El alfa en mis manos

Capítulo Cinco

Estuve con un estado físico fatal por unos cuantos meses, pero me iba recuperando de a poco eso era lo bueno.

Un día de esos, que yo estaba como por así decirlo “en las sombras”, siendo lo más discreta posible para que nadie se enterara de que yo estaba viva.

Mi madre llegó a visitarme, llegó con una cara de preocupación, de inmediato le pregunté qué pasaba.

A lo que ella me respondió con una voz desgarradora, triste, ella me dijo que Santoro había logrado lo que tanto quería, apoderarse de mi empresa, esa que con tanto esfuerzo levanté… Y ahora ya estaba en manos de un desgraciado.

Mi sed de venganza se incrementaba cada vez más, “ese hombre se está ganando un final trágico”, dije.

Mi mamá se preocupó más por mí actitud. Ella siempre fue una persona pasiva, tan pasiva que mi padre se aprovechaba de eso, ella jamás lo frenó por eso mi padre la maltrataba, yo al ver eso me prometí a mí misma, nunca dejar que me destruyeran, pero literal, estaba destruida en esos momentos, ya quería recuperarme totalmente.

Mi madre me aconsejó buscar ayuda con las autoridades para que se hiciera justicia, pero no, yo rechacé todos esos consejos, yo iba a tomar justicia con mis propias manos, y cuando eso pasara lo iba a disfrutar mucho.

Sinceramente aveces me daba miedo yo misma, simplemente no podía controlar mis pensamientos, el odio había carcomido mi mente y mi corazón.

Además en esos momentos me sirvió mucho el hecho de tener la cabeza fría, yo sabía en quienes tenía que confiar y en quienes no.

Aunque suene loco, tenía ese sexto sentido que me decía quien era una persona buena…

Gracias a ese sexto sentido, logré hacer amistades que valen oro, hasta el día de hoy, en aquellos días en que estuve en las sombras, tuve que cambiar mi identidad, y para eso encontré una persona muy confiable, Martín, fue quien me ayudó con todo el papeleo, él hasta el día de hoy es quien considero uno de mis fieles…

Yo me la pase viviendo con la sr. Ceci, ella me amaba como una madre, y así fue como la consideré en todo ese tiempo, como una madre...

Necesitaba un trabajo urgente, mis ahorros que tenía ocultos estaban disminuyendo cada día más.

Decidí volver a la ciudad de forma discreta, con mi nueva identidad ya no había nada que pudiera detenerme, ya estaba en buen estado físico también.

Estuve por unos cuantos días con el problema de buscar un trabajo, estuve en idas y vueltas, no encontraba un trabajo, extrañaba mi empresa, pero tenía la esperanza de recuperarla pronto...

Nadie se iba a quedar con lo que me pertenecía por mucho tiempo, Martín también me estaba ayudando a buscar un trabajo, él es una persona que vale oro, se merece todas las bendiciones del mundo!

Pasamos muchas semanas buscándome un buen trabajo, y luego de tantos intentos y entrevistas por fin pudimos encontrar uno.

Yo estaba muy contenta, nueva vida, nuevo trabajo, nuevas oportunidades, tenía que aprovechar lo que la vida me estaba dando.

En la siguiente semana empezaría en mi nuevo trabajo, estaba entusiasmada, Nealie Mancini estaba a punto de volver, pero como Caeli Grimandi, ya estaba ansiosa por volver a la vida.

La gente debía prepararse para el regreso de NEALIE!

¡Qué emoción!




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