El Angel De La Guarda

Los Angeles De La Guarda

Los Angeles De La Guarda

En un rincón tranquilo del mundo, existía una ciudad pequeña y encantadora .

La ciudad era conocida por su belleza y su gente amable, pero pocos sabían que estaba protegida por ángeles de la guarda, que caminaban entre los humanos, cuidándolos y guiándolos en silencio.

Los ángeles de la guarda tenían la apariencia de personas comunes, pero sus corazones estaban llenos de luz divina. Uno de estos ángeles era Gabriel, quien había sido enviado a la Tierra para cuidar de los niños de la ciudad. Gabriel trabajaba como maestro en la escuela local, y su presencia irradiaba paz y seguridad. Siempre sabía cuándo un niño necesitaba consuelo o una palabra de aliento.

Otro ángel de la guarda era Ana, una mujer con un semblante sereno y una sonrisa cálida. Ana era enfermera en el hospital de la ciudad , y sus manos curaban no solo las heridas físicas, sino también las del alma. Sus pacientes sentían un alivio y una esperanza que no podían explicar, pero que llenaba sus corazones de gratitud.

Por su parte, Rafael, un ángel de apariencia robusta y fuerte, se encargaba de proteger a los viajeros y peregrinos que pasaban por la ciudad. Trabajaba en la estación de trenes y, con su presencia, aseguraba que cada viaje fuera seguro y que cada persona llegara a su destino sin contratiempos.

Un día, un joven llamado Mateo llegó a la ciudad , buscando un nuevo comienzo. Había pasado por momentos difíciles y se sentía perdido. Gabriel, Ana y Rafael se cruzaron en su camino de diferentes maneras, ofreciéndole ayuda y guía. Mateo no sabía que estos tres eran ángeles de la guarda, pero sentía que había encontrado un hogar en la pequeña ciudad.

Con el tiempo, Mateo descubrió su propia fuerza y propósito. Abrió una librería en el centro de la ciudad , un lugar donde la gente podía encontrar paz y conocimiento. Gabriel, Ana y Rafael continuaron cuidando de todos en la ciudad, recordándonos que, aunque no siempre los veamos, los ángeles de la guarda están siempre presentes, protegiéndonos y guiándonos con su amor incondicional.

Y así, la ciudad siguió siendo un lugar de paz y protección, gracias a los ángeles de la guarda que cuidaban de cada uno de sus habitantes.

Martin Alejandro Rangel González Autor Guadalupe Nuevo León México



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En el texto hay: 300

Editado: 31.12.2024

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