Efímero [parte 1 y 2]

Capítulo 2

#¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda!

Ashley

El día a transcurrido con normalidad, como todos los días la biblioteca está un poco llena pero tranquila y en silencio, algunas personas solo vienen por libros que luego devolverán (eso espero, porque hemos tenido casos en los que no lo hacen) Lo más buscado hasta el momento es; la saga "Mi hombre" o "La selección" A pesar de ser algo de hace algunos años, siguen siendo como un clásico para todos.

Después de cuatro semanas a mi jefa le dio por regresar y empezar a gritar como señora de mercado, me da gusto escuchar el "shuu" de los demás. A ella no es que le guste la literatura, más bien está aquí porque la biblioteca es de su marido y se cree la dueña (en parte lo es) se la pasa supervisando que no nos robemos algún libro o que no estemos leyendo en horas laborales "según ella". En donde la mayoría nos la vivimos dando indicaciones y haciendo nada todo el día.

Ya van a dar las 2 de la tarde, a las tres tengo turno en la cafetería, agradezco que este enfrente de este lugar. La idea era trabajar desde las 4 para poder irme a las 8 ya que solo trabajo cuatro horas, pero tengo que cubrir a una de mis compañeras hoy y terminare saliendo a las 10 de la noche.

Acepte su propuesta solo por hecho de que amo el olor a café y a pastelillos recién hechos y también porque Jane pasara por mí ya que aún me da miedo irme sola a altas horas de la noche.

Cuando estaba en mi país lo hacía muy seguido, el salir a caminar por las noches, era relajante y un tanto des-estresante, me gustaba en sonido de la noche, el frio viento que solía correr por las calles, era aún mejor cuando la luna brillaba con ese hermoso color chillante que tiene.

Amaba ver las estrellas, a tal punto que empecé a aprenderme muchas constelaciones, la principal fue la "osa mayor" que para ser sincera no tenía la forma de una osa desde el principio. Me imagine siendo astrologa, pero termine estudiando psicología que es algo muy diferente.

No es que me arrepienta de haberlo hecho, solo que a veces me imagino siéndolo y es algo que me llena ya que me encanta el universo y esas cosas. En otra vida será.

He intentado hacerlo de nuevo, pero ni pasando dos años de estar aquí me he atrevido, desde el incidente es lo último que quiero.

—Ashley ¿Acaso no vez que la chica esta hablándote? —la fastidiosa voz de Rebecca resonando cerca de mi oído me trajo de vuelta a la realidad. La observe, el labial rojo la hace ver poderosa junto con sus gigantes ojos azules. Es una mujer hermosa pero exasperante.

Había una chica pelirroja frente a mí, era muy bajita así que tuve que estirarme un poco hacia adelante para poder ver su cara —¿En qué puedo ayudarte? —trate de sonar lo más dulce posible.

Estaba un poco nerviosa, no dejaba de pasarse la mano por los pantalones —¿Me puedes indicar donde esta "Detrás del vitral" de Olga Díaz?—soltó con rapidez, su voz sonó mas como un susurro lleno de pánico, ¿pero a pesar de eso logre oírla perfectamente?

Rebecca y yo nos observamos al mismo tiempo, las dos con cejas alzadas y la boca entreabierta. Podrá ser estúpida pero no ignorante y sé que al menos, después de pasar tanto tiempo aquí, sabe un poco sobre el material que entra y sale, incluyendo los géneros.

—¿Detrás del vitral? ¿Cuántos años tienes? —se me adelanto.

La chica comenzó a balbucear cosas sin sentido, hasta que por fin lo dijo —Ca...catorce.

Mi jefa y yo compartimos una mirada de ¿Es enserio?

—¿Tus padres te deja leer erotismo o erótico? Como prefieras decirle, aunque es lo mismo... creo —pregunto con un tono demandante. Los libros tienen clasificación por edad, y ese es para mayores de 18 aunque no la culpo, la curiosidad es grande, y a veces queremos experimentar cosas nuevas.

Rebecca seguí pregúntale cosas, y la chica cada vez estaba más nerviosa —¿Cómo te llamas? —hablé de pronto tomándolas desprevenidas.

Trago antes de responder —Eva.

—Okey Eva, ve a la sección cinco, estantería tres, está justo al frente. Si no lo encuentras le dices a cualquiera que tenga este uniforme —señale mi atuendo —Y le dices que yo te mande a buscarlo ¿Si? —asintió, dudo u momento en seguir al notar la mala cara de Rebecca. La alenté a caminar dándole una palmadita en la espalda ¿Es correcto lo que hice? No, no lo es.

—¿Por qué hiciste eso? —me regaño la señora víbora cuando por fin se fue. Gire los ojos —Sabes que eso no está bien.

La ignore volviendo a mi lugar.

Bufó —Luego tú te haces responsable por arruinarle la mentalidad a temprana edad —claro que me hare responsable, tal vez no del modo sencillo pero lo hare, intentare llenar sus dudas y le hare saber lo correcto del asunto. Tampoco es como que tenga tantas escenas sexuales o que estén explícitamente narrador, según yo.

Eso espero.

Y hace pase los siguientes minutos, dando indicaciones, limpiando y acomodando todo. Hasta que por fin se llegó la hora de salir.

Fue al cuarto de servicio y pase de un solo al baño, me di una ducha corta, también me asegure de lavarme el cabello. Hace algunos días una parte del techo comenzó a soltar polvo de la nada y siempre termina cayéndome en la cabeza. Ojalá se apresuren a arreglar el problema, no quiero que me caiga encima completamente.

Al salir me cambie a la velocidad de la luz colocando el otro uniforme. Para mi mala suerte o puedo utilizar ropa casual en ninguno de los dos trabajos, el uniforme es obligatoria. Me gusta mas el de este sitio, porque el de enfrente es un vestido simple y sin gracia de color azul, ni siquiera e queda ajustado (ignorando el hecho e que no soy fan de los vestidos)

Estaba frente al espejo cuando alguien abrió la puerta con rapidez y termino chocando contra mi tirándome una especie de malteada encima, caí de culo por el impacto.

—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda! —grite exaltada al sentir el líquido frio y pegajoso resbalar por mi cuello, senos y abdomen. Me levante con rapidez intentado quitarme esa asquerosidad de encima, pero acabe volviendo a caerme gracias a la misma sustancia.




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