Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capítulo 35

Cuatro días después de aquel suceso nos encontrábamos empacando nuestras cosas, el vuelo salía en la tarde y teníamos que hacer rendir el tiempo, teníamos mucho que hacer. 

Letty estaba triste por tener que dejar Nueva York y más allá de eso, alejarse de Brenda la tenía triste. Para tranquilizarla le dije que Brenda podía visitarla las veces que quisiera y que, cuando ella estuviera mejor, le prometí que volveríamos. 

Haría cualquier cosa por Letty, por no verla triste, porque sonría más a menudo, porque deje atrás el pasado y se aferre a la vida que tiene por delante. 

Me aseguré de inscribir a Letty a tiempo en la universidad, específicamente en la facultad de enfermería, mi linda chica tiene madera para esta vocación y sé que es lo que le gusta. Práctica tiene, le falta conocimiento porque no es tan sencillo entender la medicina, hay que tenerle respeto. Esta es una carrera que hay que amar, no es para cualquier persona y sé que a ella le gusta, eso es importante.  

Así, mientras está trabajando en su recuperación tendrá la mente ocupada, sus clases por los momentos serán virtuales, luego podrá ir a sus clases presenciales cuando se sienta preparada para continuar con su vida normal. Espero que no se moleste conmigo por haberme tomado el atrevimiento de realizar su inscripción sin decirle nada. 

También le conté lo que viví en la cafetería cuando me reuní con Carl, se preocupó demasiado por mí, pero le aseguré que estaba bien, no iba a poder ocultarle algo así por más que quisiera. Cuando despertó se dió cuenta de que algo me pasaba, pues estaba en mis pensamientos y no reaccioné hasta que la tuve sentada en mi regazo.  Además, no quise darle mucho detalle porque no quería traerle malos recuerdos. 

Tampoco le hablé mucho de Lucy y su curioso parecido con ella, sin embargo Letty mostró cierto interés en esta chica y me dijo que en algún momento le gustaría conocerla. A lo que no me negué, seguro Letty también se sorprendería de verla. 

En estos cuatro días he salido poco, me he quedado con Letty en el departamento, solo he ido y venido de hacer diligencias y el resto del día me quedo velando sus sueños, cuidandola y asegurandome de que esté bien. He notado que cuando toma el medicamento duerme demás, los hematomas se hacen más presentes en su cuerpo y la noto más enferma, más decaída que de costumbre. Esta mañana no amaneció muy bien, tenía muchas ganas de vomitar y temblaba sin control, entonces me di cuenta de que no podía esperar más tiempo, con los días ella sufría demasiado y no podía soportar verla así un segundo más. 

Letty quería ir al departamento de Brenda por sus cosas, pero no la dejé, el clima estaba demasiado frío para ella y su estado no me gustaba para nada. Terminó molesta conmigo por más de tres horas y no podía parar de disfrutar al ver su cara enojada. Para contentarla la cargué y la llevé hacia la ventana que da al balcón, allí sin sentir la nieve caer en nuestros cuerpos la sostuve por un rato, hasta que su molestia se esfumó y nos fundimos en un cálido y tierno beso. 

Mi hermana Laura dijo que pronto nos alcanzaría en Los Ángeles, no iba a poder venir con nosotros porque está viendo un local para pronto abrir su propio negocio, lo que me hacía muy feliz. Notaba a mi hermana tranquila, feliz y sabía que ella era fuerte y no se dejaría vencer por un desamor, así que podía irme tranquilo confiando en ella de poder alcanzarnos luego. 

El timbre se escuchó en el interior del departamento y fui a abrir rápidamente. 

—¡Qué guapo! Letty tiene que tener cuidado, eres una bomba de tiempo. 

—¡Ay no empieces!, todas ustedes están locas, lo heredaron de mamá.

—¿Dices que mamá está loca?

—Completamente. 

—Entonces todos estamos locos, porque tú no te quedas atrás. 

Lo que mi hermana me dice me hace reir hasta más no poder. 

—¿Y tú a dónde vas? Estás preciosa.

Laura da una vuelta con elegancia y sonriendome me dice:

—Gracias hermanito. ¡Ya tengo local!—la abracé y felicité por esa gran noticia—. Mi estado de ánimo hoy está por las nubes, sé que tengo mucho trabajo por hacer, pero estoy enfocada y motivada así que bueno—suspiró—, pasaba por aquí para desearles un buen viaje. ¿Cómo está Letty?

De la alegría pasé a la tristeza tras su pregunta. 

—La verdad no la veo muy bien, amaneció peor que los días anteriores y se ve demacrada. Estoy desesperado—me sinceré y Laura me abrazó cuando vió mis ojos humedecerse. 

—Tranquilo, todo marchará bien de aquí en adelante. Confiemos en la ciencia y en un milagro de Dios, sé que no es nada fácil lo que estás pasando, permanecer fuerte para ella sin quebrarte te está consumiendo, pero—se separó de mi cuerpo y mirándome con sus ojos inundados en lágrimas me dijo—: Su amor es extraordinario y no sabes cómo los envidio, podrán superar este mal momento, esta prueba del destino para fortalecer su amor y te veré brillando como siempre. No dejes que esto destruya tu espíritu de lucha y te continues apagando hermano. Estudiaste medicina porque amas esta carrera, entonces no te dejes vencer, tienes buenas amistades, conexiones y colegas que pueden ayudarte en esto. No te cierres es todo lo que te pido, mantente positivo, ¿sí?

—Gracias, Laura—la abracé fuertemente—. No sabes cómo necesitaba escuchar estas palabras—besé su cabello.




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