—Ahora que lo pienso ha pasado una hora desde que nos fuimos, Matthew y Max no dijeron qué hora terminarían—les comenté a las chicas
—Tienes razón mejor nos vamos—Diane volteo para mirarme mientras tenía todo el cabello en la cara, le hice señas y ella puso una cara de obviedad para luego acomodarse el cabello.
Nos cambiamos y nos bañamos con una velocidad increíble. De nuevo me giré y el chico seguía ahí, parecía solitario, me detuve un rato a observar, tenía una cámara, no llegue a visualizar bien, pero parecía que estaba tomando fotos al mar, me quedé concentrada en mirar al chico mientras las demás me hablaban atrás mío hasta que me llamaron.
—Oye Nicole apúrate—gritó Diane—hay que ir a por los chicos.
—Cariño, te puedes enamorar luego, ya tenemos que irnos—la señora Denisse se notaba apresurada.
—¡Voy! —les conteste a todas.
Caminé unos cuantos pasos hasta ellas y me detuve.
—Esperen—tuve un momento de reflexión—Aguarden, ¿Qué?
—Que dejes de enamorarte telepáticamente—se burló Diane por mi comprensión lenta.
Daphne se acercó a mí poniendo su mano en mi hombro
—No les hagas caso, ya sabes cómo son— ahí va otro intento de Daphne para devolverme el ánimo, pero como siempre no me quejo.
—Todo bien, pero aceleren el paso—mencionó Denisse
Luego de unas 1 hora de pura charla y caminata largas vimos a Matthew y a Max sentados en un banco de aquel parque, ambos tenían puestos sus respectivos audífonos.
—Supongo que estaban escuchando música mientras nos esperaban—mencionó Daphne que se acercó a ellos por delante para que la notaran ya que si les hablábamos de lejos lo más probable es que no nos escucharan.
Aprovechando la situación me escondí entre los arbustos, gateó hasta llegar a su banco por detrás, me prepare para asustarlos, pero como siempre cuando me levante…
—¡Bu! —sentí como una mano estrelló en mi cara.
Era Max
—Eso dolió—siendo mis últimas palabras caí derrotada en el pasto. Llegué a ver como Matthew giró la cabeza y vio mi derrota a punto de reír.
—Como se nota que nunca podrás asustarnos—esta vez no se echó a reír como las anteriores, sino que mucho peor y los demás lo acompañaron a excepción de Max y Daphne, aunque Daphne se rió un poco.
—Mientras yo esté, claro que no va a pasar—aclaro Max con una sonrisa de la lado mientras me veía tirada en el piso para luego volver a su cara malhumorada y seria de siempre cerrando su libro mientras el otro hermano no paraba de reír como animal.
—Como se nota que si debió doler—dijo Daphne siendo la única que se preocupó por mi estado ya que se metió entre los arbustos y me ayudaba a levantarme.
—Muchas gracias, Daphne—resalte en voz alta—la única que me ayuda y se preocupa de mi bienestar.
Mientras me paraba mire como se acercaron Denisse y Diane.
—Buenas tardes, chicos—saludaron ambas.
—Denisse no se supone que deberías ayudarme eres el único adulto que nos acompaña—protesté sin señales de atención mientras salía de los arbustos junto a Daphne.
—Pero ya todos estamos aquí, ¿Podemos ir a casa? —dijo Matthew ya más calmado luego de tanta risa nos recogió a todos en un fuerte abrazo, tan fuerte que sentimos que nos romperían los brazos, pedimos tregua al mismo tiempo. —bueno—pero pensábamos que se iban a perder camino a la playa—se notaba preocupado hasta que Max habló.
—Tú te habrás preocupado porque yo no—Matthew volteo hacia donde él estaba y le puso una carota.
—Jajajajaja nosotras perdernos si como no— contestamos las tres riéndonos exageradamente mientras los mirábamos.
—No bromeamos es serio pensábamos que se habían perdido han tardado una hora en llegar—se notaba que estaba realmente preocupado a excepción de Max que decidió no hacerle caso y ponerse los audífonos de nuevo.
—Bueno, eso es porque ustedes no nos dijeron a qué hora venir cuando nos dimos cuenta de eso vinimos lo más rápido posible— en serio no nos dijeron nada.
—Sí, no nos dijeron nada de nada —afirmaron las dos chicas detrás de mí, ellos revisaron el chat y vieron que lo que decíamos era cierto.
—Tienen razón mil disculpas chicas le escribí por error a otra persona—eso no fue un error babosa rata, a futuro vamos a saber eso. —Bueno, pero el tema es que ya estamos acá, en fin pónganse sus patines y vamos a casa, ¿Está bien? —respondió
Cuando se pusieron sus patines vi como aquel chico que vi en la playa estaba sentado en un banco lo reconocí por la sudadera que llevaba pensé acercarme para lograr verle la cara, pero sentí una mano en mi hombro era uno de los primos de mis amigas y me dijo vamos a lo cual asentí y nos fuimos en ese momento me olvidé de la existencia de aquel chico.
*A la muy común mañana siguiente*
Ni bien nos levantamos hacemos y cambiamos notamos en la hora del desayuno que todos estábamos cansados, tenían ojeras, parecían desnutridos, también parecían desanimados, para resumir, parecían muertos vivientes.
—Querida familia, —interrumpieron— ahora que quieres —se notaba que no tenía ánimo de nada.
—No nada si no que si nadie habla alguien tenía que hacerlo—tenía que ser el mejor cómico.
—Veamos si dices eso después de una buena golpiza en la cara—se notaba que mamá estaba enojada.
—Oye...oye...oye calma... cálmate de una vez.
—Va me calmo, aunque tiene razón hay que hablar el ambiente está muy silencioso
—Entonces de qué propones que hablemos.
—¿Yo?
—Si, tú eres la que hablo ahora dinos de que quieres hablar
—Bueno... —mente en modo ¡RAYOS, PORQUE CEREBRO HICISTE QUE HABLE DEBÍ CALLAR MI BOCOTA! Con una mezcla de ¿y ahora de qué hablo? Y para finalizar una pizca de ¡ya se les diré eso, muy bien cerebro! Su cerebro: me insultas para luego alabarme bueno en fin la hipotenusa jajajajaja— aún no hemos decidido cuando íbamos a volver a casa a nuestro país a nuestra nación