Capítulo Dos

Chan miró a Baekhyun como si se hubiera vuelto verde y le hubieran crecido dos cabezas extra.

—¿Aceptaste un caso de compañero que engaña, el tipo de caso que desprecias y que una vez comparaste con el culo del demonio, sólo por qué el cliente es humano?

Puso los ojos en blanco. Tratar con su novio vampiro a veces le daba más trabajo que cualquier otra cosa en su vida. A Chan solía desagradarle cualquier decisión que tomara sin él.

—Es un trabajo, y además, el chico a investigar no parece humano.

—Un trabajo que te envía a una localización cuestionable, discutió Chan, ignorando su afirmación. Se cruzó de brazos y lo miró a él.

—Si estás asustado, no tienes que venir conmigo, le dijo.

Chan gruñó. —Si no hubiera llegado a casa a tiempo, habrías salido solo.

—Habría estado bien —podía cuidarse sólo. Puede que no supiera como usarlas la mayor parte del tiempo, pero tenía habilidades mágicas.

—No vuelvas a tomar un caso sin mí.

Suspiró. La expresión seria de Chan le llegó hondo. Podía ignorar al vampiro cuando se volvía mandón, pero la preocupación sincera en los ojos de Chan retorció el cuchillo de culpa en su pecho.

—No soy un completo inútil, y no voy a pedir permiso. Soy un hombre adulto.

—Un hombre adulto que puede estar yendo a una trampa. —Chan le colocó una hebra de su pelo, detrás de su oreja.

—¿De qué estás hablando? —¿Se había perdido un trozo de conversación en alguna parte? Pensaba que estaban discutiendo su temeridad al tomar un caso sin la aprobación de Chan. Ahora estaban hablando de un doble juego. ¿Chan había estado viendo de nuevo sus viejas películas de detectives?

—Has hecho algunos enemigos, Baekhyun. Sólo a las sirenas les encantaría ponerte las manos encima. No puedes asumir que todos van a decirte la verdad.

—Él no estaba mintiendo —no sabía cómo, pero sabía que Yongguk había sido sincero. —Vamos y encontremos a su novio.

—¿Dónde conseguiste la cámara? —preguntó Chan, cuando la sacó de la bolsa de cámara en su hombro.

—La encontré en el armario de la sala de registros. Espero que funcione. No creo que mi Smartphone haga zoom suficiente para conseguir una foto buena con esta luz.

—¿Esa todavía utiliza carrete? —Chan le frunció el ceño a la cámara.

—No. No es tan vieja. Es digital. —No sabía por qué, pero se había sentido obligado a traer la cámara con él. Su vieja cámara había muerto hacía unos meses, y no la había remplazado. Encontrarla en la sala de registros, había parecido ser un golpe de suerte.

—Tómame una foto —Chan se enderezó y posó.

—¿Por qué?

—Para comprobar si funciona. Además, entonces tendrás una foto mía. —No preguntó si las cámaras funcionaban con los vampiros. Chan solía ofenderse cuando hacía preguntas inocentes como esa. Como si tuviera que tener un amplio conocimiento sobre los vampiros, sólo porque estaba emparejado con uno.

Se encogió. Sacó la tapa de la lente y tomó una foto de Chan. Comprobó en el visor la foto y se congeló, mientras miraba la imagen. —Esto es raro.

—¿El qué? —preguntó Chan, envolviéndole un brazo a su alrededor. Observó por encima de su hombro para poder mirar.

—De alguna forma, aparezco en la foto —le mostró la pantalla de la cámara a Chan.

Revelaba un contorno borroso de él junto a Chan.

Chan tomó la cámara. —Déjame probar algo.

Antes de que pudiera negarse, Chan le tomó una foto. Esperó a que su amante examinara la pantalla.

—¿Y bien?

Chan se encogió. —Creo que pasa algo raro con esta cámara. Quizás está encantada. Giró la cámara, y vio a Chan de pie junto a él, de nuevo con un contorno borroso. —Huh. ¿Qué crees que significa?

Chan le devolvió la cámara —No lo sé. Puede ser una cámara de almas.

—¿Se llevó mi alma? —jadeó. Debería haberlo pensado mejor antes de tocar las cosas de su tío muerto. Nada de lo que había sabido de su tío había resultado cierto.

—No. Muestra el alma gemela de una persona. Eso tendría sentido, ya que nos mostró el uno al otro —concluyó Chan, con una expresión petulante.

—Hmm —se negaba a apoyar esa estúpida teoría. —Haré más fotos luego y veré que pasa.

Chan puso los ojos en blanco. —No pienses demasiado en ello. Estamos hechos para estar juntos, la cámara lo demuestra.

—Sí, pero no me ayudará con mi caso actual. Yongguk no va a entenderlo si le envío fotos con una forma borrosa junto a su novio. ¿Cómo voy a explicar eso?

Chan sacó de su bolsillo una pequeña cámara digital. —Podemos usar esta.

—Siempre preparado, ¿no?

—Lo intento. No querría que estropearas tu primer caso humano.

No dijo nada. Odiaba que Chan tuviera que salvarlo de sus errores constantemente.

—No es así, mi amor —Chan lo besó en la mejilla —considérame uno de esos accesorios indispensables.