El ángel de la muerte

Capítulo 19: Necesito respirar

Alzo un poco los ojos para ver a Archer parado frente a nosotros con una mirada inexpresiva, tomo la postura de guardián cómo siempre hacía en el infierno, no se molesto en afirmar que había cuidado muy bien de mí y obedecido mis ordenes cuando Adam lo interrogó. Cómo buen cómplice que es, se guardo nuestro secreto de detener su ascensión para él mismo.

—Aún no podemos celebrar, nos falta la última pieza...

Me tenso al escucharlo, no sabía que les mencionaría el tema del ángel.

—¿Cuál pieza? Creí que solo necesitábamos la daga—Pam frunce el ceño confundida.

—¿No se los has dicho?—Adam voltea a verme, enarca una ceja incrédulo.

—Lo más importante era esto—señalo el objeto en mis manos—Lo demás podía esperar.

—¿Qué es lo demás? —Stephan pregunta cruzándose de brazos.

—Sangre—me limito a contestar.

—A eso—Travon se encoge de hombros como si no fuera nada importante.—Fácil, pueden tomar la mía—se ofrece como voluntario extendiendo su brazo.

—No creo que digas lo mismo cuando sepas que tengo que bañarla con tu sangre y dejar que te desangres para mantener el portal abierto—retracta el brazo al instante.

—Pensándolo mejor, creo que yo no soy la mejor opción, ni siquiera creo que tenga la sangre suficiente—inventa.

—Pero si que pueden tomar la mía—Pam se ofrece, Stephan la detiene negando con la cabeza. —Haré lo necesario para que suban.

Me abstengo de rodar los ojos, lo único que quiere es hacerse la valiente frente a Adam, siempre tan servicial cuando él está presente, que casualidad. 

—Agradezco su generosidad, pero me temo que ninguno de ustedes puede darme lo que necesito—Adam continua.—Necesitamos la sangre de un ángel puro.

Todos se tensan a la mención del ángel, Archer por fin voltea a verme.

—Suerte que capturamos uno anoche—Pam no tarda en decir orgullosa.

—¿Ustedes qué?

—Anoche atrapamos al ángel que tenía la daga—Stephan le informa.

—¿Y porque no abriste el portal? —Adam se dirige a mí con en ceño fruncido, buscando alguna respuesta en mis ojos.

Maldición.

—¿Estás diciendo que ella ya sabía sobre el portal? —Pam entrecierra los ojos a mi dirección.

Ya no hay razón para seguir negándolo, o seguir luchando para controlar algo que ya no esta en mis manos. Ethan sabe de ellos, y ellos de él, es cuestión de tiempo para él los encuentre o viceversa.

—Si, sabía del portal cuando capturaron al ángel—empiezo a decir sorprendiendo a todos.

Adam se planta frente a mí, tan perdido como los demás.

—Déjenos solos—ordena firme y serio.

—Pero...—Pam empieza a quejarse.

—¡Váyanse! —levanta la voz molesto.

Los tres demonios salen del refugio, Archer se queda a mi lado ofreciéndome su ayuda.

—¿Porqué sigues aquí? —Adam lo enfrenta perdiendo la paciencia.

—Mi trabajo es cuidarla, y ahora no creo que sea una buena idea dejarla sola contigo.

—¿Te atreves a desobedecerme?

—Estoy siguiendo tus ordenes—le recuerda.

El rostro de Adam se torna oscuro, aunque no esté aquí logra intimidar de una manera impresionante, y puede causar daño si se lo propone.

—¿Olvidas para quién trabajas?

—No. Me quedó muy claro que desde que subí trabajo para ella—aclara.

Adam aprieta los puños con fuerza, las luces del refugio parpadean, las ventanas empiezan a vibrar. Decido detener esto antes de que vaya más lejos. 

—Estoy bien Archer, puedes dejarnos solos.

—No...

—Archer—le advierto.

—Ya escuchaste, lárgate—la voz de Adam es casi un susurro para este punto, provocándome un escalofrío, su paciencia pendiendo de un hilo.

—Estoy bien—repito.

Me dedica una última mirada antes de desaparecer por la puerta.

—¡¿Qué carajos esta pasando, Evelyn?!—el color de sus ojos pasa de ser marrón a centellear de rojo vivo, sus orbes me taladran con tanta intensidad que tengo el impulso de retroceder un poco, me compongo plantandome en mi lugar—¿Tienes algo con ese idiota? ¿Por eso te portas de esta manera?

Genial, lo que me faltaba, que este celoso.

—No Adam, no tengo nada con Archer si eso te preocupa.

—Eso no es lo único que me preocupa. ¿Por qué no abriste el portal cuando pudiste?

—Porque no tenía la fuerza para hacerlo, estaba drenada por los pesados días que he tenido aquí—no es del todo mentira, los últimos días han acabado conmigo. —Y el ángel escapo, no podía hacer el ritual ni aunque quisiera.

—No te creo, eres fuerte, si puedes controlar a los demonios de aquí abajo, puedes controlar al ángel.

—Adam...

—Quiero la verdad, Evelyn—de nuevo esa voz grave.

No puedo mentirle, me conoce lo suficiente para saber cuando lo intento. 

—Estoy cansada, yo estoy...—mis ojos se aguadan, no puedo evitar el vómito verbal que sale de mis labios, dejo salir todo lo que me oprime el pecho—No sabes lo que he tenido que hacer desde que llegue. No solo por el ángel...—mi corazón se estruja al recordarlo. —...es todo. Buscar esta arma, manipular a los humanos y prepararlos, luchar contra los espectros que invaden este mundo y los fantasmas que me persiguen por todas partes.

>>No he descansado desde que subí, no he tenido tiempo para detenerme a repasar las cosas, he hecho todo lo que me pediste lo mejor que he podido, pero no puedo hacerlo más. Necesito respirar, necesito parar un segundo, estoy ahogándome, Adam.

—Eve...

—Sé que confías en mí y sé que soy la única que puede traerte, pero no puedo hacerlo si estoy débil, tengo que cargar mis energías.

—Eve...

—Por favor, solo dame tiempo, puedo encontrar una solución...yo... puedo hacerlo mejor.

Lo miro de nuevo, su expresión es más tranquila procesando mis palabras. Intenta tocarme, pero su brazo atraviesa mi cuerpo, gruñe de frustración.

—No me gusta verte así—susurra dolido.—Esta bien. Te daré un tiempo para que te recuperes, pero tienes que encontrar al ángel. Ya no solo es por subir a los demonios o por el plan de mi padre, es por mi. Necesito estar contigo, no puedo seguir con estos encuentros, necesito tocarte y sentirte cerca de nuevo.




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