Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capítulo 15

—¡Me encanta como quedaste!—exclamó y me reí. 

—Creo que exageras.

—No, no lo hago. Ya verás.

Entonces Brenda me tomó de la mano y me hizo caminar hasta quedar de pie frente al espejo. 

De verdad no lo podía creer. El vestido que Brenda me prestó me quedaba muy lindo, es azul cielo con estampado de diminutas flores de colores, ceñido al cuerpo, con mangas flutuantes y escote discreto, me llegaba por encima de las rodillas y podía estar cómoda con él. Preferí utilizar unas sandalias blancas con poco tacón para la ocasión, quería estar lo más cómoda posible.

—¿Esa soy yo?

Me observé tan diferente que mi cara era de asombro total. El maquillaje que Brenda me hizo quedó espectacular, el cabello suelto y en ondas me fascina. Nunca me había arreglado tanto, tan solo espero que a Edward también le guste como me veo.

—Por supuesto que eres tú, estás hermosa. Mejor dicho, eres hermosa. 

—Sí, casi no me reconozco—dije a modo de broma para aligerar mis nervios.

Me siento muy nerviosa porque esta es mi primera cita, jamás he salido con un hombre y Edward era el primero. Quería que todo saliera muy bien y que sea una cita que atesore en mi corazón por siempre.

De pronto mi teléfono empezó a vibrar, cuando ví la pantalla tenía un mensaje de Edward y cuando lo leí me derretí por completo. 

 

Edward—8:29pm.

Su carruaje ha llegado hermosa princesa. Espero por ti. ❤️

 

Edward siempre era muy puntual y eso me encanta de él, todo de él me fascina y creo que me he enamorado de ese hombre, no estoy segura porque es la primera vez que me siento de esta manera, pero quiero saber a dónde me llevará todo esto que estoy experimentando ahora.

En realidad quiero saber lo que es el amor.

Preferí no contestarle el mensaje, tomé mi bolso, apliqué un poco de perfume de vainilla, respiré profundo y me despedí de Brenda, ella con una sonrisa me dijo que dejara todo fluir y es lo que pienso hacer. Aunque estoy muy nerviosa y no sé cómo voy a reaccionar si Edward intenta besarme. 

Cuando caminé en su dirección, de pronto su sonrisa se borró y quise devolverme, quería salir corriendo, pero ya estaba a pocos pasos de él para hacerlo. Cuando estuve frente a él le dije:

—Hola.

No quise verlo a la cara, estaba apenada por su reacción.

—¿Puedo saber por qué no me miras?

—Creo que… no te gusta como me veo—expresé finalmente con mucha vergüenza.

—Mírame por favor—hice lo que me pidió—. ¿Por qué piensas eso? 

—Porque tu cara lo dijo todo y… ya no quiero ir, quiero quedarme en…

Mis palabras quedaron en el aire cuando se acercó un poco más a mí, rodeó con un brazo mi cintura y me arrastró un poco más a su cuerpo, por instinto coloqué mis manos en su duro pecho y pasé saliva con dificultad. 

—Me creerías si te dijera que me pareces la mujer más bella y perfecta que existe en este mundo—no dije nada, pero podía sentir mis mejillas arder—. Me has sorprendido esta noche y déjame decirte que no me gusta como te ves—puse los ojos como platos—, me encanta como te ves, como eres. Eres una linda princesa digna de admirar y discúlpame si te incomodó mi expresión, pero me dejaste sin aliento, te ves preciosa—entonces llevó un mechón de cabello detrás de mi oreja y me dijo—: Tu cabello es hermoso, deberías llevarlo más a menudo suelto, ¿podrás hacerlo?—asentí.

Estaba presa entre sus fuertes brazos, pero a la misma vez me sentía demasiado cómoda. Entonces Edward me sonrió y cuando pensé que me besaría, me aferré a su camisa con fuerza y cerré los ojos, pero mi mayor sorpresa fue que me soltara y abriera la puerta para mí. 

Subí al auto con su ayuda y manejó hasta un restaurante espectacular, me dejó tranquila que las personas que ahí entraban vestían casuales, nada tan elegantes y podía estar un poco más cómoda.

 

 

***

 

 

No puedo parar de observarla, toda ella es un espectáculo para mí. Letty me encanta y estoy enamorado hasta los huesos de ella, esta noche planeo que sea demasiado especial para ambos, pues quiero que sea oficialmente mi novia. Puede que para muchas personas sea una locura total porque nos conocemos desde hace poco, pero eso no me interesa, la quiero a ella conmigo siempre y no descansaré hasta lograrlo. 

Quiero poder protegerla, amarla, respetarla y hacerle saber que no está sola, que me tiene a mí. Quiero convertirme en su puerto seguro, ser ese lugar, esa persona en quien piense siempre y acuda a mi ante cualquier dificultad. La quiero para mí.  

Hay un dicho que dice: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy y es lo que planeo hacer. 

Ver a Letty vestida totalmente diferente con ese vestido que se ciñe muy bien a su cuerpo, que aunque no es voluptuoso me hace pasar saliva con dificultad y desearla es mi mayor perdición. La imaginaba en medio de mi cama dormida luego de hacer el amor, en la cocina de mi departamento ambos cocinando una rica comida como si fuéramos marido y mujer, compartiendo con ella pláticas amenas, ver películas y todo lo que pudiéramos hacer juntos, sin tener que separarnos. 




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