Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capítulo 2

Cuando ese hombre que acompaña al director Carl Johnson, gira sobre sus talones y ambos caminan en nuestra dirección, juro que morí. Es él, el espectacular hombre del Starbucks

No sé como disimular que lo he visto, dudé en girarme e irme, pero es imposible que deje de observarlo. Además, ya me vieron así que no tiene caso que me esconda. 

Él es como un imán para mí, me arrastra sin el más mínimo esfuerzo y siento que no puedo apartar los ojos de su bella sonrisa. Se siente como observar el mar con las olas en calma, como apreciar un maravilloso atardecer que no puedes dejar de admirar, se siente la paz, la magia, pero en su boca.  

Me encantaría que me mirara en algún momento con otros ojos, pero, ¿para qué va a hacerlo? Si no voy a poder corresponderle.

¡Qué vida tan complicada la mía! Cada vez me convenzo más de que moriré sola.

—Qué bueno que las encuentro juntas—dice Carl llegando a nosotras—, déjenme presentarles a mi buen amigo y colega Edward Collins, es médico cirujano y nuevo miembro en esta clínica. Espero que lo apoyen en todo lo que necesite.

Brenda no pierde el tiempo, extiende su mano y se presenta, eso hace que Carl la observe sorprendido. Entonces Brenda me codea por las costillas para que haga lo mismo. 

—Un gusto doctor Collins, mi nombre es Letty Brown. Bienvenido.

Mis manos sudan, mi corazón late como loco y estoy en extremo nerviosa, tanto que hasta fría me he puesto. Le extiendo mi mano y cuando la toma, siento que no quiero despegarme de él, nuestras miradas toman fuerza y sus espectaculares ojos no se apartan de los míos.

Puedo sentir como el magnetismo de este hombre me hiela la sangre, la piel.

—Un placer srta. Brown—dice encantador y me hace suspirar. 

Entonces como nada es perfecto y dura para siempre, Carl interviene y nuestra conexión de miradas se rompe.  

—Letty, de ahora en adelante solo asistirás al doctor Collins, él será tu jefe inmediato. ¿Tienes algún problema con eso? 

Aunque me emociona, al mismo tiempo me aterra estar siempre con él.

—Está bien. No tengo ningún problema—contesto rápidamente.

Entonces ese hombre con esa espléndida sonrisa se acerca un poco más a mí y con su voz ronca, me dice:

—Espero que podamos ser un gran equipo, señorita Brown. 

—Lo mismo digo doctor Collins.

Esa pícara mirada que me está dando me deja claro que es todo un jugador, tengo que tener cuidado con él. Todas mis alarmas se activan y siento que estoy enfrente de un depredador muy guapo e interesante. 

No debo dejarme engañar o más adelante lo lamentaré. Además, he construído por muchos años murallas tan fuertes alrededor de mí, que ahora me brindan protección y son mi lugar seguro. 

—Entonces no se diga más, Letty enséñale los alrededores al doctor Collins y muéstrale su consultorio, por favor—me dice Carl y yo asiento—. Brenda, ven conmigo, por favor—le dice y se van juntos. 

Para nadie es un secreto que Carl y Brenda mantienen una relación "abierta", lo que no puedo entender es porqué no formalizan su relación si tienen dos años juntos, se nota que se quieren. Ella me ha dicho que es mejor así, sin compromisos, sin celos, sin amor, pero ella no me engaña y sé que se muere por él. En esa relación ya no se trata nada más de satisfacer sus deseos carnales, allí ya hay algo más, solo que se hacen los tontos para no aceptar lo que sienten.

La voz del doctor Collins me saca de mis pensamientos.

—¿Qué te parece si me enseñas la clínica otro día?, muéstrame el consultorio y—se quedó pensativo—, quiero invitarte un café del Starbucks, pienso que el café de esta tarde no lo disfrutaste tanto como deseabas. ¿Aceptas?

Me está invitando un café y siento vergüenza porque nadie me ha invitado nada antes. No sé cómo sentirme al respecto, aunque debo reconocer que me agrada muchísimo su invitación.

—¿Qué dices?

—No sé que decir—contesto tímida.

Entonces acercándose un poco más, se inclina para estar a mi altura y susurra:

—Tal vez deberías empezar por aceptar y decir que sí.

Bastaron esas simples palabras para hacerme sonrojar. Entonces en esos microsegundos en los que sus ojos conectaron con los míos, sentí que su mirada perforó cada espacio de mi ser. ¿Cómo puede este hombre tener esos ojos tan expresivos?, el color azul de sus ojos hace que me pierda en ellos, son demasiado atrayentes.

—Como no he tenido respuesta de tu parte, lo tomaré como un sí y no se hable más.

—Doctor Collins yo…

—No aceptaré un no por respuesta.

No supe que decir, me quedé congelada en mi lugar. Jamás esperé una invitación de él.

Se cruzan por mi cabeza todo tipo de escenarios nada favorables para mí. ¿Acaso nunca dejaré de vivir con miedo y pensar mal de los demás?

Sacudí mi cabeza para dispersar esos pensamientos que me carcomen por dentro, no todo en la vida puede ser malo y él no se ve una mala persona, solo un jugador de primera. Debo irme por las ramas, conocerlo y tratar de descifrar qué quiere de mí. Fuimos directo al consultorio que le corresponde, es amplio, está limpio y ordenado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.