Efdlcdladd 05 - El caso de la perla púrpura [sulay]

Capítulo Siete

La larga subida por las escaleras en espiral, hizo que Baekhyun se preguntara cuán abajo habían estado atrapados. Tenía tiempo de sobra para decidir, que nunca iba a volver a tomar un caso humano. Fue su deseo tomar un cliente no paranormal, lo que los metió en este lío. Claro, los casos paranormales a menudo amenazaban su vida, pero ninguno había acabado como un encarcelamiento de por vida. Pensó, que prefería la muerte antes que la prisión o alguna maldición espantosa en la que era convertido en piedra.

Suho se tambaleaba a menudo. Evidentemente, salir de su carcasa de piedra se había cobrado un precio en su cuerpo. Jadeando por aire, la exgárgola dependía de la pared para sostenerse, mientras subían. Desacelero su paso, para que Suho pudiera seguir el ritmo y que los fae no le apuñalaran con la espada por la espalda, para que fuera más rápido. La hoja encantada del guardia, iluminaba el camino, y la única vez que Chan dio un paso fuera de la línea un chisporroteo de energía salió y envolvió sus muñecas con chispeantes ataduras.

Cuando alcanzaron un par de puertas dobles, el pequeño grupo paró. Se encontraron con más guardias delante de las puertas de madera con adornos grabados y piedras preciosas, una falange entera de guardias.

—La reina exigió su presencia —dijo su guardia.

—Exigió al humano híbrido, no al resto —contestó uno de los guardias de la puerta.

—Ella querrá verle a él —señaló a Suho, quien estaba en pie en las sombras, hasta que dos guardias lo acercaron a la luz.

—¿Por qué?

—Porqué él era una gárgola hasta hace unos diez minutos. —Las palabras no fueron particularmente ruidosas, pero cada guardia de la puerta de la reina, miraron a Suho como si le hubiera crecido una segunda cabeza en lugar de meramente transformarse de piedra a carne y hueso. Escuchó susurros desde lejos a la derecha.

—No puede ser.

—¿Es realmente él?

—Escuché rumores…

—Pero es imposible.

El portavoz de los guardias de la puerta, miró a Suho con una expresión con los ojos agrandados, como si esperaba que volviera a cambiar en cualquier segundo.

—¿Cómo entró en la prisión? —preguntó, sin mostrar signos de dejarlos entrar.

—No lo sé —su guardia se giró para mirarlos, claramente buscando una explicación a como Suho entró en el lugar. Como si él lo supiera.

—¿Podemos acabar con esto? —preguntó. Estaba empezando a pensar que los guardias hablarían para siempre, y que él moriría de viejo, fuera de los aposentos de la reina.

Chan rió.

—¿Hay algo divertido, vampiro? —preguntó su guardia.

Chan negó con la cabeza. —Nop. Si ustedes dos han terminado de hablar e intercambiar chismes, podemos entrar dentro, ahora, ¿o planean dejar a la reina esperando?

Un guardia, que no había hablado todavía, abrió la puerta. Al menos uno de ellos, estaba usando el sentido común.

Golpeó a Chan con el codo. —Deja de echar leña al fuego.

Lo último que necesitaban, era que la bravuconearía del vampiro enfadara a la reina fae.

—Atrapa —sólo tuvo un segundo, para procesar la orden antes de que sus brazos se llenaran con su familiar negro.

Gruñó. —Creo que debemos recortar gastos en pescado —un pinchazo de garras, hizo que se retractara. —Lo siento —Smudge ronroneó, pero no habló.

Cargó a su familiar, en los aposentos, con él. Había pasado mucho tiempo desde que abandonó la idea de que podía conseguir que el gato hiciera algo que él deseara.Si Smudge quería que lo llevaran, él lo llevaría. El familiar nunca hacía nada sin una buena razón. Smudge no se daba aires de grandeza.

La reina estaba sentada en un elaborado trono de oro que brillaba bajo los candelabros. Tenía el mismo brillo etéreo que notaba en todos los fae, incluso en Suho. Pero había algo frágil en ella. Su rostro frío, sin expresión y con un lado cubierto con los comunes tatuajes de plata. Examinó sus marcas. Eran diferentes de las de la triada o de Suho. ¿Había una enciclopedia de los símbolos fae, en algún lado explicando a los forasteros todo lo que significaban?

—Veo que finalmente conocemos al gran salvador de todos los fae, el humano híbrido Baekhyun Byun.

—Sólo Baekhyun está bien —dijo, tan respetuosamente como pudo.

La reina desestimo sus palabras, con un movimiento de la mano.

—Mis sobrinos me han hablado mucho sobre ti —la voz de la reina helaba su sangre, como témpanos por su piel. Abrazó a Smudge más cerca, nunca más agradecido por la calidez del familiar.

Por primera vez, notó al trío de pie a un lado. Ah, entonces la triada eran los sobrinos de la reina de hielo.

—Entonces me tiene en desventaja… Su majestad —añadió, con una ligera inclinación de su cabeza. Quería decir algo mordaz, como que ellos nunca la habían mencionado, pero no quería tentar a la suerte.

El trío lo observó, con la misma intensidad de siempre. Uno de ellos, dio un paso adelante con su pulsera de dijes en su mano. Smudge subió a su pecho, luego se colocó alrededor de su cuello, sus garras clavándose.



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En el texto hay: gargolas, magia

Editado: 02.09.2023

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