Capítulo Nueve

El pequeño grupo comenzó a hacer su camino a través de las cuevas en silencio. Wonpil seguía mirando por encima a Chen, su mirada pensativa. A Xiumin no le gustó la expresión en los ojos de Wonpil. Cuando entraron en los túneles, Smudge desapareció con una sacudida de la cola y un estrechamiento de sus rasgados ojos verdes. Chan y Baekhyun se habían adelantado, discutiendo en voz baja sobre el acuerdo que Baekhyun había contraído con Smudge sin siquiera saber el pago. Si era una promesa de un familiar que lo tenía atado por la eternidad o algunos otros por lo que siguieron dándole vuelta al asunto. Xiumin no deseaba mal a Baekhyun. Sólo esperaba que Smudge tuviera otros planes aparte del engaño habitual que su especie solía perpetrar con aquellos que elegían.

—Quiero darte las gracias —dijo Wonpil suavemente. Xiumin lo miró y vio que se dirigía a Chen.

—No tienes nada que agradecerme —respondió rápidamente Chen.

Chen parecía distraído y en el borde, y el calor de su cuerpo era palpable. Cuadró sus hombros y bajó la mirada hacia sus manos, las cuales aún tenían las puntas de sus garras sobresaliendo a través de la piel.

—¿Qué pasa, Chen? —preguntó Xiumin.

—Todo se siente mal —dijo Chen con tristeza—. Pensé que sabía todo de Tae. —Se detuvo a media zancada y Xiumin se detuvo con él. Wonpil miró a los dos, pero, evidentemente, consideró que era más seguro caminar con Chan y Baekhyun—. Él era un amigo.

Xiumin se acercó y puso una mano abierta en el pecho de Chen. Una chispa blanca tenue iluminó la pequeña cámara brevemente y luego murió hasta que estaban en sombras por las antorchas de la pared otra vez.

—Lo siento —dijo Xiumin—. Por lo que pasó con Tae, por la traición. Tiene que ser duro.

—Sólo dijo la verdad. Parecía que los dragones eran muy unidos como en una familia y había multitud de vínculos entre las generaciones. Deslizó su mano y tomó el rostro de Chen. Chen inmediatamente frotó la mejilla contra el toque—. ¿Qué puedo hacer para ayudar?

Chen puso a Xiumin cerca y entrelazó sus manos detrás de la espalda de Xiumin para sostenerlo firmemente. Enterró la cara en el cuello de Xiumin y el vampiro se estremeció ante el breve golpe de calor que Chen exhaló.

—Lo siento —murmuró Chen—. No sé lo que me pasa. El fuego dentro de mí está tratando de salir.

—¿Cuál es la causa de eso?

—Pubertad —dijo Chen en una carcajada.

Xiumin se rió junto a su amante. —¿Supongo que la pubertad fue hace mucho tiempo para ti?

—Sólo un poco. No vas a creer lo destructivo que el fuego puede ser. Deberías ver cuántos sueños calientes tuve. He destruido muchas camas.

—Así que estamos descartando la etapa de la pubertad de los dragones. Creo que estás confundido y enojado y te sientes traicionado. —Xiumin dio un codazo a Chen hasta que su amante Dragón levantó la cabeza—. Estaba jugando contigo —Xiumin terminó su evaluación—. Debemos dormir, y hacer un plan sobre lo que tenemos que hacer con esta cosa del nigromante y todo estará bien.

—¿Eso crees? —Chen no parecía convencido, pero al menos su voz tenía alguna esperanza de que lo que Xiumin estaba diciendo era verdad.

—Debes cambiar cuando lleguemos a la parte superior y soltar parte de este calor —bromeó Xiumin. Se apartó y sacudió su camisa—. Estás caliente. —Miró hacia abajo para ver dos marcas de quemaduras en el material blanco, y rápidamente miró hacia la horrorizada expresión de Chen.

—¿Qué he hecho? —dijo Chen con miedo. Xiumin podía ver que la ropa de Chen estaba intacta, ¿cómo era posible? —. Nuestra ropa se regenera —Chen respondió a la pregunta no formulada.

—Así que estás ardiendo. Mucho.

—Vamos a seguir caminando. Creo que lo que has dicho sobre el cambio es bueno. —Chen se obligó a salir con los dientes apretados. No se veía bien, con los ojos medio cerrados y con una brillante capa de sudor en cada parte visible de su piel. Comenzaron el viaje de regreso con Xiumin y corrieron lo más que pudieron. Su pecho estaba apretado y su respiración jadeante. Los malditos túneles a veces estaban a unos cuarenta y cinco grados y estaba claro que no estaba tan en forma como había pensado. Suspiro de alivio cuando el último túnel casi terminaba y estaban casi fuera. Un dolor agudo lo apuñaló y se dobló con las manos sobre los muslos.

—¿Xiumin? —Baekhyun y Chan se cernían sobre él. Baekhyun llevó una mano a la espalda —. Habla conmigo. ¿Estás bien?

Chen gruñó bajo en su garganta y el sonido hizo eco en el túnel. —Tengo que... yo... tengo que... irme... —logró decir—. Le va—va... —Se tambaleó hacia la luz al final del túnel y desapareció por la esquina.

Xiumin se enderezó y puso una mano en la pared para no perder el equilibrio. —Deja cojo aliento —dijo Xiumin.

—Te ves como el infierno —comentó Chan.

—Gracias por eso, Chan —dijo sin expresión Xiumin. El dolor se había aliviado. No había duda de que era parte de un nuevo enlace loco que tenía con su amante.

Wonpil se unió a ellos y permaneció indeciso. Su cara estaba roja por el esfuerzo, pero no estaba lanzando fuego como Chen. Evidentemente, no se vio afectado porque Chen estaba ardiendo.