Capítulo 1

Ｖａｌｅｒｉａ

Emma me insisto en venir a la discoteca y siempre le digo que no, así que ¿Por que no decir una vez sí? No pierdo nada, vine a la discoteca no sólo por que siempre le digo que no a Emma si no porque mis padres me insisten en divertirme y dejar de ser una amargada, ¿Y yo una amargada? ¡Claro que no! Pero bueno tu familia siempre te tiene que llevar la contraria ¿No es así? Pero bueno, vine a esta discoteca a olvidarme de mi familia un momento y a divertirme con mi mejor amiga y con otros amigos.

Bailaba como nunca, llamaba la atención de muchos hombres pero había uno que me llamaba la atención y no era cualquier hombre, el es de ojos verdes, cara perfecta y el cuerpo ni se diga, nuestras miradas se encontraron y yo le sonreí, rápidamente me devolvió la sonrisa, no sólo parecía que los mismos dioses lo hubiera tallado, si no que parecía que fuera un hombre millonario, y de seguro lo es.

Después de mucho bailar me acerque a la mesa donde estaban mi amigos, me había cansado de tanto bailar. Tome un poco de tequila, no me excedi ya que yo no soy una mujer que está acostumbrada a tomar más de dos y no quiero que está sea la primera ocasión de excederme

—Que noche más ¡Sorpredente! Chicos — dijo Lucia

—La necesitaba en verdad — reí

—Oye val

—Dime Emma

—Te gusto el hombre de ojos verdes?

—Sólo me llamó la atención ¿Por que?

—Le quieres hablar?

—No lo sé, pero dime ¿Porque esas preguntas?

—Porque ahí viene

—¿Que? — dije sorprendida al voltear a verlo

Y si era el, venía para la mesa donde estábamos mis amigos y yo, estaba congelada no sabía que hacer, escuche su voz ronca que hizo que volviera al presente

—Buenas noches

—Ah, Hola — dije nerviosa

—Me permites invitarte a una cerveza?

—No tomo alcohol gracias

—¿Una cerveza no te hará mal o si?

—Eh, No lo sé — volte a ver a Emma y con la mirada me dijo que le aceptara — Bueno, te la aceptaré

Pidio dos cervezas, una para el y otra para mi, me dio la mía y le pegue el primer trago

—¿Como te llamas?

—Valeria y tu?

—Alexander Tarasov — sonrió

Pasaron horas y yo seguía hablando con Alexander, hasta que me fuí de la discoteca

. . .

Los rayos de sol entran por mi ventana, abro lentamente los ojos y me dirijo al baño a tomar una ducha, me sentía agotada, pero nada que una ducha no lo pueda arreglar.

Me vesti y termine de desayunar, hasta que llamaron a la puerta. Abrí y vi un repartidor con un ramo de tulipanes, ¡Mis favoritas!

—Buenos días, aquí vive la señorita valeria?

—Si esa soy yo

—Firme aquí por favor

—Gracias

—Feliz día señorita

—Igualmente — entre a mi casa con los tulipanes

¿Quien me habrá mandado tulipanes? Nadie sabe mucho de mis gustos ni siquiera mi mejor amiga, no trae tarjeta y el repartidor no dijo quien lo mandaba, pero sea quien sea me conoce y quizá yo lo conozca

Después de dejar los tulipanes me puse a ver una peli en mi habitación, pero me interrumpió una llamada

—Bueno?

—Hola princesa

—¿Perdon? ¿Con quien habló?

—Soy Alexander

—Ah, Alexander, perdón me olvide de ti