El amor entre la Luna y el Sol

Cap.3 El profesor Dimas

—hay, disculpe señorita, no la vi— siento como mi rostro se pone rojo, el hombre estaba bien guapo. Traía puesto un traje negro y un corte de cabello Two block y rubio, piel pálida y no se le miraba ninguna imperfección en el rostro, tenia los ojos de color rojo sangre, también es bastante alto ya que mi cabeza le llegaba a su pecho—

—aaaaaa n-no se preocupe, yo tampoco no me fije por donde iba, así que no es su culpa—

—dime, ¿en que carrera estas?—

—estoy en la carrera de Optometria—

—así que estas en la carrera de Optometria, pues me presento, soy Elios Dimas, seré tu profesor de Anatomía Ocular— mientras hablaba yo bajaba a Diego de mi espalda

—oh mucho gusto, yo soy Selene Dalfon, estudiante de primer año en Optometria—

—Selene, ya me quiero ir, me duelen los pies— se quejaba Diego por tanto caminar

—hay si cierto. Disculpe señor Dimas, ¿usted sabe donde están matriculando?—

—claro, de hecho iba hacia aya, sigame entonces— agarre a Diego y lo subí en mi espalda para seguir al profesor 

—me arrepiento de venir contigo Selene, me duelen los pies y tengo hambre— Diego no paraba de quedarse 

—hay hombre, mejor deje de quejarse que usted era el necio en venir, ahora aguantece, que a mi me duele ya la espalda de tanto cargarte y no digo nada— le digo ya enojada, ya estaba bien enojada de tanto que se quejaba. 

Diego desde chiquito siempre fue consentido, pero aun así Wendy tenía sus límites, y así como es de consentidora, es estricta, esa es la razón por la que Diego a pesar de ser mimado no es malcriado y siempre respeta a sus mayores, menores y de su edad

—me imagino que si as de estar cansada, oye pequeño, tu prima a de estar bien cansada de tanto cargarte, ¿te molesta si te cargo yo para que tu prima descanse?— quede viendo a Diego para ver que desia y se detuvo un momento para pensar

—mmm esta bien— el señor se hacerco a mi para poder agarrar a Diego y subirlo entre sus hombros

—solo ten cuidado de no despeinarlo— le digo al ayudarlo que se acomode en los hombros del señor

—esta bien— empezamos a caminar por los pasillos asta que llegamos a un elevador. Los minutos que estuvimos en el elevador fueron algo incómodos pues ninguno de los tres dijo algo, pasó un tiempo y el elevador al fin se detuvo y se abrieron las puertas, así que salimos

—después de que te matricules iremos a comer ¿verdad?— pregunto Diego

—es milagro que tengas hambre, pero si, después iremos a comer— seguimos caminando hasta que al fin llegamos al salón donde estaban matriculando —buenos días— salude a las señoras

—buenos días— me saludaron algunas

—buenos días señoras— en eso entra el señor Dimas y al saludar todas voltearon a ver bien alegres y se acercaron a el. Todas lo saludaron bien alegres y me ignoraron por completo

—pero que señoras tan mal educadas ¿verdad prima?— noto como el señor Dimas suelta una pequeña risa por el comentario que hizo Diego, cosa que yo también hago

—jjjj si, tienes toda la razón— noto como algunas de las señoras se ponen rojas de la vergüenza mientras que otras se molestaron un poco

—ejem discúlpeme señorita, ¿que se le ofrece?— se acerca una mujer, la única que no se alegro cuando llegó el señor Dimas ni lo saludo

—vengo a matricularme para la carrera de Optometria—

—ya veo, deme su partida de nacimiento, su titulo y la confirmación de que paso el examen— le entrego los papeles a la señora para que los revise, después va directo a su computadora y me anota para que ya esté matriculada

—muchas gracias—

—y también bla bla bla bla bla— el señor Dimas me miraba detenidamente mientras que yo arreglaba los papeles por lo de la matricula

—[creí que me iba a ocupar a matricularse, pero ya veo que no, ya veo que es una muchacha independiente]—

—¡¿como?! ¿1,500 Lempiras?— digo asustada 

—si paga los 1,500 lempiras ahora le bajaran la mensualidad durante este año—

—[rayos, solo tengo 1,300 lempiras]— veo que el señor Dimas se hacerca a mi, y cuando ya esta serca me pregunta

—¿acaso no tienes suficiente dinero?—

—no, solo tengo 1,300— 

—mmmm no te preocupes, yo te pagaré los otros 1,200—

—¿enserió?—

—si enserió, te lo puedo regalar, pero si te incomoda que te regale dinero un desconocido me lo puedes devolver después— mis ojos se iluminan de la alegría

—usted será mi profesor favorito señor Dimas, le prometo que después le devolveré el dinero—

—jjjj tu tranquila, tomate el tiempo que quieras— el señor Dimas me entrega los 1,200 lempiras y le entrego todo el dinero a la señora—

—bueno, eso sería todo señorita, ya se puede ir. Nosotros le mandaremos un mensaje para avisarle cuando inicien las clases y las cosas que necesitará para sus estudios—

—esta bien, muchas gracias— tome a Diego que estaba sentado en una silla y lo monte en mi espalda

—ohh no, dame a tu primo, te deve de doler la espalda de tanto cargarlo— me quito a Diego de mi espalda y lo puso otra ves en sus hombros. Salimos de la universidad y al salir revise mi cartera para ver si había más dinero

—¿ahora si iremos a comer?— pregunta Diego con sus tripas que sonaban como un motor 

—lo ciento pequeño, pero me quedé sin dinero, tendrás que esperar hasta que lleguemos a casa—

—¿que te gustaría comer Diego?— doy un sobresalto

—¡no! Señor Dimas, con que me aya pagado la Universidad es suficiente, no tiene por que hacerlo—

—¡quiero alitas de pollo!— grita Diego

—bueno, entonces vamos a comer alitas de pollo— hacepto mi derrota y termino haceptando la propuesta para ir a comer, de todos modos yo también tenia hambre

—¿entonces usted será el profesor de mi prima?—

—así es, seré su profesor de Anatomía Ocular—

—¿y cuantos años tiene?—

—27 años—

—¿así que es mayor que mi prima?—

—¿y tu prima cuantos años tiene?—

—17—

—ohhh entonces le paso 10 años—



#18150 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, familia, amor

Editado: 30.05.2022

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