Capítulo Ocho

Baekhyun se estremeció en la cámara fría de piedra. ¿Por qué estaban Chan y él aún ahí? Habían descubierto quién había secuestrado a la niña. Sabían que Tae había engañado al Rey y había sido responsable del secuestro de la Princesa. El trabajo de Baekhyun ya estaba hecho. Quería ir a casa y acurrucarse con Chan en su cama y planificar su cuarto de baño nuevo.

Pateó una piedra en su camino, viendo cómo se dio media vuelta para chocar con otra.

—¿Qué pasa, cariño? —preguntó Chan. Baekhyun suspiró. —¿No podemos ir a casa?

—¿No quieres salvar un reino? —Chan bromeó.

—No mucho. Chen en realidad no nos necesita para esto y no seríamos de mucha ayuda contra un Dragón —declaró Baekhyun.

—Estamos aquí por el apoyo moral. Xiumin está un poco asustado por la cosa de ser el compañero de un Dragón. Tú no abandonarías a un amigo en un momento de necesidad, ¿verdad?

El ‘sí’ se cernía sobre su lengua, pero no podía decir la palabra, no con Chan mirándolo con tanta expectación.

—No —Baekhyun arrastró la voz desde el fondo de su alma. Maldita sea, ¿cuándo se había convertido en blandengue?

El abrazo de Chan empujó el aire de sus pulmones. —Chan, ¡vamos! —exclamó Baekhyun. Recibió un sonoro beso en la parte superior de su cabeza antes de que el vampiro le soltara. Dándose la vuelta, se encontró con Chen y Xiumin mirándolos.

—¿Qué?

Chen negó con la cabeza. —Nada. ¿Vienes? Si realmente no quieres venir puedo volar hasta tu casa.

Baekhyun se echó a reír. —No hay forma que vaya a ninguna parte en el lomo de un Dragón.

Habían llevado un coche y Baekhyun planeaba mantener ambos pies completamente en el suelo. Estar a miles de pies sobre el suelo precariamente montado en un Dragón no era la idea de pasar un buen rato para Baekhyun.

Chen resopló. —Entonces ven. Puedo olerlo adelante.

El grupo comenzó a moverse de nuevo avanzando. Baekhyun se preguntó hasta dónde llegarían estas cuevas. Si los diamantes se extraían aquí, los túneles podrían continuar para siempre. Afortunadamente, tenían un guía Dragón. Baekhyun no sabía si podría encontrar la salida por su cuenta.

Chan pasó un brazo por la cintura de Baekhyun. —Deja de preocuparte, amor. No voy a dejar que te pase nada.

A pesar de que no sabía lo que Chan podría hacer contra dragones, Baekhyun agradeció el apoyo de su amante.

Incluso con Chen declarando que estaban en el camino correcto, tomó mucho tiempo caminar penosamente a través de lo que parecían kilómetros de pasillos subterráneos. Si Baekhyun nunca entrara en otra caverna subterránea en su vida después de esto, sería muy feliz.

Un fuerte grito provocó un escalofrío por la espalda de Baekhyun. Ellos empezaron a correr. Baekhyun tuvo que levantarse al caerse varias veces en la oscuridad hasta que recordó que podía convocar una luz. Aún tratando de ponerse al día, Baekhyun deliberadamente deseó poder ver. Una luz brillante apareció ante él.

—¿Cómo va eso, Baekhyun?

Baekhyun gritó y se agarró el pecho.

Smudge, su familiar, envolvió su cola alrededor de su cuerpo. —No hagas eso. Me tengo que ir o voy a perderlos.

Sabía que Chan no iría demasiado lejos sin él, pero Baekhyun no quería ser el que frenara a todo el mundo.

—Ya lo hiciste —declaró Smudge, mirando fijamente alrededor de la caverna. Esta parte de la mina era un área más amplia que se bifurcaba en otros tres túneles. Baekhyun trató de escuchar y ver si podía oír a los demás.

—Maldita sea, ahora ¿cómo voy a salir de este lugar? —La ansiedad por su amante se apoderó de él. ¿Qué pasaba si el Dragón mataba a Chan antes de que Baekhyun llegara allí? Por primera vez desde que Chan había declarado que quería a Baekhyun, Baekhyun se preguntó qué sería la vida sin un vampiro agresivo tratando de dirigir su vida.

Sólo tardó unos segundos en darse cuenta de que su vida sería triste y solitaria sin su vampiro—. ¿Por dónde se fueron?

—Puedo oír —dijo Smudge, agitando su cola.

—Me di cuenta. Espera, ¿hiciste algo? —No escuchó nada más allá que a su felino agresivo.

Smudge ronroneó. —Sabía que lo hice bien cuando te elegí. Quiero que seas muy cuidadoso, Baekhyun. Tae no es alguien con el que jugar. Un Dragón puede matarte fácilmente, incluso a un gran humano como tú.

—No soy gran cosa —gruñó Baekhyun—. Y estoy cansado de todo el mundo preguntando si soy humano. Si los paranormales tienen tantos sentidos, ¿cómo es que nunca pueden decir que soy humano?

—Odio tener que decirte esto, Baekhyun, ya que estas tan orgulloso de tu humanidad, pero no eres cien por ciento humano. Las otras criaturas ven a través de tu sangre. De hecho, muchas especies diferentes están envueltos en tu ADN, pero te has convertido en un ser humano en apariencia. Eres probablemente el ser humano menos humano que he encontrado. Te encuentro fascinante. —Los ojos del gato brillaban con interés, como si hubiera visto un ratón especialmente jugoso.

El estómago de Baekhyun se revolvió. —¿Así que me convertiste en eso? ¿En anti—humano?