El beso de la libélula

Capitulo 11

LAIA SALERNO

Estoy sentada en el sillón de un cuerpo, en mi cuarto. Mientras observo por la ventana, como las gotas de la lluvia impactan en el vidrio. Mi mirada perdida, y mis ojos hinchados de tanto llorar.

Le pedí a Thomas que lleve a Elián al cine, quería ver una película de artes marciales. Yo puse la excusa del trabajo, pero en realidad no podía acompañarlos, ya que, estoy destruida por lo que sucedió por la tarde.

Las lágrimas ruedan por mis mejillas, me las seco con ira en mis ojos. Por la tarde había hablado con mi abogada, quedamos que la próxima semana vaya a verla.

Sentía un dolor en mi pecho, apenas podía respirar. Félix estaba echado junto a mí, a su modo intentaba consolarme.

Seco mis lágrimas, me siento en la cama, y pongo la laptop en mi regazo e intento retomar la noticia que tenía en mente, pero termino eliminando lo que escribí hasta ayer. Entonces, respiro profundo, y comienzo a pensar.

Hasta que una idea viene a mí, la mejor manera de hacer terapia y desechar lo que te hace daño, es plasmándolo por escrito.

Entonces comienzo a hablar sobre la situación que pasan muchos niños y adolescentes, debido a la tiranía de la separación; como también las diferencias y desamor por parte de los padres. Entre lágrimas comienzo a escribir.

Félix se sube a la cama y se recuesta pegado a mi pierna. Lo acaricio y lame mis dedos. Luego comienzo a buscar información, para respaldar mi noticia.

Despierto a la madrugada, tengo mi laptop encendida. Me saco el anteojo de descanso. Bostezo, reviso mi redacción, luego cierro la notebook y me levanto de la cama. Félix roncaba en la cama, lo acaricio en dormido y sonrío.

Reviso la habitación de Elián, y está durmiendo. Thomas esta con él, parece que se quedaron dormidos jugando con la play.

Zigzagueo mi cabeza, luego levanto a mi hermano. Le saco las zapatillas a mi hijo, y lo tapo.

Thomas se levanta como sonámbulo y se choca con el borde de la puerta, pega un grito, se refriega y luego se mete en su habitación.

Le doy un beso en la frente a Elián, y entre sueños me dice:

-Te amo má… -Se da vuelta y se tapa con la sabana-.

Siento un nudo en mi garganta, muerdo mis labios, respiro profundo y con un hilo de voz respondo.

-Yo también te amo hijo… -Acarició su cabeza, mientras mis ojos se humedecen-

Salgo de la habitación y me quedo apoyada en la puerta. Cierro y abro mis ojos a la vez, mientras mi pecho sube y baja incesante.

Al otro día me levanto temprano. Por suerte había terminado mi nota, estaba feliz por eso. Pase toda la noche escribiendo, apenas dormí, estaba muy inspirada. Prepare el desayuno temprano.

Mi hermano trabajaba por la tarde, así que, se levantó temprano, se refregaba sus ojos con ambas manos.

-¡Buen día Thomy! –Lo saludo y le sirvo un poco de té en su taza-.

-¡Buen día hermanita! –Me saluda, se sienta y noto un moretón en su frente-.

-¿Te duele? –Toco el golpe y él se queja-.

-Un poco, estaba dormido ayer y me choque con la pared. –Sonreímos juntos y le doy un beso en la mejilla-.

Me siento, mientras unto mi tostada con mermelada de arándanos. Me lo meto en la boca, y luego reviso mi celular. Mi pequeño adolescente se levanta aún dormido. Me da un beso en la mejilla y se sienta a desayunar.

-¡Buen día a ambos! –Dice con su humor Leonino matutino-.

-¿Qué tal estuvo la película? –Les pregunto, mientras bebo un sorbo de té de mi taza-.

-Buenísima, ya quiero que hagan la segunda parte. –Me responde emocionado Elián-. El martes me voy a sentir como el protagonista principal, en el torneo de karate. –Termina de hablar, mientras bebe un poco de su té con leche-.

-Menos mal que ese día tengo franco, no me perdería a la rencarnación de bruce lee en su torneo de pelea –Responde Thomas, mientras hace una toma con sus manos-.

-Bruce lee hacia todo tipo de artes marciales, es el padre de las artes marciales. –Responde, mientras come una tostada con Nutella-. ¿Vas a venir a verme, mamá?

-Sí, ya pedí el día en el trabajo. Sabes que no me pierdo esas cosas, aunque sufro mucho viendo cómo te golpean. –Le respondo y él sonríe-.

-Eso era cuando aún era un niño, ahora soy un adolescente, tengo más fuerza y habilidades mamá, no tenes nada por lo que preocuparte. –Me responde, con una sonrisa-.

-Además va a estar sentada en primera fila Bianca –Elián baja la cabeza con vergüenza-.

-¿Quién es Bianca? –Pregunto seria-.

-Es la novia de tu hijo, tu nuera –Me responde entre risas Thomas-.

-¿Eso es cierto? –Pregunto enarcando una ceja a Elián-.

-Mamá, soy grande y tengo derecho a tener novia –Me responde, encogiéndose de hombros-.

-¿Desde cuándo salís con esta chica? –Le pregunto, mientras bebo un sorbo de mi te-.




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