El beso de la libélula

Capitulo 2

ADEM SADIK

No puedo evitar derramar lágrimas, al ver las fotos de mi hermana en instagram. Creo que perdí la cuenta de la última vez que pude hablar con ella.

El odio y el rencor que le inculcó mi padre, la está poniendo en una postura, que sin dudas no se siente cómoda. Acaricio la foto, con mis dedos temblorosos; unas lágrimas ruedan por mis mejillas.

Mientras observo un video, junto a sus amigas, con el puente del Bósforo detrás. Ella, mi pequeña y gran mujer Cansu. Con sus ojos cafés, y su largo pelo, del color del trigal. Y esa sonrisa tan cálida, que ilumina todos su rostro.

-[1]Seni ne kadar özledim kardeşim –Digo en voz baja, mientras seco mis lágrimas-.

De repente la puerta se abre, intento controlar mis emociones. Dejo mi celular en el escritorio. Mientras giro mi silla, y observo el gran ventanal que tengo en mi oficina, con vistas a la costanera sur.

Siento unos pasos acercarse, luego detenerse cerca de mí. Giro mi cabeza y me encuentro con mi amigo y socio de la revista ASK. Mariano Garzón, me mira con sus enormes ojos cafés, y su estilo tan chic.

-No soy vidente, pero intuyo que estuviste llorando por tu hermana ¿Me equívoco, Adem? –Me mira y sonríe por lo bajo-.

-Me conoces muy bien Mariano. –Giro mi silla de nuevo y desvío mi mirada nervioso-. Hoy es su cumpleaños, y yo no puedo estar con ella, como antes. Mis padres le prohibieron hablar conmigo, y aunque a veces lo hace a escondidas, siento que no puedo seguir sometiéndola a esa presión. –Bajo mi cabeza, y suspiro hondo-.

-Adem, Adem…ojalá pudiera ayudarte con eso, pero sé que nada podemos hacer nosotros, eso depende de tus padres. Hay que darle tiempo. –Se sienta en frente de mí, cruzando sus piernas-.

-Eso es imposible hermano. Mi padre es una persona estructurada y rencorosa. Pase por alto una de sus órdenes y decidió, no solo desheredarme, sino que también quitarme el habla y prohibir a mi madre y hermana que lo hagan, mientras él viva.

-Yo tengo la esperanza que eso va a cambiar algún día. Tu madre te ama, pero su orgullo pesa más. Sé que no vamos a poder obligarlo que quiera a tu mujer, pero en algún momento va a necesitar saber sobre Aylin, su nieta. –Lo observo fijo y desanimado-.

-Mi hija tiene 13 años de edad, y nunca llamo para saber sobre ella. ¿Qué cambiaría en unos años más? –Le pregunto desanimado-.

-Si él no cambia su postura, quizás es hora de que vos lo hagas ¿No te parece? –Me pregunta y desvío la mirada-.

-Quizás tengas razón… -Respondo y suspiro profundo-.

-Bueno, cambiando de tema. Estuve hablando con Alfredo, es de público conocimiento que dentro de unos días se jubila. Entonces, vamos a necesitar un nuevo gerente editor.

Estuve pensando que quizás podríamos hacer la selección de forma interna, y no tener que buscarlo por fuera ¿Qué te parece la idea?

-Me parece bien… ¿Tenés a alguien en mente? –Le pregunto, mientras reviso las noticias del día, en mi laptop-.

-No…pero, pensé que podríamos seleccionar de entre los mejores columnistas que tenemos. La mayoría son grandes profesionales, y llevan el periodismo en la sangre. Tenemos mucho material dentro, pero para eso, necesito de tu ayuda y ojo crítico.

-Bien, en ese caso vamos a proponer que realicen una gran investigación, aquella que pueda captar mayor cantidad de atención de los lectores, podrá formar parte de la gerencia de esta editorial. –Le respondo, mientras rasco mi barbilla candado, con mi mano-.

-¡Excelente!- En ese caso, voy a poner manos a la obra. –Se levanta de la silla y me mira-. Prométeme que no vas a ponerte nostálgico de nuevo –Me dice, en modo de regaño-.

Asiento con la cabeza y él sonríe. Luego sale de la oficina, mientras que yo me concentro en leer las notas que irán en el día de hoy en nuestro blog personal de la revista ASK.

 

[1] Te extraño mucho, hermana.




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