—Lo siento – dijo el caballero por quinta vez
Ella no respondió nada, solo miraba al frente tratando de controlar su llanto, el cual comenzó hace treinta minutos.
¿Y qué más podría hacer? Cuando su esposo, el hombre que ama y padre de sus hijos. Está ahí, sentado a su lado en la cama. La misma que compartieron por tantos años, donde hicieron el amor millones de veces y ahora le dice que ama a otra mujer y la deja para irse con ella.
—¿Cuándo? – pregunto la dama
—Ana, solo tenemos unos meses …
—¿Cuándo dejaste de amarme? – dijo entre dientes
—No lo sé – responde él ocasionando otro sollozo en su esposa – no llores por favor
Para el caballero era fácil decirlo, pero ¿cómo podría dejar de llorar una persona a la cual le están rompiendo el corazón en milis de pedazos?
Ana levanta la vista cuando él se levanta de la cama y lo ve tomar su maleta para meter su ropa allí.
—No lo hagas, por favor – rogó ella – no me dejes, dime ¿Qué puedo hacer para que te quedes?
—Ya no hay vuelta atrás – dice mientras guarda su ropa en la maleta – ya no te amo
Una bala en el pecho causaría menos dolor, que aquellas palabras de su todavía esposo
Él está decidido a irse, su mujer lo está esperando y no se quedará por nada ni nadie.
Su amor por su esposa acabo hace tiempo y ahora que consiguió una mujer que lo hace sentir vivo de nuevo, no mirará atrás y se irá con su nuevo amor
Por otro lado, ella no solo piensa en que está perdiendo a su esposo, también sus hijos están perdiendo su familia, el hogar donde han crecido. ¿Cómo puede pensar solo en él y dejarlos así, sin más?
¿Qué iba a hacer ahora, como podría seguir viviendo sin su otra mitad a su lado? Miles de preguntas y miedos pasaban por la mente de Ana.
—Dom, te lo pido, no te vayas – ruega de nuevo abrazándolo por la espalda – dime en que falle y lo arreglaré
—Ana, no hagas esto - le dice luego de alejarse de su abrazo – déjalo ya
—¿No te ame lo suficiente?
—Me tengo ir, me están esperando
—No – grita desesperada la mujer - no puedo dejarte ir ¿Acaso no te importa mi dolor? – se rompe en sollozos – me pro-prometiste a-amor siempre – titubeo en medios del llanto
Pero él no le entiende, y tampoco está interesado en hacerlo.
Solo piensa en salir de ahí e irse para siempre.
—Piensa en los niños – le pidió ella
—Ya no hay nada que pensar – le escupió el luego de cerra su maleta – adiós
Tomo sus cosas y salió de la habitación sin mirar atrás
—Adiós – susurró Ana derrotada
……..
Hola, soy Yusne
espero les gusten estos pequeños relatos
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Besos, nos estamos leyendo