes puntos, no hubo objeción––. ¿Les he hablado de nuestro patriarca? ¿De nuestro fundador?–– comenzó a reír, una risa tensa y falsa––. ¿De nuestro respetable general Vallejo?

––Pr-ofesor…

––¡Claro que lo he hecho!–– refutó ignorando a la chica que levantó su mano––. Nuestro respetable general Ismael Vallejo, hijo único de Merife y Aldous, servidor a la iglesia, guerrero en artillerías y el único capaz de derrotar a Sarah Myller.

Jadeos de sorpresa rodearon el pequeño salón por el atrevimiento de llamar por su nombre a aquella mujer del pecado.

––N-no esta permitido hablar de ella.

Sentí una helada en cuanto reconocí la voz de Susan.

––¿Y porqué no habría de hacerlo?–– cuestionó Wilson con una sonrisa de oreja a oreja.

––Esta…

––Prohibido.–– terminé la frase por Susan.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo en cuanto la vista de Wilson cayó en mí, sus ojos estaban completamente negros

––¿Y porqué lo estaría? ¿Qué acaso no es parte de la historia? ¿Porqué no hay información sobre ella? ¿Qué nos esconde el pueblo de Vallejo? ¿Qué nos esconde, Marie?

Mis nervios hormigueaban mis hombros tensados, el temblor de mi cuerpo comenzaba a ser evidente.

»¡Preguntas sin respuesta! ¡Historia sin veracidad! ¡Oh, general Vallejo, en tus palabras no he de fiar!–– comenzó a canturrear, por el rabillo de mi ojo observé como alguien tenía intención de pararse––. ¡Tus manos manchadas de sangre! ¡La vida de otros tomaste! ¡Inocencia arrebataste y con ella te agrandaste! ¡Bailaste un final épico! ¡Creíste que con tú muerte nos íbamos a detener! ¡Abandonaste tú legado, es momento de cazarlo! ¡Traidor Ismael Vallejo! ¡A todo un pueblo haz engañado! ¡A tú pueblo haz abandonado!–– sonrió, de una manera tan torcida y escalofriante.



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En el texto hay: destino, romance fantasia magia, secretos drama

Editado: 24.08.2022

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