Capítulo Cinco

—¿Sirenas? —a Baekhyun no le gustaba la forma en que muchos seres sobrenaturales fueron apareciendo en su vida. Para un hombre que se había prometido que se mantendría alejado de la población no—humana, estaba fallando espectacularmente.

Teddy flotó más cerca de Baekhyun. —Te ves muy bien. Tu aura brilla.

—Apártate, espectro —gruñó Chan, mostrando sus colmillos.

—¿Qué? No estoy haciendo nada. Además, ¿qué puede hacer un fantasma? —preguntó Teddy.

—Los dos sabemos el tipo de daño que un fantasma puede hacer —Chan respondió en un tono duro.

Baekhyun quería preguntar, pero el cansancio se dejó caer en sus huesos mientras se apoyaba en la barandilla, exhausto.

—Vamos, bebé, vamos a descubrir lo que está pasando en la mañana. Las sirenas ya se fueron. Podemos mirar alrededor más tarde. Necesitas descansar un poco —Chan pasó el brazo por la cintura de Baekhyun y le ayudó. Tan pronto como la cabeza tocó la almohada, Baekhyun cayó en el sueño. Pensó que Chan dijo algo justo antes de que la oscuridad se hiciese cargo, pero sólo cogió unas palabras mientras lo observaba dormir. Baekhyun no sabía si debía estar tranquilo o con los pelos de punta.

Un murmullo se abrió en el subconsciente de Baekhyun. El sonido, suave y seductor, lo sacó de la oscuridad del sueño reconfortante. De mala gana, Baekhyun abrió los ojos para ver quién causaba la música tentadora.

—Shh —dijo irritado. Necesitaba más descanso. Ubicado en la almohada, trató de bloquear el sonido seductor.

—Despierta, bello —dijo una voz suave y masculina que le habló al oído.

—Aagh —Baekhyun se despertó de golpe y se apartó.

El hermoso rostro de Xiumin apareció a la vista.

—Buenos días —dijo Xiumin.

—Um, buenos días —Baekhyun buscó en la habitación, buscando desesperadamente a ver si alguien más se había colado en la noche. Apenas recordaba meterse en la cama.

—Se duerme como un niño, sin miedo —comentó Xiumin.

Baekhyun frunció el ceño. —Hasta ahora no pensé que tenía que preocuparme de que alguien me atacase en mi sueño. —Antes, Baekhyun ni siquiera se había preocupado porque lo atacaran mientras estaba despierto.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Chan entró en la habitación de Baekhyun, una mirada de desaprobación en su rostro mientras observaba la presencia de Xiumin.

Baekhyun nunca había estado tan feliz de ver a un vampiro en su vida.

Xiumin se encogió de hombros. —Vine a ver lo que estabas protegiendo. Es muy bonito.

—El vampiro llegó a tocar a Baekhyun, sólo para que su mano fuera golpeada lejos por Chan, que se había trasladado a una velocidad sobrenatural a intervenir.

—¡No lo toques! —Chan gruñó. —No vuelvas a tocarlo.

—¿Qué te hace pensar que eres al único que quiere? —se burló Xiumin.

—Oohh, Xiumin, ya sabes que Chan te va a matar —dijo Teddy, flotando a través del piso.

—¡Todo el mundo por el infierno fuera de mi habitación! —gritó Baekhyun.

¿Cómo podría estar su cuarto más ocupado que una estación de metro y todavía no estar recibiendo ninguna acción?

Ambos vampiros dejaron la disputa a la mitad de la frase y se volvieron hacia él.

—¿Qué? —replicó Baekhyun.

—Si quieres algo de acción, cariño, yo estaría encantado de ayudarte. —Los ojos de Xiumin brillaban con lujuria mientras pasaba la mirada por Baekhyun.

—Puedes esperar afuera —dijo Chan a Xiumin deliberadamente. Inclinó la cabeza hacia la puerta.

—Está bien. La próxima vez que desees un favor, te voy a recordar cómo no te gusta compartir. —Xiumin se deslizó de la cama y salió de la habitación.

Baekhyun no dejó escapar el aliento hasta que el otro vampiro se había ido.

—Hey, todo está bien —dijo Chan en tono tranquilizador. —No dejaría que Xiumin te tocara.

Antes de que Baekhyun pudiera decidir si eso era bueno o no, Chan le dio un beso. Baekhyun esperaba un golpe de calor o emoción.

Lo que sintió fue más como volver a casa.

La boca de Chan rozó la suya y otra vez hasta que Baekhyun se mareó por la falta de oxígeno. De mala gana, agarró los hombros de Chan y lo empujó. Falta de aire, examinó la expresión de Chan. La adoración en los ojos del vampiro no ayudó a su problema respiratorio.

—Lo siento, necesito oxígeno —explicó Baekhyun.

Chan sonrió. —Ha pasado un tiempo desde que me acosté con un ser humano.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Baekhyun. Al escuchar su creciente afecto reducido al nivel del mero sexo era como tirar agua helada sobre su erección.