Estando ya a punto de entrar, el sujeto que revisaba quien entraba se quedó mirándome fijamente, él sabía que yo no pertenecía a aquel lugar. Una mujer de lentes, ojos verdes, cabello castaño y bata blanca apareció, mi brazo comenzó a doler, supongo que el dolor aparece cuando uno de los diez está cerca, la mujer se acercó al hombre de la puerta, lo miró fijamente a los ojos.
l hombre solo salió corriendo, la mujer me permitió pasar sin problema, ya dentro del edificio, después de cruzar un túnel oscuro, llegué a una sala de gran tamaño, era similar a una iglesia, había muchos asientos, candelabros, encapuchados y un atril frente a todos los asientos. Tomé un asiento, me mantuve en silencio hasta que dos personas encapuchadas salieron al frente y se dirigieron al atril.
Uno de ellos era un sujeto enorme y el otro uno de baja estatura, sus rostros no se veían por la capucha pero el pequeño comenzó a susurrarle al gigante lo que este tenía que decir.
-Bienvenidos a la junta oscura, todos ustedes fueron citados aquí para que su fe aumente. –dijo el hombre gigante.
Aquel sujeto pequeño extendió su brazo derecho haciendo una señal con los dedos, cuatro encapuchados llegaron con cuatro personas atadas, las cuales tenían bolsas en la cabeza, los cuatro hombres les retiraron la bolsa, demostrando que estos hombres eran curas de una iglesia, los pusieron de rodillas de forma violenta y tomaron asiento.
El sujeto de baja estatura levanto cinco papeles al aire, todos los presentes se pusieron de rodillas al ver estos papeles, aparentemente eran los contratos, tuve que arrodillarme para que nadie sospechara, el pequeño le dio los papeles al grande, el cual comenzó a gritar:
- ¡Señorita Muerte!, ¡Cadenero!, ¡Nez!, ¡Recolector! Y por último…
El hombre grande se quedó impactado y después dijo curioso:
- ¿Sabueso?, ¿De verdad lo quiere a el?, usted sabe bien que es el segundo más peligroso de los diez.
La persona de baja estatura asintió con la cabeza, entonces el hombre obedeció la orden, entonces al acabar de decir los cinco nombres, el salón se empezó a enfriar una vibra oscura se sentía en el ambiente.
La señorita muerte hizo su aparición, el cadenero apareció segundo, en tercer lugar apareció un hombre delgado con cabello de color, se veía bastante pensativo, después un sujeto de dos metros con mascara y una musculatura increíblemente grande apareció.
El suelo comenzó a vibrar suavemente, una nube se formó junto a los cuatro que ya habían llegado, de esa nube un hombre con un tridente, larga cabellera y ojos rojos apareció sobre la nube. Todos en la sala estaban impactados, incluyéndome.
El hombre gigante sujetando los cinco contratos les dio una orden a cuatro de ellos.
-Señorita Muerte, Nez, Cadenero y tu Sabueso, denle una demostración de su poder los seguidores de esta secta, ahí tienen unos juguetes para hacer su demostración.
Los cuatro no parecían estar de acuerdo con la orden pero aun así obedecieron.
La primera en actuar fue la señorita muerte, se acercó al primer cura, se inclinó un poco, lo observó fijamente para después clavar su dedo índice en la frente de aquel cura. El pobre hombre comenzó a gritar de dolor, se sentía su agonía, su sangre bajaba lentamente por su rostro, la señorita muerte comenzó a lamer sus labios en señal de gozo, parecía que ella lo disfrutaba, el cuerpo del hombre se fue pudriendo poco a poco hasta quedar seco como una pasa, su vitalidad era succionada por la señorita muerte. Al terminar, ella solo retiró su dedo, se levantó, chasqueó sus dedos y el cuerpo comenzó a incendiarse.
Todos quedaron maravillados con la demostración del verdadero poder que ella tenía, entonces el cadenero se acercó al segundo cura.
El cadenero se colocó detrás del cura, sacó una cadena de su barba, comenzó a amarrarla en el cuello del cura, el hombre trataba de resistirse pero esa cadena aparentemente era bastante pesada. Cuando terminó de amarrar la cuerda, sujetó un extremo lo jaló con la fuerza suficiente como para que la cabeza saliera disparada del cuerpo.
El público enloquecía con esa demostración, Nez se acercó al tercer cura, los otros esclavos presentes se pusieron de rodillas por respeto, él era el líder de los diez. Nez dio una vuelta alrededor del cura, toco su cabeza suavemente y después de esto, el dolor se hizo presente, primero sus ojos comenzaron a derretirse por un calor abrumador que Nez había causado en el cura, sus gritos de dolor eran horribles, seguido de eso sus dientes comenzaron a caerse, para terminar con el cuerpo del cura explotando frente a todos y bañando a todos con los intestinos y sangre del hombre.
El escenario estaba bañado en sangre, todos gritaban de emoción, para terminar con el cuarto cura, Sabueso apareció uso sus grandes brazos para levantar al cura, ya en el aire comenzó a quebrarlo lentamente, la agonía estaba presente, la fuerza fue tanta que el hombre se partió en dos, pero esto no dejó satisfecho a Sabueso, al ver que su juguete ya no podía sufrir más, Sabueso decidió introducir su mano en la mitad donde estaba el corazón, lo retiró del cuerpo sin vida, lo mostró al público y se lo comió frente a todos, después lanzó un fuerte grito que hizo vibrar el lugar.