Efdlcdladd 05 - El caso de la perla púrpura [sulay]

Capítulo Cinco

Baekhyun se movió incómodo en su sillón. No fue el asiento con las almohadas esponjosas lo que lo causó. No, fue más la intranquilidad creada por los dos guardias, con espadas, de pie delante de él y Chan, y mirándolo como si fuera un cerebro en un frasco de muestra.

—No me dijiste que iba a ser así —pensó. —Es como si pensaran que voy a hacer algo.

Chan miró a los guardias. No miraban al gran vampiro terrorífico, sino a él. Chan no parecía anonadado por su comportamiento.

—Hay magia en el palacio, para evitar que los vampiros causen problemas —contestó Chan. —Ahora que pienso en ello, hay magia que evita la violencia paranormal o a los intrusos. Supongo que los humanos no visitan el palacio a menudo.

—No eres de ayuda —contestó. —¿Qué puede hacer un humano contra los fae y todas esas hojas afiladas? ¿Y de todas formas, de quién fue la idea de venir?

—Tuya, mi amor —Chan rió, y el guardia más cercano lo miró rápidamente.

—Deja de enojar a los soldados, antes de que te apuñalen —sugirió. Desearía poder reírse de esto, o encontrarlo divertido de alguna forma, pero eso no iba a pasar hoy.

Se había despertado esta mañana, sin casos en su escritorio y con la brillante idea de comprobar con la triada fae, si reconocían al tipo rubio de la foto.

Había recortado al humano de la foto, y a la gárgola, por lo que todo lo que quedaba, era el fae en una posición extraña, inclinado hacia la izquierda. Cuando la foto se imprimió no mostró las marcas en su rostro. El hombre rubio no era nada más que un tipo excepcionalmente atractivo, rompiendo a una pareja con besos que chupaban energía. Nada inusual ahí, se dijo.

El suave sonido de tela deslizándose sobre el mármol, hizo que comprobara el sonido y se levantara cuando la triada fae se acercó. Inclinaron sus cabezas en absoluta sincronía, primero a él luego, muy deliberadamente, a Chan.

—Pueden irse —dijo uno de ellos, a los guardias.

Los guardias no discutieron y se alejaron a las sombras del amplio pasillo.

Uno de la triada habló, aunque no podía diferenciar cual. —¿Querías vernos, Baekhyun Byun?

—¿Y también tú, Chan, el vampiro? —la forma en que añadieron el título de Chan fue graciosa. Miró a Chan, pero este no parecía hacerle gracia. Sino mortalmente serio y completamente centrado. Hizo una pequeña inclinación a los tres fae y sintió, más que vio, a Chan haciendo lo mismo.

—Estamos trabajando en un caso —mintió.

—No es un caso realmente, ¿no? —comentó Chan.

—Shhh. Déjame encargarme de esto —contestó. Siguió hablando con los fae. —El caso involucra a un hombre, y creemos que podrían conocerlo, o saber de él.

Sostuvo la foto y la giró para que los tres pudieran verla.

Lo que pasó después, lo sorprendió.

Bueno, no debería haberse sorprendido para nada.

Despertó en una celda.

Barras oscuras de hierro, cubrían un lado de la celda desde la roca sólida hasta la roca sólida, y no había nada en medio, ni una ventana. La luz ambiental, venía de unos trozos de cristal en la pared y mientras veía el resplandor parpadear, se dio cuenta de que le dolía la cabeza. No sólo dolor de cabeza, sino una franja de agonía abrumadora que presionaba sus sienes. Gimió y se arrastró en el duro lugar dónde estaba estirado, paró de moverse cuando su frente rozó algo. Parpadeó ante el rostro de Chan mirándolo. Había lágrimas en los hermosos ojos de ámbar y dorados de este.

Nunca había visto a su amante vampiro llorar antes.

—¿Qué passsa (3)? —dijo con dificultad.

Chan le tocó la frente con su mano fría. Se dio cuenta, de que estaba usando el regazo de Chan de cojín. La sensación de sentirse sostenido era reconfortante, el dolor detrás de sus ojos, no tanto.

—No lo sé —contestó Chan suavemente. Esas simples palabras lograron que hiciera una mueca.

—Lo último que recuerdo, es que la triada miró la foto, y al minuto siguiente estábamos aquí —Chan suspiró y siguió dándole el masaje tranquilizante en las sienes. El efecto fue instantáneo, la presión era la justa para ayudar a que el dolor de cabeza se disipara poco a poco. Alzó una mano para presionarse los párpados y se golpeó en el ojo. Sobresaltado, se dio cuenta de por qué. Le faltaba el peso de la pulsera.

—Mi pulsera de dijes —dijo. —¿La tomaron? ¿Cómo pudieron hacerlo?

Chan negó con su cabeza. —Desearía saberlo —su voz era baja, pero podía escuchar algo en el tono. ¿Algo que Chan no le explicaba?

—¿Chan?

—Siento que estés aquí —ofreció Chan. —Nunca debería haberme involucrado en tu vida. Si no hubiera entrado en tu casa ese primer día, no estarías aquí.



#4348 en Fantasía
#911 en Magia
#1579 en Fanfic

En el texto hay: gargolas, magia

Editado: 02.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.