Efímero [parte 1 y 2]

Capítulo 8

#¡Búsquese un hotel!

Ashley

Tres días pasaron desde la última vez que pise la biblioteca, tres días que tendré que reponer de una u otra forma. Al llegar aquí lo primero que escuche fue la terrible noticia de que este lugar seria cerrado por tres semanas.

Tres semanas en las que moriré de aburrimiento probamente.

Para mi suerte Rebecca no vino hoy. El día ha estado tranquilo, hay mucha gente como siempre. Me he topado con Jesse un par de veces, él ha tratado de mantener un tipo de conversación que en lo personal no me ha interesado seguir. Así que termino evadiéndolo o cortado toda comunicacion, cosa de la que me arrepiento después.

No suelo ser grosera, pero ese chico enserio me revuelve la cabeza y no de una manera agradable. No puedo olvidar la malteada que derramo sobre mí.

—Ashley hay un chico en la sección 3, estantería dos que busca ayuda —dijo Maddie pasándome por el lado. Bufe, justo estaba por irme. Seguí sus instrucciones hasta estar frente al chico que me necesitaba.

Era alto, muy alto. Llevaba una chaqueta de cuero negra.

Toque su brazo con mi pulgar intentado llamar su atención.

Contuve la respiración cuando se volteo.

Era el. El chico del cine y la farmacia, el mismo. Maldecí por lo bajo cuando note lo pasmada que había quedado por la impresión de volverlo a ver. No es normal toparme con la misma persona tres veces en la misma semana, al menos no para mí. Es como si me estuviera siguiendo.

¿En qué demonios estoy pensando?

Alzo una ceja con desinterés. Curvo los labios hacia abajo y asintió un par de veces, como si estuviera asegurándose de que fuera la yo, la misma chica de antes. Sus ojos me recorrieron el rostro sin ganas, todavía sigo teniendo la misma sensación de que tiene una vista muy penetrante que te hace sentir nervios. Los mismos también estaban muy entrecerrados, como si tuviera sueño o algo así

Me aclare la garganta.

—Mira que casualidad... —fingió estar sorprendido —La pequeña dama.

Entrecerré los ojos al escuchar otra vez ese apodo tan referente a mi estatura. Mi rostro tomo una expresión de desagrado.

—Mira qué casualidad... —imité su gesto —El gran caballero —solté con sarcasmo.

Sonrió de forma falsa —Si lo soy, te salve la vida ese día en el cine —el aire de superioridad no le cabía en el rostro. Gire los ojos.

Su cara se tornó seria. Me miro de arriba abajo antes de darse la vuelta y seguir buscando.

¿Espera, que?

—¿Qué libro estas buscando? —me le uní colocándome a su lado.

—Orgullo y Prejuicio —soltó.

No pude evitar sorprenderme —¿Orgullo y Prejuicio? —pregunté con incredulidad. Admito que me sorprendió escuchar eso salir de su boca. Más teniendo un aspecto de chico malo.

Alzo las cejas —¿Algún problema? —dijo sin mirarme.

Negué con la cabeza varias veces rápidamente —No, ninguno.

Sé exactamente donde esta ese libro, pero por alguna razón fingí no saberlo y empecé a buscar a su ritmo para darle más credibilidad a mi tan mala actuación. Lo observe de reojo, tatareaba una canción que no logre escuchar.

Estamos a más de un metro de distancia. Se puso de cuclillas para poder rebuscar abajo.

—Se suponía que ibas a ayudarme —gruño entre dientes. Soltó un suspiro de resignación y se dejó caer en el piso de mármol.

Lo mire ofendida llevándome una mano a pecho —Lo estoy intentado —murmure de mala manera, empecé a cansarme cuando inconscientemente visualice la novela que buscaba. Todavía no la tome.

—Gracias. Eres muy eficaz —murmura sarcásticamente.

Alzo una ceja, estoy por empezar a soltar algún argumente pero su móvil vibra. Distingo el tono de llamada "Hotel California" Buena elección. Mira su móvil con aburrimiento, cuelga para después apagarlo y metérselo en el bolsillo nuevamente.

Estira los pies.

Parece cansado.

Entrecierro los ojos mientras pienso. Al final me decido por coger el libro y entregarse. Lo toma, luego lo inspecciona y se levanta. Tuve que retroceder dos pasos cuando lo hizo al notar que estaba demasiado cerca.

Levante la cabeza para poder ver su rostro. Aun me sorprende su altura.

Me inspecciono de arriba abajo. me sentí impaciente. Elevo los hombros restándole importancia a no sé qué y después se marchó. Así nada más. Escuche que la campana de la puerta sonó cuando salió.

Me quede allí plantada por más de diez minutos.

¿Que fue eso?

No, no, no.

Suelto un grito empezando a lanzar todo lo que tengo a la vista. Me agacho y busco debajo de la cama, pero no hay nada ¿Lo perdí? Recorro toda la habitación con la vista, remuevo algunas cosas. Me doy cuenta de que este lugar está hecho un desastre, pero eso es lo de menos.

No encuentro mi puto libro. Se supone que tenía que haberlo leído hace dos semanas porque la fecha límite para entregar el proyecto es este fin de semana. Y como siempre tuve que esperar, al último segundo para hacerla.

El dolor de cabeza me obliga a sentarme. Empiezo a sentirme mareada. Escucho que alguien se acerca.

La cabeza de Jane aparece por la puerta —¿Encontraste lo que buscabas? —pregunta antes de adentrarse por completo.

Niego lanzándome al sofá de un tirón.

Bufa —Que mala suerte —asintiendo de mala manera.

Después de unos minutos alguien toca la puerta y no tengo que ver para saber que es Dylan otra vez, ya se había tardado. ni siquiera espera a que alguien baje a abrirle cuando ya está asomándose por el pasillo

—¡Ya llego por quien lloraba! —grita. Me cubro los oídos cuando siento que retumba. Entra a mi habitación como Pedro por su casa, giro los ojos cuando lo tengo enfrente —Deberías arreglar un poco este sitio. Parece un gallinero.

Me observa con diversión a la espera de la respuesta que nunca llega, vuelvo a girar los ojos antes de lanzarle un cojín que atrapa con facilidad.




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