Eco del caos

Capitulo 10

Despertar entre sueños”

Aiden:

La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas creando un suave halo dorado en la habitación. Me desperté lentamente sintiendo el calor de su cuerpo junto al mío. Nyxara estaba ahí abrazándome con una ternura que me hizo sonreír. Su cabello desordenado y brillante caía sobre su rostro como un río de seda. No podía evitarlo mi corazón latía con fuerza al verla dormir así tan vulnerable y hermosa.

Esa noche había sido intensa. No solo por el encuentro físico sino por la conexión que habíamos forjado algo más profundo que cualquier deseo carnal.

Pero quién podría culparme por pensar en lo erótico Cada rincón de su cuerpo había sido un nuevo descubrimiento cada susurro un eco de placer que aún resonaba en mi mente. Mis pensamientos se deslizaban hacia lo prohibido imaginando lo que vendría después cómo exploraríamos aún más este deseo que ardía entre nosotros.

Mientras la observaba no podía evitar sentirme un poco egocéntrico. Era un afortunado quizás, no solo había tenido a la mujer más deseada en mis brazos sino que también había logrado que se entregara a mí de una manera que nunca había imaginado. Me preguntaba si ella sabía lo que significaba para mí. ¿Podía entender el efecto que tenía en mi vida en mis pensamientos? Era como si cada parte de mí estuviera conectada a su esencia.

Le di un suave beso en la frente disfrutando del momento. Era un instante perfecto tal vez, uno que no quería que terminara. Mis dedos acariciaron su brazo sintiendo la suavidad de su piel. En ese momento me prometí a mí mismo que haría todo lo posible por protegerla por hacerla feliz. Porque al final del día no solo era un deseo físico era un compromiso emocional que había comenzado a florecer entre nosotros.

Mientras mis pensamientos vagaban una visión se formó en mi mente: nosotros gobernando juntos el reino oscuro Imaginar a Nyxara a mi lado en el trono su mirada decidida y llena de sabiduría me llenó de orgullo. Seríamos un dúo invencible guiando a nuestro pueblo a través de las sombras donde la luz parecía escasa. Podía ver cómo nuestras manos se entrelazaban mientras enfrentábamos desafíos cómo nuestras risas resonarían en los pasillos del palacio y cómo juntos transformaríamos el reino oscuro en un lugar de esperanza y fortaleza.

El reino oscuro no solo era un territorio lleno de misterio y peligros era un lugar donde podíamos demostrar nuestra fuerza y nuestro amor. Imaginaba a Nyxara liderando a los nuestros con valentía utilizando su astucia para desmantelar las intrigas que acechaban en las sombras. Juntos podríamos convertir el miedo en lealtad y la desconfianza en unidad.

Con un suspiro profundo me acomodé un poco más cerca de ella disfrutando del momento. Era un nuevo día y aunque la realidad nos esperaba sabía que lo que habíamos compartido la noche anterior era solo el comienzo de algo grandioso. Un futuro donde juntos enfrentaríamos lo desconocido y construiríamos un legado en el reino oscuro.

De repente sentí que era el momento de romper el silencio.

— ¿Sientes algo por mí? —preguntó Nyxara con una mirada intensa y su voz era un susurro que me hizo estremecer.

Me quedé un momento en silencio sorprendido por la sinceridad de su pregunta. — No siento nada —respondí en tono serio mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios— Solo soy un príncipe egocéntrico que busca diversión.

Nyxara me miró sorprendida y luego frunció el ceño. — ¿En serio? ¿No sientes nada?

— Exactamente —dije bromeando— Mis sentimientos son tan profundos como un charco.

— Un charco —repitió ella con incredulidad— Eso es difícil de creer.

— Bueno, quizás un estanque —admití con un guiño— Pero no te preocupes no me ahogaré.

Nyxara soltó una risa suave y me miró con complicidad. — Entonces ¿qué hacemos con esto?

— No lo sé —respondí encogiéndome de hombros— Pero creo que deberíamos explorar lo que esto significa.

— Quizás deberíamos —dije sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo— Pero solo si prometes no ahogarme en el proceso.

Ambos nos reímos y en ese instante la conexión entre nosotros se volvió más fuerte llena de promesas y posibilidades. Mi corazón latía con fuerza y aunque intentara mantenerme distante sabía que había algo más entre nosotros. Algo que no podía ignorar.

Paso un rato y Nyxara y yo charlábamos sobre todo un poco. Hablábamos de su pasado, de las sombras que la seguían, y yo hacía todo lo posible por aclararle las cosas para que pudiera estar tranquila. Quería que entendiera que no estaba sola en esto, que juntos podríamos enfrentar lo que viniera.

Sin embargo, mientras hablábamos, de repente sentí un dolor agudo en mi cabeza. Era como si una daga invisible se hubiera clavado en mi cráneo. Solté un quejido involuntario, y antes de que pudiera reaccionar, gotas de sangre comenzaron a brotar de mis ojos, nariz y boca. El sabor metálico llenó mi boca y me costó respirar.

Nyxara se asustó al ver lo que sucedía. Su rostro se tornó pálido y la preocupación brilló en sus ojos. Intenté tranquilizarla, pero el dolor era abrumador. En mi mente, algo se activó. Comprendí lo que estaba ocurriendo.

— Es mi reino... —logré murmurar entre jadeos— No puedo salir de él. No tengo la fuerza necesaria para estar aquí aún. Y por eso me lastima...

El horror se reflejó en su mirada mientras se acercaba a mí, intentando tocarme, pero yo retrocedí, sintiendo cómo el dolor se intensificaba. Era como si las paredes de este lugar estuvieran presionando contra mí, como si el mismo reino reclamara mi presencia, pero a un precio que no podía pagar.

— Aiden, ¿qué está pasando? —su voz era un susurro tembloroso, lleno de miedo y confusión.

— No lo sé... —respondí, tratando de concentrarme en su rostro, pero la oscuridad comenzaba a nublar mi visión— Mi reino... está conectado conmigo de una manera que no comprendo. Cada vez que me alejo de él, cada vez que intento liberarme de sus cadenas, el dolor se vuelve más intenso.




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