Cap 01

En el principio de la vida en todo el mundo existían monstruos y la magia;los humanos podían controlar magia, mejorándola con el avance de la tecnología y absorbiendo conocimiento sobre el mundo en el que vivían.

Descubrieron nuevos lugares, plantas, mares y también a los monstruos que lo habitaban. Algunos de ellos eran capaces de replicar una similitud del cuerpo humano, pero manteniendo unas cuantas características de su cuerpo original, como cola, garras, cuernos, entre otros. Estos rasgos peculiares los distinguían entre la multitud; además, su capacidad de aprendizaje era excepcional; en cuestión de unos pocos días podían hablar, leer, escribir y hacer trabajos cotidianos, encajando perfectamente con los humanos.

Con el tiempo y una amplia investigación, se aprobó una ley en que los monstruos y humanos podían convivir mientras ninguno provoque una desigualdad entre las dos especies, o sea, una guerra. Algunos humanos se mezclaban con las otras especies y de ello nacían bebés mestizos entre monstruos y humanos; esto era aceptado por la sociedad y en unos años había un gran porcentaje de niños mestizos.

Esta ley de convivencia entre monstruos y humanos fue aplicada en la mayoría de reinos existentes, pero otros no veían esta ley correcta porque clasificaban a los humanos como seres superiores y perfectos; en cambio, las demás especies deben obedecer a sus órdenes sin decir ni una palabra. Cuando la noticia de que los humanos tenían la libertad de mezclarse con otras especies y permitir el nacimiento de mestizos llegó a los reinos que no aceptaron la ley de convivencia, se sintieron ofendidos y tomaron medidas drásticas para acabar con el " error ".

Los reinos que estaban en desacuerdo enviaron espías a los reinos que aprobaron la ley, mataron y quemaron varias casas e inculparon a los monstruos de los incidentes, pero aun así algunas personas trataban de aclarar lo sucedido. Para aumentar la tensión, siguieron los problemas hasta tal punto que suministraron una toxina que provocaba que los monstruos perdieran el sentido de razonamiento y atacaran sin piedad cualquier cosa que se moviera.

Muchos humanos murieron y los mestizos quedaron heridos; esto sucedió en cada reino que tenía la ley de convivencia. Después de todo, exiliaron a todas las especies de cada uno de los reinos y cerraron sus puertas, y la ley de convivencia fue rota; sin ningún lugar a donde ir, se refugiaron lo más profundo y peligroso de las montañas.

Pasaron años hasta volverse siglos y nadie volvió a mencionar que alguna vez los humanos y monstruos convivieron. Desde eso, las otras especies eran tratadas como esclavos, entretenimiento y experimentos o simplemente eran eliminadas sin ningún sentimiento de culpa; algunos luchaban por su supervivencia creando reinos al igual que los humanos.

La paz que alguna vez hubo fue quebrantada por las ideas egoístas de la humanidad y los que fueron traicionados se levantarán por la redención de su pueblo. Los que fueron desterrados crearon reinos que juntos se hacen llamar Reino del Fénix es para hacer saber que ellos volverán a renacer de las cenizas de su desgracia.

Durante los siglos que han vivido en los bosques, el avance de conocimientos y el entrenamiento que llevan haciendo desde hace muchos años los han convertido en un gran potencial en combate y comercio, ya que hacen crecer plantas y cosechan frutos raros que tienen un valor muy alto entre los comerciantes de alimentos raros.

Todos los días eran iguales, hasta que un grupo de personas encapuchadas se adentró en el territorio prohibido. Esta intrusión activó una alarma que informó al reino; enviaron un grupo de reconocimiento para investigar el área y capturar a los intrusos.

Los encapuchados resultaron ser traficantes de niños; vendían a los niños que no tenían hogar y en ocasiones hacían pedidos exclusivos para los compradores con mucho dinero. Escucharon un sonido que se hacía más fuerte, que venía en su dirección; se escondieron entre algunos arbustos y uno de ellos llevaba un saco que contenía un pedido especial.

El sonido extraño que se dirigía a ellos cesó; se asomaron para dar un vistazo a lo que venía hacia ellos. Al asomarme, uno de los encapuchados le destrozó la cabeza con un hechizo; paralizados por presenciar tal atrocidad y presas del miedo, todo lo que podían hacer era correr. En cuestión de segundos, todos los encapuchados salieron de donde estaban y corrieron en diferentes direcciones; olvidaron cuál era su trabajo,ya que lo único en lo que pensaban era en cómo salir de ese lugar con vida.