El beso de la libélula

Capitulo 36

LAIA SALERNO

Estaba nerviosa, sobre todo, porque no sabía cómo actuaria cuando volviera a ver a Adem. Desde la última charla que tuvimos, y la cercanía de nuestras bocas, no volví a verlo. Me llamaba la atención su alejamiento ¿acaso está huyendo de mí?

Desestimó esa idea, y bebo un sobro de mi copa de champagne. Entonces observó a todas las mujeres y hombres elegantes que pasan frente de mí.

Agradezco haber ido a comprar este vestido Negro, corto y al cuerpo, con hombros descubierto. Creo que me hacía ver un poco elegante, además de mi peinado. Decidí, peinarme todo para atrás con gel.

Manuel se acerca, esta tan elegante, además cambio su look. Se hizo una cresta en el pelo, además de su elegante traje de tres piezas, de color azul oscuro. A través de sus anteojos, resaltaba sus ojos claros.

Ana viene con él, aferrada a su brazo. El vestido rojo, cortó y al cuerpo, le sentaba de maravilla.

- ¡Hola, amiguita! -Me dice Ana. Luego se cuelga a mi cuello-. ¡Pero que hermosa estás!. Ese vestido negro combina con el look que elegiste en tu pelo.

Te queda esplendido. -Me dice, mientras que agarra una copa de champagne de la bandeja de un mozo-.

- ¡Gracias!, pero ustedes dos no se quedan atrás. Ana, ese vestido te sienta bien, además te da ese toque sexy y elegante a la vez. -Ella me agradece, haciendo un gesto de reverencia hacia mí-. Y vos Manu, estas irreconocible, creo que vas a llamar la atención de muchas por acá -Él sonríe y acomoda su anteojo con vergüenza-

- ¡Muchas gracias!, pero con captar la atención de una, me conformo -Me guiña un ojo y sonreímos los tres al unísono-.

Entonces lo observo ingresar, con su semblante serio. Sus ojos rasgados parecen tristes.

Aylin lo toma de la mano y lo lleva hacia donde se encuentran unas jóvenes, con look excéntricos. Estimo deben ser cantantes del momento. India, cual ave rapiña, no deja de observar a Adem. Como si lo estuviera cuidando de algo o de alguien.

-Si seguís mirándolo así, lo vas a ojear. -Me dice cerca del oído Ana-

-No estoy mirando a nadie…-Le respondo, tímida y nerviosa a la vez-.

-Esta guapísimo con ese traje, te juro que, si no fuera mi jefe, lo encaro de una. -Me responde, mientras bebe lo que queda de su copa-.

-Te va a ser imposible con esa ave rapiña que viene junto a el -Responde Manuel y sonreímos por lo bajo-.

-Pobre Aldana, no va a poder atacarlo, porque está bien custodiado -Dice Ana, y  me señala donde se encuentra Aldana con Esmeralda-.

-No va a perder oportunidad, en cuanto se descuide India, estoy segura de que atacara-Respondo, con molestia-.

-No sé ustedes, pero yo tengo hambre. Me voy a acercar a la mesa de los platos fríos. Enseguida regreso -Dice Manuel y lo perdemos entre la multitud-.

Mariano se acerca con Gaia y su hija Maia. Están tan elegantes vestidos, que parecen celebridades. Como siempre, su esposa me mira de arriba hacia abajo, de una forma descarada.

- ¡Hola, chicas! -Saluda Mariano, con un beso en la mejilla a ambas-.

- ¡Hola Mariano! -Le decimos a coro ambas-.

-Están muy lindas -Dice Gaia, mientras nos saluda a ambas-.

-Yo creo que usted lo está, de hecho, luce como una celebridad más -Le responde Ana, ella sonríe por lo bajo-.

-Que linda… ¡gracias! -Le contesta, con tono falso-.

-Bueno, vamos a saludar a Adem, necesita ayuda, me parece -Dice Mariano, y se marcha-.

Entonces los 3 desaparecen entre la multitud. Hasta que llegan hacia donde se encuentra Adem y su esposa.

Una hora después, entre flashes de fotos a celebridades y políticos. Me hago paso, para ir al baño. Manuel estaba conversando con un jugador de futbol, mientras que Ana estaba cruzando palabras con un cantante del momento.

Yo apenas había cruzado palabras con algunas personas de la fiesta. Pero no era muy sociable que digamos, así que, prefería permanecer en el anonimato.

La cola del baño era larga, como en todos los lugares, siempre se hacía más larga la fila del baño de damas.

Mientras esperaba en la fila, respondía el mensaje de Elián. El cual no quiso asistir, porque es antisocial. Pero, sin embargo, me había encargado que fotografié o le grabase un video de su cantante de trap del momento.

Concentrada con mi teléfono, no me percato de la presencia de un hombre, cerca de mí. Levanto la vista y lo veo. Me pongo nerviosa al verlo, como me contemplaba. Siento vergüenza y sonrío de los nervios.

- ¡Hola, Laia! -Me dice, y me da dos besos en la mejilla, apoyando su mano en mi cintura-.

- ¡Hola, Adem!  ¿Cómo estás? -Le pregunto, y saca la mano de mi cintura-.

-No muy bien, pero tengo que fingir estar bien. -Lo miro sin entender-.

- ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás mal? -Le pregunto curiosa, quería que se abriera para conocerlo más-.

- ¿En serio queres escuchar mis problemas, Laia? -Asiento con la cabeza, el suspira y me mira con sus ojos brillosos-. Mi exesposa intenta reconquistarme, olvidándose que fue quien me engaño. -Respira profundo y sus ojos se humedecen-.




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