La huella del apocalipsis
Delante de él consume el fuego,
y detrás de él abrasa la llama.
Como el huerto del Edén es la tierra delante de él;
y detrás de él, un desierto desolado, y de él nada escapa.
Joel 2:3
DENIS
El proceso de regeneración del cuerpo dañado ya había finalizado cuando estaba en mis cinco sentidos. (...)
Me trataron con normalidad, aunque todos me miraban con curiosidad al ver mis ojos, claro no es normal de ver, un ojo azul y el otro verde, a la vez por separado, es gracioso, no le veo problema, honestamente me da un tema de charla al conocer a alguien, la heterocromía es un tema muy amplio del que hablar en situaciones tensas.
Sin embargo, no quiero ser conocido por mi apariencia única, si no también por mis capacidades o que me pregunten: ¿Por qué te escogieron?
Me da gracia, ver sus rostros de sorpresa al verme, por supuesto lo disimulan, a pesar de ser alguien joven y único, es inevitable ser el centro de atención de los que por hoy se consideran genios, por ser quizás uno de los más jóvenes, parezco un tipo que puede verse influenciado pero, da igual, esos pensamientos son de lo más común entre la gente mayor.
Prefiero volver al presente, donde ahora escucho un susurro, sobre mis conocidos ojos, parece que mi colega no sabe disimular su sorpresa, es gracioso ver como le lanzan un codazo, pero no cabe dudas, ese dúo necesita un nuevo integrante en el equipo. Sonreí.
Dicen (no se quien pero da igual), que la curiosidad mató al gato.
—Siento interrumpir el momento, pero, dime, ¿ya te encuentras mejor Adaia, y… compañía? —pregunte, con una expresión calmada.
—Si Adonis, yo también tengo un nombre por si se te olvido J-U-L-I-E-T-H, ¡Julieth! —la mire con un gesto divertido.
—Cómo olvidarlo, querida antipática, mi nombre es Denis, no Adonis. —mi sonrisa no tardó en aparecer.
—Ya veo, ustedes dos son ahora cercanos, por lo que veo —dijo Adaia con un tono de gracia, por la situación infantil que estaba presenciando.
Se observaba débil, pero tan solo rastros de lo devastada que se encontraba antes.
—Si, pero nos conocimos hace poco, no paraba de mencionarte —señale a Julieth— así que se me grabo tu nombre, —durante gran parte de la tarde Julieth me mantuvo estresado con ese asunto, y es mi deber aclarar que no me estreso y enfado con facilidad— Adaia…un inusual nombre. Pero, bueno, ¿no deberías haberla hecho reposar?, por lo que veo la fiebre bajo, es un gran alivio —reclame a la antipática.
<<de lo contrario tendría que volver a la cápsula>>, pensé algo desanimado, eso debe evitarse, una recaída nueva en este lugar es como lanzarse a la boca del lobo.
—De casualidad, ¿Recuerdas algo antes de llegar a la organización? —me pregunto con voz inquieta.
—La verdad, —respondí, jugando con mis manos y observandola, es mejor tener cuidado con las respuestas que le de— es la pregunta de varios aquí, Adaia.
El silencio se instaló, ambas pensaban, un momento donde sus miradas se cruzaron, como si con ese gesto se dijeran todo lo que pensaban, no interrumpí, era… interesante.
—Si es así, espera, no me tomes por loca pero… es posible —suspiro, y continuo— ¿Que nos hubieran borrado la memoria…? —dudo, por lo absurdo que sonaba, pero lo afirmó.
Una pregunta inteligente, todos hablaban sobre los recién llegados, y ella era la que resaltaba en varias conversaciones. Un currículum impecable. Tal vez la perfección no tardaría en aparecer, pero para eso estaba yo.
—¿Borrar la memoria?, ¿La tecnología está a ese nivel?, —Chasqueó los dedos, sin embargo es un hecho que puede ser probable, tal vez llegar a ser seguro— Sabes, me agradas, tienes una mente muy abierta a suponer lo imposible, pero digamos, tu pensamiento puede ser nulo si lo compartes de ese modo a los que si lo recuerdan, como es el caso de Julieth, todavía lo duda, pero mientras más personas que no lo recuerden, más grande se podra hacer tu hipótesis.
—¿Estás pensando que mentí?, —intervino Julieth— yo recuerdo claramente cuando salí del avión y todo fue un éxito y no soy la única, ahora, el hecho de que suceda que más personas no recuerden, es como pasar por el efecto Mandela o factores psicológicos que es lo más probable, para no querer agrandar más la confusión es mejor darles tiempo para asimilarlo —Espero un momento donde nadie hablo— Es lo mas sano por ahora no suponer lo imposible, Adaia no te vallas a confundir—aclaró a su amiga.
—No quiero que me malinterpretes, solamente, es raro que todos tengan paneles de historia parecidos mientras que otros no recuerden nada al respecto, como yo y Adaia, además hay solo un diminuto grupo de personas que no recuerdan, y por el momento solo somos tres, así que su hipótesis de lavado del cerebro, es ciertamente falso si asi lo quieres ver. <<y falta uno más por despertar, aunque ya no se encuentre la cápsula en su dormitorio…>> —añadi, sería mejor dejar suspendida la charla por el momento.
—Bueno…—dijo Julieth— Adaia, es momento que descanses, la DRUC se encargará de cuidarte en nuestra ausencia, verificare que estés estable no te preocupes, dictó que no deberías recibir muchas visitas, solo por el momento, nos veremos mañana así que trata de no sobrepensar las cosas, pronto lo aclararemos todo ¿vale? —comento mientras se levantaba.
Julieth me señaló con el dedo, con una seña con la cabeza me indico que ya era hora de irnos los dos. Al salir fuera de la habitación me indico con su anular que me acercara.