Aun no sale el sol y los atacantes de la villa ya han sido vencidos, la mayoría Muertos unos huyeron entre ellos la árabe que cumplió su palabra al matar a Emilia, sin embargo, su vida no dura más allá del amanecer Saida llego a Atenas en la noche del ataque, guiándose con el puro aroma de Jonathan dio con la villa Licaón, cuando vio salir a la chica de ojos verdes supo que era su “socia” aprovecho las heridas de la chica para dar el golpe final. Se sacude el cuerpo como quitando malas vibras, se limpia el rostro y reinicia su andar.
_ - Suspira decepcionada- _ Ay Saida tengo que llevarte ante Innik.
La sonorense sigue su andar cual turista por Atenas sin ser vista al menos por la norteamericana.
Habitación de Elena.
Emilia se encuentra tendida en la cama la sangre en su cuerpo ya coagulada, Michael aun sin poder creer lo que ha pasado, Rose triste por la adolescente y Elena sigue sin poder emitir palabra su enojo y frustración es más que evidente.
Jonathan llega a la destrozada habitación, Michael lo detiene con las manos al enfrente.
_Jonathan debes cambiar a hombres tu lobo se puede salir de control, Rose es una simple omega, yo soy beta y aunque Elena es alfa no vamos a poder contra tu ira.
_ Por favor Jon-Jon cambia – suplica Elena-
_- Jonathan da unos pasos hacia la cama justo cuando llega a ella cambia a hombre, se sienta en la cama, se lleva a su regazo el cuerpo de Emilia, limpia su rostro mientras sus lágrimas caen en el- _ Emily…Emi…Emilia … despierta.
_¿Jonathan? – Elena se acerca, pero el gruñido del americano la hacen retroceder-
_ ¿Cómo esta? ¿Qué ha pasado? – Darío se lleva las manos a la cabeza al ver a Jonathan con el cuerpo de Emilia- _ En nombre de Zeus…
_Darío… ¡DARÍO! ¡Tú eres medico SALVALA! Has que viva una vez más. – Jonathan le entrega el cuerpo de la sonorense- _ Haz que mi niña viva una vez más.
_Así no se hacen las cosas Jonathan, debes entender que todo tiene su principio y final.
_- Jonathan se arrodilla ante Darío, abraza su pierna- _ Toda mi vida estaré a tu servicio si la haces abrir los ojos una vez más, que sus pulmones se llenen de aire que su sonrisa alegre mi vida, Emilia es una niña, es mi niña.
_ Elena, Michael por favor ayuden a Jonathan, llévenlo a la enfermería necesitar un calmante, Rose conmigo.
_No necesito calmarme, necesito que ella viva, has que su corazón palpite de nuevo.
Darío sale de la habitación acompañado por la británica mientras que Michael levanta del suelo al americano, Elena con la desgarrada sabana cubre la desnudes de Jonathan, Jonathan la ve hacia abajo, la abraza ella corresponde el abrazo y es cuando él suelta el llanto dejando caer todo su peso en ella, gracias a Michael puede amortiguar la caída. Como último recurso el británico lo noquea, lo toma en brazo y con la guía de Elena van a la enfermería.
Elena y Michael van sin decir palabra al llegar a la enfermería una de las sanadoras indica donde acostarlo, Elena da la indicación de su tío sedando al americano.
_Elena…
_Por favor, Michael, no hables aun no puedo procesar lo que ha pasado. – se lleva la mano al pecho- _ Así a de sentir mi padre, así siente por perder a Secundina. – se recarga en la pared sin poder controlar sus lágrimas, se recarga en Michael cuando él la abraza-
_ Llora todo lo que quieras tienes mi hombro para hacerlo.
Habitación de Darío.
El menor de los Licaón retira la ropa de la chica e incluso baña el maltrecho cuerpo dejando las heridas limpias y es como puede observar mejor, examina cada herida incluyendo la mordida del americano.
_Rose estuviste presente que hizo Jonathan?
_ Lamio las heridas intentando detener el sangrado, la mordió esperando un milagro, pero su corazón se detuvo ante de tiempo.
_ ¿La mordió? – se acerca al cuerpo de Emilia-
_Si señor.
_ ¿Dónde?
_Aquí, cerca de la herida principal.
_ Rose por favor déjame solo con ella, dile a Estrella que venga, la necesito.
Pasan las horas, Darío junto con Estrella salen y entran en la habitación, afuera los alemanes amigos de los Licaón y uno de ellos pretendiente de Elena esperan respuesta del médico.
Jonathan despierta ve la luz blanca de la enfermería, recuerda lo que ha pasado, de lo rápido que se levanta se marea, mareo que pasa en segundos, aún en ropa de hospital sale de la enfermería buscando la habitación de Darío. Llega a la estancia de la habitación, se sorprende por el público tan variado. Uno de los alemanes lo hace sentarse, todos los presentes palpan el miedo del americano.
Centro de Atenas.
Rosenda pasea por las calles de la antigua ciudad pensando que debe hacer y cómo, ya que por lo que vio Saida era culpable, en otras circunstancias tal vez la hubiera apoyado incluso ser aliadas ella conoce el rechazo de un hombre y sabe el daño y sufrir de un rechazo, pero en estas circunstancias no lo puede dejar pasar muchos amigos y enemigos han caído por esta extraña guerra. Sigue paseando por las calles sumida en sus pensamientos, en su ética y moral.
_¡Rosenda! ¿Qué haces aquí en Atenas?
_ ¿Hm? Saida! Omar me envió con los demás para ayudar en la casa Licaón, pero me perdí así que estoy disfrutando un poco de paz. ¿Qué hay de ti?
_Innik me envió a cuidar el trasero de Jonathan, pero la verdad quise descansar de todo lo que ha pasado.
_Entiendo. ¿Café?
_Por supuesto – esboza una sonrisa-
Así las americanas disfrutan del resto del día cada una sumida en sus pensamientos.
Se llega la noche y por primera vez en días la noche es tranquila, la casa Licaón fue evacuada quedándose solo los necesarios.
_-Darío sale su habitación, Jonathan le cierra el paso - _ ¿Vive?
_ Por favor no me presiones.
_ Estamos hablando de mi pareja – dice casi gritando el rubio-
_ Esa niña que está en esa plancha es como mi hija, estuve a su lado cuando estaba enferma, lloré con ella el abandono de su padre, la muerte de su madre, tu perdiste a tu pareja yo perdí a una hija así que…
Editado: 18.11.2024