Prologo

El patio de la escuela secundaria en Colegiales, engalanado con luces de colores y guirnaldas para la fiesta de despedida. La noche era clara y estrellada, con la suave brisa de principios de verano perfumando el aire.

La música flotaba en el aire cálido de la noche, una mezcla de ritmos bailables que invitaban a celebrar el fin de una etapa y la promesa de lo que vendría. Pero Siena solo tenía ojos para Axel. Él la tomó de la mano entre la multitud bulliciosa y la guió hacia un rincón más apartado del patio, donde las luces eran tenues y el cielo nocturno se extendía como un manto de terciopelo salpicado.

Sonaba en ese momento la banda Extreme: More Than Words, una canción lenta, una balada suave que invitaba a abrazar y dejarse llevar por el ritmo. Axel rodeó la cintura de Siena con sus brazos, y ella apoyó las manos en sus hombros, sintiendo la familiar calidez de su cuerpo cerca del suyo. Sus miradas se encontraron, y en los ojos oscuros de Axel, Siena vio un universo de promesas y un amor que sentía eterno.

Bailaron en silencio, moviéndose lentamente al compás de la música, sus rostros rozándose suavemente. La brisa fresca ondeaba el cabello de Siena, y ella aspiró el aroma a sándalo y sueños que siempre rodeaba a Axel. En ese momento, bajo la inmensidad estrellada, no existía el mañana, ni las decisiones difíciles, ni los caminos que quizás se separarían. Solo ellos dos, unidos por la melodía y un sentimiento puro que les llenaba el alma.

Axel apoyó su mejilla en la de Siena, susurrándole al oído mientras la canción llegaba a su clímax:

—Esta noche es mágica, Siena. Y todo lo que quiero es que sigamos teniendo noches así, juntos.

Siena cerró los ojos, aferrándose a él con fuerza, sintiendo la certeza de que su amor era tan infinito como el cielo estrellado que los cobijaba. En ese instante, creyó que nada ni nadie podría separarlos. La vida, pensaba, sería una larga secuencia de lentos bajo la luz de las estrellas, siempre con Axel a su lado.

La canción terminó, pero ellos permanecieron abrazados, como si temieran que al separarse, la magia de la noche se desvaneciera. El silencio era dulce, cargado de la promesa tácita de un futuro compartido. En la fiesta de despedida, mientras el eco de la música se desvanecía en la distancia, Siena y Axel sellaron un pacto de amor bajo un manto de estrellas, sin saber que la vida, a veces, tenía melodías muy diferentes para bailar.

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Hola hola, les traigo una preciosa historia de amor que añoran el amor de los años 90. Cartas, poemas y que vuelvan los lentoooooos. Esta novela tendrá mucho humor y romance dulce, mujeres que probaron que no se adaptan a las apps de citas. Espero que les guste y me puedan acompañar en esta travesía. Besotes de oso.