FIESTA

No hacía ni veinticuatro horas que la niñata esa estaba en mi casa y no la aguantaba ni un minuto más. En cuanto salí por la puerta me subí a mi lamborghini huracán evo y me puse música, en este momento estaba sonando wow de Post Malone y sin quererlo empecé a pensar en lo que acababa de pasar en mi casa, reconozco el valor que tiene la 'Naranjita' de plantarme cara a mi pero eso le iba a salir muy caro a la muy imbécil, a mi no me vacila ni mi puta madre y de eso se iba a dar cuenta muy pronto porque si lo que quiere es jugar con fuego que luego no lamente haberse quemado, porque creerme que lo hará. Cuando quise darme cuenta iba por la carretera a casi a 180km/h y todo mi cuerpo irradiaba tensión, definitivamente esa niña me pone de mala hostia. Mientras iba conduciendo a casa decidí mandarle un mensaje a Joel para que fuera saliendo a la puerta, os estaréis preguntando porque motivo vamos en el mismo coche y no cada uno en el suyo, bien pues cuando nos sacamos el carnet juntos acordamos que cada noche llevaría el coche uno y así el otro podía beber. Con el tiempo acabamos emborrachándonos los dos y conduciendo en ese estado sin importarnos lo más mínimo las normas ni las leyes. También, nos hemos quedado a dormir en casas de otros amigos y amigas miles de veces después de las fiestas para evitarlo aunque el que siempre procuraba no conducir bebidos es Joel. A mi, como ya habréis comprobado me la suda, soy de los que piensan que hay que vivir al límite porque vida solo hay una. El caso es que cuando Joel cumplió los 20 se echó novia y empezó a ser más responsable. A ver siempre ha sido más responsable que yo está claro pero en ese momento decidió sentar completamente cabeza y dejar de beber o por lo menos no pillarse las que se pillaba hasta tal punto de acabar en las afueras de la ciudad o incluso en otra ciudad. Un año y medio después lo dejaron y Joel al estar tan acostumbrado a la vida responsable decidió seguir así y beber poco en fiestas así que vayamos con el coche que vayamos siempre conduzco yo para ir pero para volver es él quien conduce. En cuestión de dos minutos había llegado ya que vivíamos a tres calles el uno del otro y allí, en su jardín estaba una de las mujeres del servicio que me abrió amablemente el gran portón para dejarme entrar al jardín de la casa que daba a la puerta principal, aparqué justo en frente y la misma mujer que me había abierto el portón me abrió la puerta de la casa.

--Vaya vaya ¿A quien tenemos aquí? Al capullo número uno de los capullos --Escuché como dijo una voz, en cuanto me giré vi a Dayan levantándose de uno de los sofás del gran comedor con su pijama negro de encaje y esa piel morena que dejaba al descubierto ligeramente para ser testigos de lo perfecta que es. Dayan, es la hermana pequeña de Joel, tiene 17 años y si no fuera porque es menor de edad, que es la hija de la mejor amiga de mi madre y en consecuencia de eso es la hermana pequeña de mi mejor amigo probablemente me la hubiera tirado, esta muy buena y es la típica niña que lo sabe perfectamente y por ello se aprovecha de los tíos para conseguir de ellos lo que quiere, una chica lista vamos. Entre nosotros nunca ha habido nada más que atracción física sin resolver por la estrecha relación que hay entre nuestras familia, los Justices y los Davis siempre han estado muy unidos a nivel de amistad y de trabajo, de hecho todo el mundo en este país y hasta en el continente lo saben. Mama y Carol crecieron juntas, ambas vienen de dos familias muy poderosas en España, fueron a la misma escuela, se graduaron juntas y juraron que sus familias estarían juntas, cosa que han cumplido desde luego, sus hijos son mejores amigos, hasta sus maridos son íntimos y trabajan juntos, mi padre y el padrastro de Joel son buenos socios, cada uno tienen un pequeño porcentaje del negocio del otro ya que ambos tienen un negocio conocido, el señor Davis tiene una cadena de hoteles muy importante en Europa y América, estoy segurísimo de que mamá y Carol piensan hacer que Dayan y la 'Naranjita' se hagan intimas. En definitiva, la niña pequeña de los Davis es una pequeña diabla que hace y deshace lo que le da la gana a su antojo cuando y como quiere, sabe demasiado para su edad y siempre ha ido muy adelantada a comparación de las de su clase y no me refiero al sexo, más bien a su mentalidad, realmente parece que tenga mi edad.                                                                                                                                  --Hombre Dayan, ¿Porque no recoges las bragas que se te han caído cuando me has visto y cierras esa boca tan preciosa que tienes?  -- Contesté inmediatamente sonriéndole. Los dos sabemos que nos atraemos  y no voy a negarlo, me encanta utilizarlo en su contra porque aunque vaya de niña dura por la vida se que si tuviera la oportunidad dejaría que me la follara.                                                                              --¿Porque no me las recoges tu con la boca? -- Respondió entonces ella sonriéndome de manera vacilona para después decir lo único que podía ponerme tenso.                                                                                           --Aunque será mejor que tengas cuidado con lo que dices no vaya a escucharte mi hermanito, ¿Porque no queremos eso verdad? ¿ O si? -- Dijo mirando hacia la escalera rápidamente para volver a posar esos ojos marrones en mi, a ninguno de los dos nos interesa que Joel se entere de los jueguecitos que tenemos cuando nos hablamos porque aunque él sabe perfectamente lo buena que esta su hermana y que ella también lo sabe pero no le haría ninguna gracia saber como nos hablamos cuando estemos a solas, si fuera al revés y él lo hiciera con Helena no me haría ni puta gracia para ser sincero así que lo respeto completamente.                                                                                                                   --¿Estás segura de que quieres que tu hermano se entere de como le calientas la polla a su mejor amigo? Vamos Dayan, no puedes jugar con la persona que te enseñó ha hacerlo, yo no soy uno de tus folla amigos a los que puedes manipular a tu antojo --Le solté tranquilamente mientras me acercaba a ella hasta estar a tan solo cinco centímetros de su boca mientras ella me miraba con la misma cara desde que se hizo una adolescente consciente de los comportamientos de un hombre, con esa mirada cargada de deseo pero haciéndose respetar más que ninguna otra tía con la que me haya acostado.                                                                                                                                                                              -- Perdona que me haya retrasado, tenía que ducharme y he estado hablando con mi padre sobre el nuevo hotel que quiere abrir en Brasil -- Vi como decía Joel mientras se aceraba a nosotros y a la misma vez se abrochaba los botones de su camisa a cada lado de las muñecas. Me separé de Dayan y ella se quedó justo donde estaba.                                                                                                                     --Vaya que guapo hermanito --Afirmó Dayan mientras nos daba un repaso a cada uno con los ojos. --¿Tu crees? No sabia si ponerme esta camisa o la rosa -- Confesó Joel preocupado, es el típico que antes de salir se mira cien veces al espejo y para nada es por ser un tío egocentrico ni nada de eso, más bien inseguro de si mismo.                                                                                                                                                -- Que si, anda tira hacia el coche que vamos a llegar tarde capullo -- Propuse mientras andaba hacia la puerta no sin antes despedirme de Dayan por supuesto.                                                                                                      -- Un placer volver a verte Dayan -- Declaré dándole un pequeño beso en la mejilla. Por muchas cosas que nos digamos es como una prima, una prima que esta buenísima pero que como no puedes tirartela la cuidas porque no te queda otro remedio.                                                                                                --Siento no poder decir lo mismo imbécil -- Dijo ella riéndose mientras nos miraba a ambos para después decirnos lo mismo de todas las noches.                                                                                                                    --Tener cuidado ¿Vale? Y procurad que no haya que ir a sacaros de ningún calabozo ni pediros un billete de vuelta de Canadá, os quiero --Chilló para que la escucharemos desde la puerta a lo que ambos respondimos con un breve "si" como siempre.