El nuevo miembro de la familia.
_¡Jonathan! ¡Despierta!
_No, estoy cansado, pelear contra ti cansa no haces caso cuando eres lobo.
_Ya se llevaron a mi ama al hospital, debo ir con ella.
_¡Que! Pero debía nacer la próxima semana.
_Sepa la bola, pero debo ir.
_- La jala a hacía él, la acomoda no dejándola salir de la cama- _Emi, aun no sale el sol deja dormir y cuando salga nos vamos ¿ de acuerdo?
_Jon-Jon ya se llevaron a mi ma, debo llegar lo más rápido que pueda para ayudar con Elio, Elio necesita a su hermana mayor.
_Elena también es una hermana mayor.
_ Ya voy, ya voy... ya se te metió la idea y no va a haber poder humano o inhumano que te haga cambiar de opinión.
_Ancina es – cantando y bailando se mete al baño- _¡Soy la hermana mayor, soy la hermana mayor!
_ Esta niña - se sienta en la cama- _ Pues vamos a Grecia ¡Oh si!
Jon-Jon móvil en mano sale de la habitación espera un par de minutos hasta que le responden, la voz masculina del otro lado se alegra al escuchar la voz del rubio, la llamada con Talio tarda varios minutos y gracias a que Emilia aun no habla griego pueden hablar libremente.
_Mi tía Secu está por entra a quirófano deben regresar.
_En eso andamos, llegamos por la noche creo acá son las tres de la mañana creo que a las cinco o seis salimos.
_¡Perfecto! Le avisaré a mí tía. Jon-Jon no sabemos en donde se encuentra mi padre temo que ...
_Pero Ciro dijo que toda había terminado.
_Y le creo...es mera precaución es todo.
_ Entiendo el punto. Nos vemos por la “tarde” ¡Emilia! Apura el paso ya van a meter a tu ma al quirófano.
_¡Haaaaa! Que emoción.
Llega el turno del rubio sin embargo el agua de la regadera no se escucha, Emilia lo apresura, pero Jonathan no hace caso, no deja de enviar imágenes a Talio, en Atenas el griego se emociona por cada imagen recibida, se las muestra a Delfina, la pelirroja da su opinión de cada imagen recibida enviando la respuesta al gringo.
Dos horas más tarde el avión privado de los Evans deja suelo americano. Del otro lado del continente...
A pesar de ser de día en lo profundo del amazonas la luz escasamente se abre paso entre la vegetación. Cual quiera que viera a la distancia podía ver moverse de manera extraña la copa de los árboles e incluso uno que otro caer al suelo a causa de ser partido por la mitad o ser arrancado desde la raíz. Los nativos, aquellos que aún no han sido tocados por la “civilización” corren a toda prisa unos buscando refugio otros persiguiendo a el causante de tales destrozos que no era otro que el Lobisón, una de las siete bestias que rondan casi todo el cono sur de América.
Aunque parezca de otro tiempo y época cientos de flechas surcan el aire haciendo un ruido siseando, el lobisón escucha el ruido alza su mirada, aúlla feroz, busca desesperado refugio sin ver nada cerca de él, baja la mirada y a sus pies un barranco, sin tomar impulso se deja caer, las flechas caen clavadas en el piso otras se van de paso al barranco y en la orilla de este, Dédalo y Ramsés viendo la profundidad de barranco. Dédalo se retira una flecha del hombro derecho, Ramsés del rostro, ambos en el instante sanan.
_ No Debiste decirle que ya nació el bebé.
_ No lo hice, escucho la conversación.
_ - Ramsés se coloca a un lado de él dando la espalda al acantilado- _ ¿Qué vamos a hacer?
_ Tú, reorganiza a los nativos, yo iré detrás de él. – No dio tiempo a que Ramsés reaccionara salta al vacío-
_ ¡Te puede matar! ¡Necesitas ayuda! ¡Rayos! Odio que no razone, solo se deja ir de tras de él y yo tengo que ayudar.
Molesto el egipcio junta las flechas, en ese claro el sol da de lleno y a él ya le estaba afectando el ardiente sol, con quemaduras de segundo grado se interna en la selva reorganizando a los nativos.
Todos se estremecen al escuchar dos tenebrosos rugidos, Ramsés niega, se despide de los nativos agradeciendo su ayuda, corre siguiendo los gemidos de la pelea, al aterrizar, alza la mirada ve el rastro de destrucción apresura el paso al ver sangre cuando llega ante ellos, Dédalo y Darío están en un acalorado combate cuerpo a cuerpo, Darío da un zarpazo surcando el pecho del vampiro de derecha a izquierda haciendo que caiga de rodillas ante él, sin raciocinio alguno inicia golpearlo, poco le importa arrancar la carne “vida” del cuerpo del vampiro.
_ يا إلهي ( Rayos) - Ramsés se llena de valor-
Darío no se dio cuenta en qué momento Ramsés se monta en su espalda, el egipcio ejerce presión y fuerza en el cuello de Darío, Dédalo al ver que va perdiendo fuerza se abalanza sobre él coloca sus delgadas manos en el rostro en las sien del griegos, ahora los dos vampiros luchan por someter al licántropo, por fin el mayor logra tranquilizar al joven haciendo que caiga desmayado, Ramsés se queda de pie viendo como poco a poco vuelve a ser hombre, Dédalo con la mitad del cuerpo destrozado se arrastra lo suficiente al cuello del griego para beber de él, finaliza cae desmayado, a los diez minutos abre los ojos y grita como si hubiera despertado de una pesadilla, el egipcio lo tranquiliza, los dos vampiros tranquilos descansan observando al griego que aun inconsciente sus rasgos lobunos se asoman como si fueran convulsiones.
_ Fuiste muy descuidado, ya llevaba meses como lobo al escuchar tu conversación liberaste a la bestia.
_ Juro que ignoraba que me espiaba. – El azul mirar de Dédalo se clava en Darío- _ Mi príncipe maldito me mintió.
_ Solo no dijo la verdad.
_ Llevamos milenios siendo amigos, no iba a ir corriendo con su hermano a decirle que embarazó a su esposa.
_ No sabemos si es de él.
_ Ramsés, si ese bebé fuera de Elián, Darío no hubiera salido como salió: corriendo a conocer a su “sobrino”. Intente hablar con él, pero es terco como él solo, impulsivo. No hace caso.
_Se parece a alguien que conozco y que estoy viendo.