El Alma De Una Bailarina

RECUERDO DE UNA BAILARINA

Cuando era niño acostumbraba visitar la casa de mi tía junto con mis padres durante el verano, ella vivía en un lugar tranquilo en medio de un bosque situado en medio de la nada, en ese lugar se contaba una historia, una leyenda más bien.

Una mujer, había sido asesinada en el lugar hace mucho tiempo, aquella historia relataba que en épocas ancestrales existía una bailarina muy reconocida y codiciada, durante una de sus danzas fue vista por un hombre de gran importancia para el pueblo y este quedó fascinado.

El hombre permaneció reacio a la respuesta y continuo insistiendo hasta que un día aquella mujer se enamoró perdidamente de un joven de su edad que trabajaba en la mina, ambos se veían diariamente a la media noche, hora en la que profesaban sus sentimientos día tras día bajo la hermosa luz de la luna, hasta que el hombre se enteró de ello y una día el joven ya no volvió a aparecer.

se enamoró tanto de ella que incluso pidió su mano, pero está se negó, pues el amor del hombre no era correspondido y la bailarina esperaba a alguien especial que había partido hacía ya mucho tiempo.

El hombre cegado por la ira y el deseo juró que si la bailarina no era de el no sería de nadie y en una noche lluviosa fue a buscarla, la lluvia se volvió una salvaje tormenta mientras que asustada corría dentro del bosque, cada tanto la alcazaba y lograba herirla pero ella igual continuaba corriendo; entonces llegaron a un lago donde finalmente fue asesinada.

El líder de la aldea decía que las noches de tormenta, su alma volvía de la muerte para recordar su trágico final y bailar sobre el lago en donde murió, esperando a su asesino para llevarlo con ella hacia las puertas del infierno.

Yo no creía mucho en leyendas y esas cosas pero una mañana soleada durante mis vacaciones de verano mi tía me advirtió que volviera a casa antes del mediodía, pues se avecinaba una tormenta, yo no tome muy en cuenta su advertencia y me adentré en el bosque.

Al mediodía me encontraba ya perdido y para colmo comenzó a llover, sin saber que hacer decidí refugiarme bajo un árbol hasta que pasará la llovizna, en lugar de parar llovió cada vez más fuerte hasta que se convirtió en una tormenta eléctrica, yo asustado por mi situación empecé a correr sin rumbo, me detuve al escuchar la hermosa voz de una mujer, creí que había alguien cerca y corrí hacia el lugar de dónde provenía, mientras más me acercaba su voz comenzaba a sonar cansada, luego se notaba un ligero tono de dolor que al poco tiempo aumentó, entonces llegue a un lago, un lugar donde llovía como si no hubiera un mañana, pero no había ninguna nube, incluso el ocaso que anunciaba el anochecer y los últimos rayos del sol traspasaban las hojas de los árboles, luego el cielo se nublo como si nunca se hubiese despejado, aún seguía la tormenta, y al bajar la mirada, la ví a ella.

Una dama sin nombre con delicadas y gastadas ropas que bailaba sin reparo alguno entre el resplandor de las gotas cayentes, su danza me dejó embelesado, fue como si de verdad cada uno de sus movimientos fueran un rito de imnosis que mantenían mi conciencia y al mismo tiempo me convertían en un ser sin autoridad sobre mi propio cuerpo, perdí la noción del tiempo, entre un movimiento suyo cruzamos miradas, nuestros ojos se encontraron y su baile paró, me dedico una mirada llena de tristeza y compasión al mismo tiempo, se notaba que estaba sufriendo, pero no emitía sonido alguno, entonces la tormenta empeoró, y en un parpadeo suyo, perdí la conciencia.

Cuando volví a despertar era el día siguiente, estaba al borde del bosque sin ninguna idea de mi ubicación, volví a entrar al bosque y luego de unas horas logré regresar a la casa de mi tía, impresionado y aún muy confundido le conté lo sucedido y ella asustada me dijo:

—La bailarina te ha perdonado la vida, ya no debes volver a verla o la siguiente vez que te quedes dormido no volverás a despertar.

Luego se lo contó a mis padres y ellos de inmediato declararon nuestra estancia como terminada, me llevaron a casa y no dejaron que volviera a acercarme al pueblo de dónde mi tía durante el resto de mi niñez.

En la actualidad, siendo ya un adulto volví al pueblo y a pesar de que ya me he adentrado en el bosque una y otra vez durante años, jamás he vuelto a verla y aunque el dicho destino de mi muerte se decida de acuerdo a ello, quisiera verla una última vez, ayudarla y que de algún modo aquellas cadenas invisibles que le atan al lugar de su muerte se rompan y le otorguen finalmente su libertad.



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En el texto hay: relatos cortos sobre muerte

Editado: 14.05.2024

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