Efdlcdladd 05 - El caso de la perla púrpura [sulay]

Capítulo Diez

Lay se puso en cuclillas. Jamás se había sentido tan miserable y solitario en su vida. Se había alimentado de Suho y por una vez, su nivel de energía estaba completamente cargado. Pero ahora, Suho no lo estaba mirando, y él quería hablar. Su corazón no podría sobrevivir a perder por segunda vez a su amante.

—Está bien —trató de poner convicción en su voz, pero falló miserablemente.

—Lo entiendo. Ha sido mucho tiempo, y acepto tus elecciones.

—Lay, espera…

—No evitaré que te vayas de nuevo.

—¡Lay, cállate! —gritó Suho.

Apretó los labios para poder callarse.

—Lo que sea que pienses de por qué lo hice, acepté participar en una misión para demostrar mi valentía. Quería mostrar a la reina, igual como lo hicieron tus otros pretendientes, que yo era digno de su hijo.

—No tienes que…

—Sé qué piensas eso, pero quería que tu madre me aceptara, tenía que demostrar mi valía —Suho suspiró pesadamente. —Mira, en medio de una de mis pruebas, me encontré con un hechizo. No estoy seguro si la reina tuviera algo que ver con eso, pero ella era la única que conocía a donde nos llevaría el curso de los desafíos. Fue un hechizo de trampa diseñado para mantener a alguien envuelto en su propia esencia.

—¿Mi madre saboteó tu prueba? —frunció el ceño.

—No estoy seguro —no quería señalar con los dedos a una mujer muerta. Lay ya tuvo suficientes malos recuerdos de su madre.

—Ella me dijo, que si me amaras hubieras peleado por cada artículo en la lista de misiones para realizar. Pero nunca regresaste. Nunca entraste por la puerta con tu sonrisa y todo ese amor que tenías para mí en tu corazón. Me dijo que la misión, solo mataría a un compañero predestinado que hiciera trampa o traicionara su amor. Sabía que somos el uno del otro, así que pensé…

Las lágrimas gotearon de sus ojos, pero a Suho no les llamó la atención. En cambio, enterró su cara contra su cuello y lo abrazó fuerte, hasta que el hombre en sus brazos, apenas podía respirar.

—Pensaste que te había traicionado.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo? —El dolor en la voz de Lay retorció su corazón.

Se alejó un poco. —El hechizo fue una maldición. No podía volver contigo, no después de lo que sucedió.

—¿Qué quieres decir con una maldición? Parece que estés bien —el tono acusador y la acusación de Lay, lo apuñalaron. Dio un paso atrás.

Se giró para mirar por la ventana, demasiado dolorido para enfrentarlo en ese momento.

—El hechizo me convirtió en una estatua, con forma de gárgola hecha de piedra.

—¿Piedra? —dijo Lay, horrorizado.

Asintió. —Fui maldecido para convertirme en una gárgola. Me convertí en piedra y se deshicieron de mí, en una tienda paranormal de trueques.

Lay le deslizó una mano, sobre la espalda. —Oh, amor mío, pensé que me habías dejado. Pero ahora te quedarás, ¿no? Podemos estar nuevamente juntos.

Contuvo su respuesta. Eso era todo lo que quería. Que la oportunidad de ver a su verdadero amor fuera real. Cuando fue maldecido, todo su mundo de había derrumbado, pero aún amaba a Lay. Pero nada de eso sería posible. Evidentemente, su falta de respuesta era un espacio que Lay podría llenar con sus propias suposiciones.

—Me lo vas a hacer otra vez, ¿verdad? —le preguntó.

—No…

—Si me dejas esta vez, no te molestes en volver —Lay le quitó su mano de la espalda. Se dio la vuelta y agarró la muñeca de Lay.

—Te amaré hasta el día de mi muerte.

—Entonces… ¿qué te impide quedarte?

—No tengo otra opción —dijo. —Este cambio es temporal. —Subió la manga de su chaqueta y extendió su brazo derecho, para mostrar a Lay la piel gris y agrietada. —Con cada segundo que permanezco aquí, me estoy volviendo de piedra.

Lay sintió que su corazón se rompía un poco. Se negó a creer que su amor no podría superar una maldición.

—Arreglaremos esto —dijo. —Debe haber una manera de romper la maldición.

Negó con la cabeza. —Vayamos a donde Baekhyun.

Lay recordó al humano con la hermosa aura de magia. El mismo Baekhyun que había matado a su madre.

—¿Qué puede hacer él?

—Sólo vayamos.

Asintió. —Está bien —esperaría para hacer más preguntas, cuando estuvieran frente a Baekhyun. No quería hacer más acusaciones, para evitar que Suho se enfadara.

En segundos, estaban de vuelta en la sala del trono, y parecía que nadie se había movido, desde que se habían ido.

—Ya era hora de que regresaras —espetó alguien.

Lay apartó la atención de su amante, para mirar a quién había hablado. ¿Quién se atrevía a hablarle de esa manera? El humano de la esquina. ¿Este era Baekhyun?

—¿Quién eres tú? ¿Qué eres? —Tuvo que parpadear un par de veces, porque el aura del hombre casi lo cegaba.



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En el texto hay: gargolas, magia

Editado: 02.09.2023

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