El científico más importante y reconocido del mundo, Albert Einstein, define el arte como la expresión de los más profundos sentimientos.
El flamante dramaturgo, William Shakespeare, destacó que el amor no mira con los ojos, sino con la mente.
¿Qué ocurre si acomplamos los pensamientos anteriores y los ponemos a prueba con Florence y Francisco?
Ambos son totalmente distintos. Sin embargo, un puzzle no se arma con las mismas piezas.