EL CUENTO QUE NO DEBE TERMINAR

Tú convertiste una rosa marchita
en una rosa viva y hermosa.
Jugamos a ser la bella y la bestia,
pero el final no fue como esperábamos.
Quisimos alcanzar las estrellas,
y ellas, al tocarlas, nos quemaron.

En los planes no estaba rendirse.
¿Por qué apareció ahora?
¿Por qué surgió esa palabra no nombrada?
¿Acaso se acabó el seguir pisando fuerte?

¿Dónde quedaron esos felices recuerdos,
donde ambos éramos uno,
donde no existía un mañana ni un final?

¿Qué fue de esa palabra, felicidad?
¿Acaso terminamos siendo comunes,
agotando promesas y pactos?
Solo queda ver el tiempo pasar,
mirar al cielo y rescatar los momentos
que solo tú pudiste salvar.

Contigo todo comenzó,
y todo podría acabar.
Pero me niego a que ese podría sea real.
¿Por qué no luchar,
si aún hay una oportunidad?

Es preferible arder en llamas
que vivir una vida lejos de ti.
Las llamas se apagan,
pero la vida no se recupera.
¿Cuál es tu elección?
¿Arder en un final
o en una nueva oportunidad?

¿Es esto el final?
No puedo aceptar que todo se acabe.
No sé caminar sin ti,
mi camino se perdió cuando tú apareciste.

¿Qué será de mí si tú desapareces?
Es una pregunta grande. Piénsalo:
el perro muere sin su amo,
el corazón sin su amado.
Nunca pensaste en algo tan obvio,
porque antes no lo necesitaste.

Eres mi héroe, sin capa ni espada.
Hiciste más por mí
que el protagonista de cualquier historia de acción.

¿Cómo pudimos llegar aquí?
¿Qué pasó para que todo se perdiera?
¿Acaso el miedo dominó
y dejó que el dragón ganara la batalla?

El príncipe abandonó a su princesa
en un mundo que ella no entendía.
Ella solo quería a su príncipe,
a nadie más podía amar.

Desde el primer día,
la princesa lo eligió a él,
y no quiere dejarlo ir.
¿Dónde queda el cuento sin el príncipe
que le dio inicio?
Una vez empezada,
la historia de dos no puede romperse.

Por eso, hoy te pido:
que este cuento que comenzó
no llegue a su fin,
que sea tan largo como La Historia Interminable,
para así poder estar a tu lado
por siempre.