Edward Collins | Trilogía Doctores Libro 1

Capítulo 41

Me desperté desorientada, tenía la intravenosa puesta nuevamente, pero en la mano y apenas podía abrir los ojos.

Cuando todo lo que ocurrió vino a mi mente, abrí los ojos de desmesuradamente y la realidad me golpeó. Estaba sola en la habitación y empecé a llorar como niña pequeña. 

No podía calmarme, quería saber de Edward. Tomé mi teléfono y lo llamé, pero no contestó, de la impotencia que sentía tiré el teléfono lejos, me sentía inútil y a la vez preocupada por mi amor. Rápidamente la puerta se abrió y entonces pude ver a mi esposo y su cara era de preocupación.  

—Amor, ¿qué ocurre? ¿Por qué lloras? 

Está preocupado, lo siento en su voz. Llega rápidamente en mi dirección, me abraza y me permito llorar abiertamente en sus brazos. 

—Estaba preocupada por ti, no quería que nada te pasara, cuando desperté no estabas a  mi lado y me asusté. Y-yo…

—Tranquila, mi cielo. Aquí estoy.

—Pensé que te habían llevado preso.

—Solo era para que no nos agarráramos a golpes nuevamente cariño. Estuvimos en la oficina del director y agradecí que dieran de baja al doctor con el que me peleé. Él no tenía porqué decir cosas y expresarse como lo hizo, yo solo quería molerlo a golpes y matarlo de haber sido necesario.

—No digas eso amor, tu no tienes la culpa y mucho menos me gustaría que mataras a alguien por defenderme. 

—Por tí me vuelvo loco—me quedé pensativo un momento—. Escuchaste todo, ¿no es así?

—No todo, pero sí lo último que dijo. Es una mala persona ese doctor. 

—Concuerdo contigo, cariño.

Rompí el abrazo para observarla, tiene la vena del brazo levemente hinchada por desconectar el suero con brusquedad, acaricio su brazo y hace una mueca de dolor. 

Ella paseó su mirada por todo mi rostro y acarició mi mejilla levemente hinchada, luego posó sus dedos en mi labio roto y los besé, para tranquilizarla le digo que estoy bien, que estoy entero y en una sola pieza, finalmente al escucharme ella suspiró con tranquilidad. 

—Cariño, esta mañana tuviste un ataque de nervios, debes controlarte ante emociones fuertes. 

—Sentí que no podía respirar y luego me sumí en la oscuridad. 

—Debes controlarte cariño, te desmayaste. 

—Lo siento.

—Gracias al cielo que Jake estaba cerca y no te dejó sola un segundo,  se movió rápido ante la situación y le agradecí por ello. Ahora debes comer, son las tres de la tarde. 

—Sí, tengo hambre. Me deja tranquila que estas aquí conmigo, mi amor.

—Siempre lo estaré, mi vida. 

 

 

**

 

Tres días después. 

 

POSITIVO, POSITIVO, POSITIVO.

Leía y releía el resultado de compatibilidad de médula ósea de Lucy con Letty, aunque tenía la esperanza de la posibilidad de que fueran compatibles, verlo hecho realidad es diferente. 

Lágrimas de felicidad se desbordan de mis ojos al saber que pronto mi esposa saldrá de esta situación y podremos ser felices de una vez por todas.   

—¿Y?... —Pregunta Jake.

—Es positivo Jake.

—¡Qué bueno hermano! Me alegro mucho, ahora solo hay que hacer el procedimiento y esperar que el cuerpo de Letty reaccione bien. 

—Es lo que más quiero, que el proceso se haga cuanto antes. 

—Entonces llama a Lucy y dale las buenas nuevas, tienen que darle la noticia a tu esposa, ella debe saber que Lucy será su donante.

—Hablaré con Letty, aún no le he dicho nada. 

—Todo será un éxito hermano, confiemos en que así sea. 

Emocionado salí del consultorio de Jake y caminé en dirección al jardín del hospital, no paraba de ver el cielo agradecido y de prestarle atención a cosas tan simples de la vida y que antes ni siquiera reparaba en ellas. Escuchar el canto de los pájaros, sentir la brisa fría en mi rostro, respirar el aire puro, ver las flores moverse con el viento y sobre todo, agradecer a Dios por una nueva oportunidad, por estar completo y sano; no tiene precio. 

Saqué el teléfono del interior del bolsillo del pantalón y llamé a Lucy. Un repique, dos y…

 

Hola Edward, ¿cómo estás? ¿Cómo está Letty?

Bien, todo muy bien. Te llamo porque ya tengo los resultados de la compatibilidad de médula ósea. 

Y...

Es positivo, Lucy. Eres compatible con mi esposa. 

Wow, esa sí que es una gran noticia. ¿Cuándo haríamos el procedimiento?

Cuanto antes mejor Lucy, pero dependo de ti. No te preocupes por nada, costearé tus gastos, es lo mínimo que puedo hacer por ti. 

Nada de eso Edward, me has ayudado bastante y ustedes merecen ser felices, se aman y si puedo ayudar…¿por qué no hacerlo? Además le tengo mucho cariño a Letty, es una buena amiga. 




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