Capítulo Cinco

Ellos completaron el resto del viaje en silencio. Xiumin quería estar con Chen en el coche, pero el cambia—formas Dragón había decidido volar sobre el coche y poner a Chawon en el coche. De vez en cuando el sol golpeaba a Chen en el ángulo correcto y revelaba la bella sombra de su forma de Dragón. Volando junto a Chen estaba Tae, el hermoso Dragón dorado que realmente había trastornado a Chan.

De hecho, conseguir que Chan estuviera todo posesivo era probablemente la razón por la que Baekhyun se quedó tranquilo. De vez en cuando echaba una mirada de reojo a Chan. Xiumin esperó al debate sobre la naturaleza posesiva de Chan, pero nunca llegó. A pesar de que peleaban como niños, a veces, la relación entre Chan y su compañero era absolutamente madura. Baekhyun se había adaptado a la situación bastante bien para un ser humano... o por lo menos una especie de humano. Hyerim dormía, acurrucada en el costado de Chawon. El ronquido rítmico de Chawon era el único ruido en el coche y Xiumin deseaba que Baekhyun pusiera música. Estaba irritable y ser forzado en la parte trasera del coche con dos dragones, que incluso en forma humana desprendían mucho calor corporal, le daba sensación de estar encerrado y aplastado. Por no mencionar el olor acre del humo exhalado por Chawon entre ronquidos.

Ociosamente se preguntaba si Chen le daría un paseo a cuestas.

—No, compañero —dijo Chen en la cabeza con una sonrisa.

—¿Puedes oírme incluso ahí arriba? —Xiumin preguntó con curiosidad. Se inclinó sobre el cuerpo de Chawon y miró por la ventana. Chen se abalanzó desde lo alto y permaneció cerca del coche, un escarlata brillante contra el cielo azul con las nubes blancas dispersas.

—Puedo oír todo. ¿Por qué crees que te hago sombra?

—¿Qué puedes ver desde allí arriba?

—Mi casa. Los picos de las montañas que desafían el suelo y se elevan por encima de las nubes.

—Suena mejor que escuchar los ronquidos de Chawon.

Tae se unió a Chen mientras lentamente seguían al coche, flanqueando el vehículo. La extraña procesión empezó a subir a las montañas.

—Lo hacen para nuestra protección —dijo Chawon suavemente.

Xiumin se volvió hacia el hermano de Chen. Su opinión sobre Chawon, aparte de la irritación de sus ronquidos, no era buena. No estaba seguro de si era el vínculo de pareja o alguna otra cosa, pero la creencia de Chawon que Chen era un traidor irritaba a Xiumin. Él todavía no confiaba en el tercer Dragón en este pequeño grupo. Su opinión no cambió cuando Chawon despertó.

—¿Por qué no estás ahí? —Xiumin preguntó irritado.

—Alguien tiene que estar cerca de la Princesa —dijo Chawon. Usó un tono que sonaba como si Chawon pensara que Xiumin era un idiota por preguntar.

—¿Por qué no puede Chen? Él fue quien la encontró.

—Chen es un gran guerrero, tal vez el mayor guerrero Dragón que las montañas han conocido jamás, pero tengo mi lugar aquí, como la última defensa. Si algo sucediera tomaría a la Princesa y volaría.

Chawon habló con firmeza y Xiumin sintió el orgullo de la raza a través de él como Chen, su Dragón, era respetado. Entonces cayó en lo que Chawon había dicho.

—Dices todo eso, pero todavía dudabas de él —Xiumin regañó.

—Cuando un Dragón es tan antiguo como Chen, y no se ha apareado, a menudo se vuelven inestables —Chawon se encogió de hombros—. Me entregaron pruebas y dieron mis órdenes. Ese es mi papel.

Xiumin guardó para sí lo idiota que pensaba que Chawon era. No podía dejar de pensar en ello, sin embargo, y oyó la risa de Chen en sus pensamientos.

—Más adelante está la entrada —Chawon interrumpio a Xiumin escuchando los bellos sonidos de la risa de su Dragón—. Una vez pasemos por allí, podemos sentirnos seguros.

Xiumin no dijo lo que pensaba, sobre que viajar al lugar donde vivía un Dragón no era seguro, especialmente para los dragones que no cuentan con el apoyo del Rey.

No había ningún guardia en la puerta, nadie detuvo su camino, y finalmente se detuvieron frente a un enorme muro en expansión que daba la ilusión de desaparecer en el interior de la montaña en el extremo más cercano a ellos. Había un pequeño grupo de gente esperando por ellos.

—Es su Majestad —dijo Chawon orgulloso. Hyerim saltó del coche en cuanto el vehículo se detuvo. Corrió directo a las manos de un hombre mayor con el pelo sorprendentemente blanco. Él la tomó en sus brazos y la abrazó con fuerza durante mucho tiempo. Xiumin salió y se quedó con Chan y Baekhyun. Chen cayó junto a ellos y cambió en un instante. La camisa roja que fluía, ahora estaba pegada a la piel por la brisa y él era tan magnífico en su forma humana como en su forma Dragón. Tae aterrizó, se movió y flanqueó el otro lado de ellos.

Un hombre se separó de la pequeña fiesta de bienvenida y de inmediato se apresuró a Chen antes de tirar de él en un estrecho abrazo. Xiumin sintió a Chen tenso y escuchó la palabra “maldición” en sus pensamientos.

—Jongdae, pensábamos que estabas muerto —dijo el desconocido. Xiumin no tenía por qué ser empático para escuchar la falsedad en su bienvenida. Además, estar viendo lo que pasaba con el chico nuevo siendo todo simpático con Chen, a Xiumin no le gustó ni un poco. Se sentía posesivo, se acercó a Chen y pasó los dedos por el Dragón. Chen no discutió. Si acaso le agarró más fuerte.