El beso de la libélula

Capitulo 12

ADEM SADIK

Me levanto temprano y salgo a correr; aprovecho que hoy no trabajo, ya que, es sábado. Voy concentrado con mis auriculares, dejando que mi mente vuele mientras escucho: Courage to change, de Sia. Las gotas de sudor recorren por mi sien. Mientras que tomo bocanadas de aire; aún el sol no se puso del todo, con lo cual tengo más tiempo para aprovechar. En cuanto salga el sol en todo su esplendor, entonces me derretiré de calor.

Me detengo, apoyo mis manos en mis rodillas y respiro con la boca abierta. Limpio las gotas de sudor con mis manos. El parque está aún vacío, solo se puede divisar algunos corredores matutinos como yo.

Me siento en unos de los bancos de la plaza, y luego bebo mi batido energético del día. Segundos después, emprendo la vuelta a mi casa; corro 10 cuadras y llego a mi dulce morada.

Entro despacio, evito hacer ruido, mis mujeres aún estaban durmiendo. Los fines de semanas suelen dormir hasta tarde. Soy el único obsesivo que se levanta temprano para hacer mi oración y actividad física.

Subo por las escaleras hasta mi habitación, India aún sigue durmiendo. Entro al baño, me desprendo de mis ropas, y luego me meto a la ducha.

Media hora después salgo del baño, tengo puesta una toalla aferrada a mi cintura, y mi torso desnudo. Me seco el pelo con una toalla. Me dirijo hacia el guardarropa. Pero cuando estoy a punto de ingresar, siento que el teléfono de India suena. Me acerco a la mesita de luz, agarro el teléfono y observo en el visor el nombre de un hombre.

-¿Quién es Ángel? –Atiendo el teléfono, curioso-. ¡Hola! –Del otro lado me cortan al escuchar mi voz-.

Me quedo pensando, mi frente se arruga. Mi semblante se torna serio, dejo el celular en la mesita de luz, luego observo a India roncar.

Me meto en el guardarropa, que es como una habitación completa. Del lado derecho están mis cosas, mientras que del izquierdo las de India. Elijo ponerme un jean, con una camisa mangas cortas, de color verde pastel.

Salgo de mi habitación, aún preocupado por la llamada misteriosa, y el nombre de ese hombre. Jamás le hice una escena de celos a India, porque no me había dado motivos, y tampoco revise nunca su celular, y ella el mío.

Siempre tuvimos respeto y confianza hacia el otro; pero esta vez, tuve que contestar su celular, y sentí curiosidad de saber quién puede ser ese hombre. Conozco a todos sus amigos, pero este era nuevo.

Bajo por las escaleras, me meto en la cocina. Comienzo a preparar el desayuno. Una hora después, ya está todo listo, y servido en la mesa. India baja, aún con su pijama; mientras que mi hija, se había esmerado en su vestimenta. Venía con el celular en mano, revisando sus videos de tik tok.

-¡Buen día, [1]baba! –Me saluda con un beso en la mejilla y un abrazo-

-¡Buen día [2]askim! –Le respondo; ella sonríe y se sienta junto a mí en la mesa-.

-¡Buen día amor! –Me responde India-.  

Me da un beso corto en los labios y luego se sienta. La observo fijo, pero evito tocar el tema de la llamada, al menos hasta que Aylin suba a su habitación.

-¡Que rico, hiciste menemen! –Dice Aylin. Y corta un pedazo de pan y lo unta en los huevos revueltos de la sartén-.

Extrañaba desayunar con menemen. –Mete en la boca el pan y lo disfruta-

-Cuando quieras me pedís y te lo hago amor –Le respondo. Ella sonríe y le devuelvo la sonrisa-.

Comenzamos a desayunar, mientras que observo a India revisar inquieta su celular.

Apenas cruza miradas conmigo, lo que me pone aún más incómodo, y me intriga a la vez.

-Ya termine de desayunar, todo estuvo riquísimo como siempre baba. –Se levanta de la mesa-.

-Me voy a ir a preparar, quiero estar esplendida para ir al recital de mi artista favorito-.

Asiento con la cabeza y sale corriendo, se pierde por las escaleras. Entonces me centro en mi esposa.

-¿Quién es Ángel? –Le pregunto; ella se ahoga con un poco de té-.

-¿No se dé qué me estás hablando? –Me responde nerviosa. Luego seca su ropa con una servilleta-.

-India, nosotros no tenemos secretos o al menos quiero creer eso.

Me gustaría que confiaras en mí, y me comentaras quien es Ángel. –Le respondo serio; mientras bebo lo que queda mi té-.

-Ah… ahora me acorde. Ángel, es un profesor de canto, que me recomendó Lara. Me dijo que es uno de los mejores, aunque cobra un poco caro, pero que lo valía. Entonces…le dije que le pasara mi número, que me llamara cuando pudiera y arreglábamos el valor de la cuota. –Desvía la mirada, inquieta-. Perdón, por no haberte avisado, pero se me paso.

-No me pidas perdón, sos dueña de manejarte como queres, pero lo único que te pido, es que confíes en mí, y me incluyas en tus decisiones.

Sabes que no me meto, pero quiero estar enterado de todo, por si necesitas algo. –Ella me mira y asiente-.

Si queres podes decirle que venga a la casa, así nos conocemos y no vuelve a cortarme el teléfono. –Ella me fulmina con la mirada-.




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