El Archivero de Almas

2

La primera vez que soñó con él, Taehyung pensó que era una invención de su propio miedo.

Estaba sentado frente a su lienzo, en el estudio, justo como cada noche. Pintar era lo único que aliviaba ese peso en su pecho, ese susurro constante de que algo en su interior estaba fallando sin explicación. Los médicos no sabían. Él tampoco. Pero su cuerpo lo sentía.

La luz de la lámpara era cálida, y el cuarto olía a trementina y recuerdos mal cerrados.

Entonces, lo vio.

A través del reflejo sucio del vidrio, una silueta lo observaba desde la ventana rota.
Unos ojos grandes, oscuros, tristes. Como si lo miraran desde otro mundo.

Se giró de golpe.
Nada.

Solo la noche.

Taehyung parpadeó, y el silencio lo envolvió.
Volvió al lienzo… pero el color ya no se veía igual.
Y no supo por qué, pero sus manos empezaron a temblar.

Esa noche soñó con lo mismo.
Pero esta vez, el chico estaba dentro del cuarto.

Sentado en el suelo.
Observando los trazos que aún no existían.
Como si los conociera de antes.

—¿Quién eres? —susurró Taehyung en el sueño, aunque su voz no tuvo eco.

El otro no respondió. Solo lo miró.
Una mirada que dolía.
Como si estuviera a punto de olvidarlo… o de recordarlo demasiado.

Y entonces, el suelo se deshizo.

Taehyung cayó entre pinceladas y vidrios rotos, mientras los colores de su obra se convertían en agua.
La imagen final antes de despertar fue un frasco de cristal…
con su nombre dentro.

___________

Despertó jadeando.

El estudio seguía en silencio.
El lienzo estaba a medio terminar.
Pero en el centro de la pintura, sin que recordara haberlo hecho, había dibujado unos ojos.

Negros. Profundos. Tristes.

Y se sintió solo de una manera nueva.
Como si alguien lo hubiese tocado por dentro.

_______

Mientras tanto, en el umbral…

Jungkook observaba el mismo recuerdo en una esfera que no dejaba de vibrar.
Una escena de sueño, archivada como si fuera real.

Eso no debería pasar.
Las almas no podían compartir recuerdos con los vivos.
Mucho menos con él.

Pero ahí estaba.
El reflejo. La pintura. El temblor en las manos.

Y aunque el sistema no lo decía, Jungkook lo sintió:
Taehyung también lo había visto.

No como se ve a una persona.
Sino como se intuye a un fantasma.

Como si algo invisible los estuviera uniendo en medio del error más hermoso del universo.

Y esa noche, el archivero hizo algo prohibido.

Buscó el nombre Kim Taehyung en los registros.
Quiso saber quién era antes de la muerte. Antes del olvido.
Quiso conocerlo sin tener derecho.

Y al ver la primera línea de su historial, supo que ya no habría marcha atrás:

"Artista.
Fragmentado.
Tiempo estimado: desconocido.
Posible cruce emocional: 67%."

Jungkook cerró los ojos.

El archivo aún estaba incompleto.
Pero su corazón, que no debería doler, empezó a hacerlo.

Porque había algo en esa alma viva que ya comenzaba a parecerse al amor.



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En el texto hay: tristeza, romance, emocional

Editado: 12.08.2025

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