El beso de la libélula

Capitulo 22

ADEM SADIK

Apenas pude prestar atención al trabajo, en un abrir y cerrar de ojos se me había pasado todo el día. Evite comentarle sobre lo que sucedió al mediodía a Mariano, hasta tanto no sepa bien quién es ese hombre, y el lugar que ocupa en la vida de mi esposa.

Llego a mi casa molesto, no alcanzo a cerrar la puerta, que India se pone en frente de mí, evitando que avance. Con sus brazos cruzados, molesta.

-No te preocupes por Aylin, la lleve a la casa de una de sus amigas, hasta que podamos hablar sobre lo que paso por la mañana. –Me responde; me cede el paso, dejo mis cosas en el sillón y luego la miro-.

-Te escucho –Le respondo cortante y con mi mirada fija en ella-.

-Ángel no es mi amante, hoy fue la primera vez que nos encontramos, y la idea era conocernos para ver si podía o no trabajar con él.

Sabes que intento volver a la música, pero me es difícil, porque la abandone hace un tiempo atrás. –Me responde seria-.

-Para ser la primera vez que se veían, había mucha confianza. –Ella abre los ojos como plato-.

Si, vi cómo te tomaba de la cintura, y después como jugaba con los mechones de tu pelo. ¿No te parece raro que alguien que recién se conoce tenga tanta confianza? –Le pregunto cortante y molesto-.

-No me di cuenta de lo que me estás diciendo, de hacerlo lo hubiera ubicado en cuestión de segundos. –Intenta acercarse a mí, y la rechazo-.

Amor, no te estoy mintiendo, entre nosotros no pasa nada. Apenas lo conozco, pero podes quedarte tranquilo, ya que, jamás trabajare con él. –Sonrío por lo bajo nervioso-.

-No estas siendo sincera conmigo India, y eso es lo que más me duele de todo. –Le respondo y me siento en el respaldo del sillón-.

-¿Qué es lo que queres que te diga para que me creas? –Furiosa me responde-. ¿Acaso no crees nada de lo que te estoy diciendo? ¿No me tenes confianza?

-India, vi tres cosas sospechosas girando alrededor de este tal Ángel. La primera, llamar un sábado por la mañana, con tanta confianza, para no conocerse bien.

Luego cortar cuando escucha mi voz; seguido a esto, tu comportamiento cuando te lo pregunte. Y como si fuera poco, te veo con ese hombre, en nuestro lugar favorito, con tanta confianza y soltura.

Lo cual me hace pensar que quizás se conozcan de antes, y me lo estas ocultando. –La miro fijo a los ojos-. Y si, no te creo.

-Me duele que no me creas –Caen lágrimas de sus ojos-. Nunca te fui infiel en toda mi vida, siempre me dedique a cuidar de nuestra hija, postergando mis sueños, solo para que vos pudieras lograrlo, y ahora me pagas así. Eso es injusto de tu parte Adem. –Me responde ofendida-.

-Yo jamás te pedí que te olvidaras de tus sueños, siempre te alenté para que siguieras intentándolo. Tampoco te prohibí que dejaras atrás tus sueños para que yo cumpliera los míos.

Te recuerdo que deje a mis padres en Turquía, solo por seguirte. Si eso no es un gesto grande de amor hacía vos, entonces es evidente que me equivoque al elegirte. –Me acerco hacía ella, furioso-.

-Yo no te pedí que dejaras a tu familia, lo hiciste solo. –Me empuja con ambas manos molesta-.

Sin embargo acompañe tu decisión, aun sabiendo que en el fondo me culpabas por no verlos. –La observo sin entender sus palabras-.

-Eso es mentira, y lo sabes bien. Pero no voy a traer viejas heridas del pasado. Ahora la discusión es otra, y te tiene a vos como protagonista. –Ella se da vuelta y evita mirarme-.

-Me lástima que no me creas, admito que me equivoque al ocultarte que me vería con Ángel, pero eso no me hace ser su amante. –Comienza a llorar-.

-Voy a preguntártelo por última vez India, y si aún seguís mintiéndome, entonces esta relación se terminó para siempre. –Se da vuelta y me mira fijo-. ¿Quién es este Ángel en tu vida?

-Es un viejo amigo de la adolescencia, por eso tenemos confianza.

Pero nunca paso nada entre nosotros, te juro por nuestra hija Aylin. –Me responde vulnerable, y poco convincente-.

-Entonces lo conocías, y me mentiste. ¿Tanto te costaba ir con la verdad? –Ella desvía la mirada-.A partir de ahora no más secretos y mentiras, porque de repetirse, te juro, que aunque me duela en el alma, voy a pedirte el divorcio.

Subo rápido por las escaleras, y alcanzo a escuchar un grito de India, y luego ruido de cosas que arroja al suelo. Me meto en la habitación, y luego me dejo caer en la puerta, me siento, llevo mis manos a mi rostro y comienzo a llorar.

Al otro día llego a la oficina. Apenas pude pegar un ojo. Decidí dormir en la habitación de huéspedes. Evite cruzarme con India, solo fui a la habitación de Aylin y le di un beso en la frente.

Me aferraba a mi maletín con fuerza, prefería que hoy fuera un día tranquilo. Porque era como una bomba del tiempo, y en cualquier momento podría explotar. No quería herir a nadie, pero en este caso mi carácter era explosivo.

Me cruzo con Mariano, quien con solo verme me sigue hasta mi oficina. Me conocía demasiado.

Entro a la oficina, saco mi laptop del maletín, luego me siento y respiro hondo.




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