Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capítulo 17

Moría por besarla y que ella me dijera que no sabía cómo hacerlo, fue el detonante de todo mi autocontrol. Sin perder el tiempo la aseguré entre mis brazos y la besé, lento y pausado, quería darme el tiempo de degustarla a mi antojo, de besar sus suaves labios, de saborear su exquisita boca con sabor a chocolate y saberla mía por completo.

Ella me seguía el paso un poco torpe, me transmitía su miedo, como también me hacía saber con su agarre firme en mi camisa que no quería alejarse de mí. Cuando se acopló a mis besos y en cuanto me siguió el paso, profundicé más el beso tomándola por sorpresa cuando introduje mi lengua en el interior de su boca y ella se sorprendió ante la invasión de lo desconocido.

La sentí temblar entre mis brazos, rompimos el beso por falta de aire y junté nuestras frentes.  Entonces mirándola a los ojos le dije:

—Eres preciosa y no sabes cómo me encantas—se sonrojó hasta más no poder y yo aún no tenía suficiente de eso—, quiero mostrarte algo y está en otro lugar, ¿quieres venir conmigo?

— ¿A dónde?—preguntó y me transmitió su miedo e inseguridad.

—A mi departamento—afirmé, se sorprendió y no la dejé hablar cuando le dije—: Eres un libro abierto Letty y no es para nada de lo que estas pensado, solo pasará entre nosotros lo que tú quieras, lo que tú me permitas. No llegaré más allá y a nada más si tú no quieres—acaricié su rostro suavemente—. Confía en mí, solo será un rato, luego te llevaré al departamento de tu amiga, lo prometo.

Ella asintió y fue todo lo que necesité, tomé su mano entre la mía, dejé  un casto beso en sus nudillos y caminamos en dirección a la salida. La ayudé a subir al auto y manejé directo a mi departamento.

En el camino no podía parar de pensar en ella, en su miedo y eso me dejaba pensativo, me hacía preocupar demasiado. No sé qué pasa por su cabeza, pero ya esta situación no me gusta para nada, ella es muy insegura y logra transmitirme todas sus emociones. Tendré que averiguar un poco más de ella y qué mejor manera de hacerlo que con su amiga.

Al llegar me estaciono y la ayudo a salir del interior del auto, me agradece y no dice nada más.

Una vez dentro del departamento noto que se queda parada a mitad de la sala y su cara de terror no pasa desapercibida para mí y me dice:

—¿Qué es lo que quieres mostrarme?—pregunta viendo el suelo.

Me acerco y ella retrocede unos pasos, sé que nada bueno debe estar pasando por su mente, lo que me hace saber que tiene un trauma y lo averiguaré muy pronto.

Entonces le extiendo mi mano y le digo:

—Acompáñame, por favor—ella con miedo toma mi mano y camino en dirección al balcón donde se puede apreciar parte de la ciudad, sus ojos se abren como platos y mirándola a los ojos le digo—: Esto es lo que quería mostrarte y decirte que nunca dudes de mi palabra, quiero que te sientas bien a mi lado y estés segura de que nada que tú no quieras va a suceder. Jamás te obligaría, ahora relájate, solo quiero disfrutar de la preciosa vista a tu lado porque sin ti no tiene sentido.

—Gracias por traerme aquí esta noche, es precioso. Discúlpame por desconfiar tanto, yo…

—No digas nada más cielo—la interrumpí para romper con esa barrera que sentí que colocó nuevamente entre los dos—. Está bien que desconfíes porque así me queda tarea por realizar y la primera es ganarme tu confianza, pero antes pongámosle nombre a esto que tenemos.

—No entiendo—expresó confundida.

—¿Quieres ser mi novia?

—Yo… sí, sí quiero ser tu novia, pero…

—Sin peros señorita, ya no puedes retractarte de lo que has dicho—la vi palidecer, hice que girara dándome la espalda para que apreciara la hermosa vista entre mis brazos y le dije —: Cariño, sé que tienes miedo y es normal, lo único que te pido es que confíes en mí y me des la oportunidad de conocerte más y que tú me conozcas a mí, ¿podrás hacer eso?

—Sí, pero tengo miedo entiéndeme.

Hice que girara y así pudiera verme a los ojos cuando me respondiera.

— ¿Conocernos más a fondo te da miedo o hay algo más?—mi pregunta la tomó por sorpresa.

—Tengo miedo al que dirán en la clínica.

—Entonces aparentemos en la clínica que somos doctor y asistente por eso no tengo problema. ¿A qué otra cosa le temes?

—Me veo y me siento una niña para ti—sus ojos se le estaban empezando a cristalizar y ya sé por dónde va esta conversación—, y si luego te arrepientes y dices que esto fue un error...me destrozaras y no quiero sufrir, estoy harta de eso, yo solo quiero vivir en paz.

—Amor escúchame—coloqué mis manos a ambos lado de su rostro—, mírame—lo hizo y una lágrima escapó de sus tristes ojos y la limpié—. Si sé que estar conmigo te hará daño ya me hubiera alejado de ti, pero en mis planes no está hacerte sufrir. Quiero compartir todo contigo desde lo más simple hasta lo más grande, desde lo mas fácil hasta lo imposible, así que no es difícil de asimilar cielo.

—Yo…

—Si te fijaras bien en la forma en la que te miro, ya deberías darte cuenta y saberlo todo. Quiero estar contigo hoy, mañana y siempre. Conmigo puedes estar segura de que a partir de ahora no existe, ni existirá otra mujer para mí que no seas tú, ¿sabes por qué?




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