LAIA SALERNO
Estaba recostada en mi cama leyendo un libro. Pensando en todo lo que pase hoy en el trabajo. Como también la charla que tuve con mi hijo, pensé que sería más duro, pero mi Elián me demostró que es más fuerte de lo que imaginaba. Incluso, lo es por los dos.
Siento que la puerta de la habitación se abre, lo siguiente que veo es la figura de mi adolescente, entrar por la puerta.
-¿Puedo dormir con vos hoy? –Me pregunta; asiento con la cabeza-.
-¿Qué pasó? ¿Viste alguna película de terror y te dio miedo? –Le pregunto, mientras se mete en mi cama y se recuesta junto a mí-.
-No, estoy muy ansioso por la pelea de mañana. Necesito de tus palabras, y tus abrazos para calmarme. –Me responde; dejo el libro en la mesita de luz, y me saco los anteojos de descanso-.
-Aun sos mi bebe, aunque digas que sos grande. –Me recuesto y nos miramos frente a frente-. ¿Te sentís bien? –Le pregunto, mientras acaricio su pelo con mis dedos-.
-Sí, lo estoy. No quiero que te preocupes por la conversación de la tarde. Entendí que esto es un capricho de mi padre, que quizás le tenga que dar una nueva oportunidad, y si resulta desastrosa como siempre, entonces comprenderá que no debe volver a molestarme. –Suspiro profundo, y acaricio su mejilla-.
-No quiero que te sientas forzado a nada, solo quiero que trates de pasar tu adolescencia lo más normal posible, sin preocupaciones, ni tristezas. –Mis ojos se humedecen, el acaricia mis mejillas-.
-No quiero que llores, y menos por mi padre; bastante pasaste hoy en el trabajo, para sumarte una carga más. –Me responde, y besa mi nariz cariñosamente-.
-Sos tan dulce y valiente hijo, que eso me emociona por completo. –Beso su frente y lo abrazo-.
-Será porque tengo la mejor madre que me pudo haber tocado. –Beso su cabeza y lo aferro a mi cuerpo, como una especie de protección-.
-Y yo tengo el mejor hijo de todo el mundo; aunque, un poco rebelde y malhumorado, pero el mejor siempre. –Sonreímos los dos al unísono-.
-¿Mañana vas a ir a verme? –Me pregunta, mientras se aferra a mi cuerpo-.
-Sí, jamás me lo perdería. –Le respondo-.
Apago el velador, nos acomodamos y duermo abrazado al ser que más amo, mi hijo.
Al otro día, llego temprano al trabajo. Comienzo a supervisar y coordinar las notas que serán subidas en el día de hoy. No quiero margen de error y tener que soportar las críticas del imbécil de Sr. Sadik.
Ana y Manuel me saludaron, pero no entraron a mi oficina. Solo me dejaron el café y dos medialunas para el desayuno.
Después de desayunar, cito a una de la columnista de la sección económica, para debatir y conversar acerca de su escrito. Encontré algunas falencias, y quería transmitírselas, para tener todo al día antes de enviarlo a los directores.
Esmeralda Pauls ingresa, con un semblante descontento por mi presencia como gerente. Se sienta de mala gana y me mira desafiante.
-Me mandaste a llamar ¿Qué necesitabas hablar conmigo? –Me pregunta irónica-.
-Primero: ¡Hola! –Ella me mira mal-. Ahora sí, voy a explicarte el motivo por el cuál te pedí que vinieras a mi oficina. –Ella suspira profundo, y maldice por lo bajo-
-Esmeralda, me gustaría que me vieras como una compañera; aquella que trabajaba a dos boxes continúos al tuyo. La que tenía el mismo ritmo laboral, y trataba de no meterse con nadie; hacía su trabajo y se iba. –Ella me mira desafiante-.Yo no recuerdo haberte hecho nada, para que te comportaras de esta forma descortés conmigo. –Ella sonríe por lo bajo-.
-No tengo ningún problema con vos Laia, más bien estoy disconforme con que fueras la gerente de esta editorial. –La miro seria-.
-¿Por qué disconforme? –Le pregunto, molesta-.
-Porque considero que no tenes las condiciones necesarias para estar sentada en este lugar. El cual termina dejándote chiquita, desdibujada; Aldana merecía quedarse con el puesto, lleva 10 años en esta empresa. Pero sin embargo, los directivos decidieron elegirte a vos. Aunque, en realidad quien lo hizo fue Mariano Garzón; porque Adem no te quería como gerente. –Sonríe irónica, lo que termina de cabrearme por completo-
-¿De dónde sacaste todo ese puterio, Esmeralda? –Le pregunto molesta-.
-No voy a develar las fuentes, pero son 100% confiables. Él Sr. Sadik se reunió con Aldana, y le manifestó su deseo de que fuera ella quien se quedara con el puesto, por eso la sorpresa al verte a vos.
Está visto que debes haber sobornado al Sr. Garzón, para quedarte con el puesto. –Golpeo mi puño en la mesa, y ella se sobresalta-
-¡Ya fue suficiente de chusmerío! –Ella me mira seria-.No quiero que vuelvas a decir que obtuve mi puesto por algún acomodo.
Yo solo hice lo que me indicaron, y trabaje muy duro como todo ustedes. Si tenes dudas con respecto a la elección de los directivos, entonces deberías subir y preguntarle al Sr. Garzón cuales fueron los motivos por el cual me eligió para este puesto. –Me mira asustada, porque mi rostro se transformó-.Ahora nos vamos a concentrar sobre lo que nos importa, el trabajo.
Editado: 19.11.2021