FRÍO SOLO OBEDIENCIA
Estaba de vuelta en Tallahassee, la playa era normal, sin ningún tipo de sangre o cuerpos. Pero volver a este escenario me llena de miedo y tristeza, las olas lamían la orilla dejando una estela de espuma a su paso. El cielo estaba tan repleto de estrellas que parecían guijarros, si era un sueño no quiero volver a despertar, pero sería tapar el sol con un dedo negando la realidad. El viento silbaba con más ímpetu cuando más el sol se ponía, escuchaba el frufrú de la capa de Ariel deslizándose por la arena.
—Es bello este lugar, Jessica—dijo el ángel quedando a su lado, era alta, fácilmente me sacaba tres cabezas. Tenía puesta su armadura plateada con forma de león, su cabello rubio rojillo ondeaba tras ella, como toda una princesa guerrera—. Ojala pudieras, en mejores circunstancias, volver a este lugar a tener algo normal.
No pude evitar reír pero me salió amarga casi apagada. Me volví hacia ella sonriendo de lado.
—Me debes de estar jodiendo, Ariel, ¿no se supone que sabes lo que pasara?—dije con los puños apretados, demasiada ira acumulada, demasiada confusión que está nublando mi juicio—. Algo que tengo entendido era que los ángeles eran los mensajeros de Dios, los que traían paz los buenos mensajes y ayudaban a las personas. Dime Ariel, y espero que seas franca, ¿Alguna vez respondiste mis preguntas?
El ángel me miraba impertérrita parecía como si volviera hacer una escultura.
—Las veces que pedí que me respondieras algo, nunca acudiste a nada que te decía—levantaba la voz a medida que hablaba—. Se que nos estabas protegiendo para que el Oscuro y sus secuaces no nos siguieran, pero necesitaba al menos hablar contigo. Matthew y Malcolm… se que somos compañeros, se ofrecieron a rescatar a mi familia, pero no es lo mismo.
—Jess, sé que esto es… difícil, demasiado, difícil—habló, parecía incómoda, incluso avergonzada—. Y no solo lo digo con esto, no lo digo en tu ámbito personal, se que estas asustada. Todo esto es nuevo para ti, casi cualquier mortal no hubiera resistido saber del Mundo Sobrenatural, estos terminan en el loquero, borrados por el Parlamento o muertos. El hecho de que no te respondí cuando lo pedias, era porque quería estar segura; hay algo que te hace especial, y es que no tienes alma.
—¿Qué?—me vuelvo hacia ella, asustada, seguía mirando el mar. Ariel estaba imperturbable, como el ángel de piedra en el que estaba—¿Como que no tengo alma?
—Cuando un ángel posee el cuerpo mortal trata de que ambas partes, el alma y la Gracia, estén sincronizadas para que ninguna quede afectada. Pero en tu caso mi Gracia pudo habitar tu ser sin problema, como si tu alma no estuviese allí, estuve ausente no solo para evitar que el Oscuro y sus esbirros nos encuentren. Estaba buscando tu alma… pero no está, Jessica, tu eres el primer ser humano sin alma.
Me quedé mirando el oleaje, era como si ningún sonido brotara del mismo, ahora si todo parecía falso. Incluso los sueños, ya que dicen que soñar es para humanos y los que tienen aspiraciones provienen del deseo alojado en el alma. Que ahora me vengo a enterar no tengo.
—¿Entonces todos los sentimientos que tengo son falsos?—pregunte aun asimilando la información. Ariel me quedó mirando un rato, pero de forma imperturbable, sino con culpa y pena. No se si por ella o por mi.
—Se podría decir—paso el peso de su cuerpo de una pierna a la otra—. Tienes, por así decirlo, sentimientos artificiales; desarrollado a medida que crecías, lo cual te hizo ser empática como los mortales. De lo contrario serías un recipiente vacío, asesina y sin motivación solo siguiendo órdenes de otros. Y eso es demasiado prestigioso para los demonios como seres psiónicos que necesitan un recipiente. Por lo cual sería una catástrofe a escala global, incluso los…
—¿Qué pasó?—interrogue, ya que se quedó mirando a la nada, sus ojos se volvieron ascuas por unos segundos—¿Estás bien, Ariel?
—Esos malditos, los cazadores no solo quieren la lanza, te quieren a ti—delibero, en ese momento senti como si el sueño vibrara, como si toda la imagen de Tallahassee se quebrara.
—¿Que significa eso?—pregunté, el ángel iba a responder pero la detuve—. y quiero la verdad, hasta el mínimo detalle.
—La verdad es que sin tu alma eres completamente vulnerable a la posesión de cualquier ser incorpóreo. Ni siquiera yo puedo protegerte de otras entidades, tal vez de las menores pero no de los Príncipes del Infierno. Ellos son literalmente poder encarnado, con solo pensarlo estaría en el Vacío y nunca en la existencia volvería. Puse una protección en ti que aleja tu mente de influencias psíquicas y demoníacas, pero no sé hasta cuanto tiempo puede soportar esa protección. Mis poderes ya no son los mismos desde que entré a este plano y no siento la conexión con la Gracia.
—¿Gracia?—la mire interrogativa.
—Los ángeles somos entidades de fuego celestial y huesos de cristal, siendo animados por la chispa de la Creación, conocida como Gracia—Ariel extendió la mano y un cosmo en miniatura apareció—. La Gracia es una fuerza primordial pura, cuando Dios creó a los ángeles, nos conectó con esta fuerza que nos dota de habilidades ilimitadas. Se podría decir que somos poderosos pero claro hay jerarquías, y los Arcángeles están en la cima al igual que los Príncipes del Infierno, ellos poseen su propia fuente de poder desconocida por nosotros. Es algo más poderoso que la Gracia.
»En fin, la Gracia que poseo ahora es limitada, supongo que me queda un setenta por ciento. Use el treinta por ciento en aplicar sigilos en nosotros pero Matthew altera su entorno en donde va y M.J está inestable con su conexión con la naturaleza.