Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capitulo 10

Tener una oportunidad con ella era toda la ventaja que necesitaba para conquistarla.

Sonreía como un idiota tan solo de pensar en ella, pero me inquietaba algo y quería descubrirlo cuánto antes, sus ojos me gritan, me imploran ayuda y no sé por qué, pero siento que Letty está sufriendo. Algo dentro de mí me dice que no me aparte, que no la deje sola porque me necesita y con ese abrazo que me dió me lo hizo saber. 

No sé cuáles sean sus problemas, pero me está preocupando su salud, el semblante y la palidez que tiene no es normal, además es sumamente delgada y eso me inquieta, no sé si se está alimentando bien. 

Tomo mi teléfono y escribí un mensaje para ella de buenas noches con una sonrisa de idiota en mi rostro.


Edward—9:15pm.

Hay algo en ti que me resulta adictivo, ¿sabes qué es?


Lo envío y espero unos minutos, como no me llega respuesta de ella supongo que ya se debió quedar dormida. Entonces coloco el teléfono en la mesa de noche, me acuesto y de pronto mi celular vibra y lo tomo inmediatamente.


Letty—9:30pm

No.😳


Su carita sonrojada ya me la imagino. ¿Acaso no tengo suficiente de eso? 

Creo que nunca me cansaré de verla sonrojarse, Letty me enloquece. Entonces con una sonrisa de hombre enamorado le escribo:


Edward—9:31pm.

Tal vez es tu mirada, tu cabello, tu voz, tu sonrisa, tus ojos… o quizá, todo junto. 🙈 ✨ Feliz noche pequeña, nos vemos mañana


Recibí un mensaje de ella casi de inmediato. 


Letty—9:32pm.

Gracias, me encantó tu mensaje.😳 Hasta mañana Ed, feliz noche para ti también. 😘


Esta preciosa chica, hace que pierda la cabeza por ella cada segundo que pasa. Una sonrisa de idiota enamorado se instaló en mis labios y un cálido sentimiento invadió mi corazón, con esa ilusión presente caí en un profundo sueño.

Me levanté al día siguiente con una inmensa sonrisa, tomé una ducha, me vestí casual y preparé mi café como de costumbre. Entonces quise enviarle un mensaje Letty de buenos días para ver si ya se encontraba despierta. 

Son exactamente las 9:00am.


Edward—9:01am. 

Buenos días pequeña. Quiero saber a qué hora puedo pasar por ti, avísame por favor.🌷

 

Letty—8:02am.

Buen día Ed. Puedes venir por mí cuando gustes.☺️


Ese precisamente era el mensaje que quería leer de ella y, fue el detonante para salir como cohete de mi departamento. Quiero llevarla al cine, al parque a caminar, tener un picnic, porque estoy seguro que son cosas que hace muy poco y que la harían feliz. 

Letty no busca mi dinero, posición o lujos, porque sino no me hubiera mandado al demonio en un principio. Busca protección, atención, cariño, amor…y yo estoy dispuesto a convertirme en su puerto seguro. Quiero darlo todo por y para ella. 

Mientras manejaba en su dirección entró una llamada, era mi madre llamándome como todas las mañanas suele hacer. Me estaciono a un lado de la calle, coloco las luces intermitentes y atiendo la llamada:

 

Hola mamá. Buenos días.

Hola mi bebé, ¿qué tal tu día?

Bien mamá, estoy de camino a…


En ese momento me quedé callado, aún no quería decir que había empezado a salir con una chica, no quería ilusionar a mi madre y después no llegar a nada con Letty. 


¿A dónde vas de camino?—inquirió curiosa.

Mamá luego te explico, es algo incierto ahora.

¿Estás ligando? 


Hasta que no le dijera no se iba a quedar tranquila.


Estoy tratando de conquistar a una chica.

¿Cómo que tratando? ¿Tus encantos no funcionan o esa chica es ciega?

Mamá la conocí hace poco y solo me estoy dando la oportunidad de conocerla, es menor que yo, es tímida, pero muy hermosa.

¡Ajá!, y yo me chupo el dedo. Hijo no quiero verte sufrir nuevamente, por la manera en que hablas ya caíste en las redes del amor. Solo sé cuidadoso, más tarde me cuentas como te fue, mucha suerte mi amor un beso


Mi mamá me dejó pensativo, pero ya no soy un niño y si Letty me gusta debo ir con todo por ella. Cuando llegué a su casa, bajé de mi auto y toqué la puerta. Enseguida me abrió una señora que puso cara de pocos amigos cuando me vió.

—Buen día—dije sonriente—, mucho gusto señora, me llamo Edward Collins—le extendí la mano.

—Mucho gusto, me llamo Rebecca y soy la mamá de Letty—estrechamos las manos y me dijo—: ¿Qué quiere o qué busca exactamente de mi hija?, ya lo he visto traerla varias noches.




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