Marie.
Retrocedíamos despacio que el tiempo era lento, asfixiante, doloroso. Estábamos asustados por lo que acabamos de presenciar, horrorizados por la última imagen de aquella chica y Wilson con sonrisa torcida.
––Consecuencias de sus errores, de esto se trata el destino.–– dijo con su voz más gruesa de lo que era, nadie objeto––. No quiero pelear, mis niños, quiero solo un favor y me iré, lo prometo.
Mi sien me pulso, el escalofrío recorrió mi cuerpo entero, quise hacerme más chiquita, desaparecer en ese instante.
Marie…
Un susurro a mi oído me estremeció, mis pelos se pusieron de punta.
––¿C-cual?–– preguntó uno de mis compañeros.
––He venido aquí por alguien especial, una chica, no se mucho de ella a excepción de su peculiar nombre. Marie.
Mi corazón respingó al escucharlo, mis latidos comenzaron a martillar mi pecho. Mis ojos pesaban al girarlos lentamente al ver sus reacciones, fue entonces que todo sucedió tan rápido que apenas pude procesarlo.
––¡Es ella!–– gritó un chico señalándome nervioso.
Sentí que alguien presionaba sus dedos sobre mi brazo y me obligaba a retroceder. La melena castaña de Nath se puso frente a mí.
––Aquí no existe ninguna Marie.–– dijo con su voz temblorosa.
––¡Claro que sí, es ella!–– añadió una chica señalándome.
Otra melena, está vez rubia se posiciono frente a mi. Susan.
––Que no existe ninguna Marie.–– replicó.
––¡Es ella! ¡Es Marie! ¡Marie Johnson!
––Si, es ella.
––Ahí está, llévatela.
Cada uno del resto de los alumnos comenzaron a señalarme sin pudor, a evidenciarme como si no hubieran sido testigos de lo que acababa de hacer con aquella chica. Retrocedía cada vez que me nombraban, cada vez que su jodido índice se dirigía hacía mi.
Malditos egoístas, malditos bastardos.
Mi espalda chocó contra la pared y entendí que aquí no tendría escapatoria más que batallar.
––No dejaremos que te hagan daño.–– susurró Nath.
Mis palabras se atascaron en mi garganta, no tenía voz, apenas podía entender lo que estaba sucediendo.
––Su raza es una cobarde, ustedes son asquerosos.–– la voz de Wilson captó la atención de todos.
De repente cada una de las sillas se alzaron y salieron disparadas hacia el grupo de alumnos golpeando a los primeros. Todos gritaron aterrados, unos salieron volando como si fueran marionetas, otros tapaban sus oídos mientras lloraban, otros de retorcían como si de convulsiones se tratará.
Era un caos, me causaba desesperación, angustia, horror. Mi sangre hervía, mi cuerpo temblaba de manera descontrolada, quería que parará, quería que parará…
––¡Detente!–– mi garganta se desgarró por la fuerza del grito, y mágicamente todo se detuvo.
––Aquí estás.
––¡Ni te atrevas maldito loco!–– gritó Susan tomando una de las reglas de plástico y apuntando hacia él.
––Bueno, comenzamos con la estúpida valiente.–– dijo divertido.
––Ah, maldito, tú no sabes con quién…
Fue entonces que sus palabras murieron cuando su cuerpo salió volando hasta la pared y dar un fuerte golpe, perdió la consciencia al instante pero eso no le basto, Susan golpeó cada una de las paredes tan rápido que no pude hacer nada, su cuerpo volaba como muñeca de trapo hasta que se detuvo frente a Wilson quien puso su mano sobre su cuello.
No, no, no.
El ardor de mis dedos desapareció cuando las chispas rojas salieron de mi mano e impactaron con el torso de Wilson y retrocedió al instante. Corrí hacia ellos, las lágrimas comenzaban a salir por si solas, él no se iba a detener.
Marie, no…
Cerré mi mano en un puño, el escritorio salió volando hacia él pero lo esquivo tan fácil como si de una hoja tratará. Miré a Susan, su rostro se tornaba rojo, sus labios morados.
Se estaba asfixiando, la estaba asfixiando.
––¡Nath, ayúdala!
Pero Nath estaba absorta, pálida por lo que estaba viendo.
––Y si algún día, tengo que usarla.–– dije con curiosidad observando el reluciente reflejo de la espada.
––¿Porqué querías cortar la magia? ¡Es maravillosa!–– respondió papá con gracia.
––Hablo enserio papá ¿Qué pasaría?
Su sonrisa vaciló, fue opacada por el rostro serio que lo caracteriza cuando las situaciones son importantes.
––Lo mejor que pueda pasar es que en quien la incrustes su esencia de verá congelada y sufrirá, en todo momento, hasta en su recuperación.
––¿Y lo peor?
––La magia en la espada es muy poderosa, Mary, puede que solo maté a tu oponente, o que maté a toda una multitud cerca de su poder. Es muy peligrosa la espada, solo los dignos pueden tomarla.
Solo los dignos, yo no sabía si era una de ellas, pero en este momento solo habría una manera de salvar a Susan.
––Apolo te invocó, y trae contigo… la espada de Arthur.
Un destello de luz blanca y cegadora apareció en medio del salón, entre está el cuerpo de Apolo salió y con él la espada. Sus manos temblaban en cuanto me la aventó y al capturarla entendí el porque lo hacían. Su energía era poderosa, te quemaba con solo tomarla, parecía que te desgarrara la piel, te mareaba su hedor, pero te impulsaba, te ofrecía su fuerza.
Mi visión a la realidad había cambiado, lo que todo se veía con claridad ahora solo parecía una escena ajena, borrosa, alrededor de mí no podía observar a nadie a excepción de él. De Wilson.
Retrocedió impactado, sus ojos abiertos en máximo esplendor, hizo algunos movimientos con sus manos pero sus ataques fueron inútiles. Apunte hacia él, vi como gritaba lleno de pánico, sus ojos comenzaron a derramar un líquido negro.
Actúe antes de que me arrepintiera.
Alcé la espada hasta mi cabeza y me abalancé sobre su mano, en un furioso movimiento su mano izquierda se separó de su cuerpo.
Gritó agudamente y ráfagas de viento rodearon el lugar, el cuerpo de Wilson cayó bruscamente cuando una sombre negra salió de él y desapareció de la nada.