El beso de la libélula

Capitulo 41

ADEM SADIK

Me saco el saco, tenía un poco de calor, prendo el aire. Luego respondo algunos mail que llegaron a mi casilla de correo.

Intento no pensar en Laia, y en nada que me pueda hacer mal. Necesitaba sanearme por completo, y la única forma que encontraba para arrancar ese dolor de mi interior, es saliendo, y divirtiéndome con otras mujeres. Mi asistente ingresa por la puerta, y desde allí me habla:

-Adem, el abogado vino a verte ¿lo hago pasar? –Asiento con la cabeza, entonces sale de la oficina-.

Si había algo más que me faltaba, era la presencia del abogado. Eso me traería más problemas de los que quería tener. Odiaba mi vida, y todo lo que paso después del engaño de India.

El abogado ingresa, me saluda y se sienta en frente de mí, deja su maletín a un costado y saca unas documentaciones.

-Te traje los contratos de la demanda de divorcio, para que lo firmes. –Me entrega la documentación, agarro una lapicera, suspiro hondo y luego firmo todos los papeles-.

-¿India puso alguna objeción al fírmalo? –Le pregunto al abogado, mientras me concentro en las firmas-.

-Me comunique con su abogado, y al parecer no firmo muy conforme, pero tuvo algunas exigencias al respecto, las cuales se encuentran enumeradas en las dos últimas fojas. –Asiento con la cabeza y evito mirar lo que exige-. ¿Vas a firmar sin mirar?-Me pregunta el abogado-.

-No me interesa lo que exija, considero que vos lo hiciste por mí, y si vieras algo fuera de mi alcance me lo dirás –El abogado asiente con la cabeza-. Cuanto más rápido termine todo esto, mejor para ambos –Termino de firmar y le entrego las documentaciones-.

-Bien, en unos días podre informarte el régimen de visitas, la pensión de alimentos y pensión compensatoria, la que te hable que estaba descrita en las últimas dos hojas, que se refiere a la conyugue. –Mete todo dentro de su maletín-.

Te mantengo informado cuando el juez dicte la sentencia del divorcio –Se levanta y me da la mano-. No te robo más tiempo, sabes que si necesitas hacerme alguna consulta, podes llamarme –Asiento con la cabeza-.

Acompaño al abogado hasta la salida, y luego camino hacia el ventanal de mi oficina. Pongo mis manos en la cintura, y respiro profundo, siento un vacío, más después de haber firmado la documentación de la separación.

Tenía tantos sueños con India ¿Por qué se comportó así conmigo? –Zigzagueo mi cabeza y mis ojos se humedecen-. Giro mi cabeza, y me encuentro con Mariano, mirándome fijo.

-¿Qué pasó, Mariano? –Le pregunto, y me siento en mi silla-.

-Adem, antes de irme, necesito que seas sincero conmigo –Lo miro sin entender a qué se refiere-.

-¿No entiendo a qué te referís con que sea sincero con vos? –Le pregunto, mientras agarro una pelota de goma y la aprieto con fuerza-.

-Laia, ¿te suena? –Lo miro serio y llevo mi mano a mi barbilla-.

-¿Qué pasa con ella? –Le pregunto, dejo la pelota y masajeo mi sien con ambas manos-.

-Note la tensión que tuvieron hace una hora atrás en la mesa; sin contar tu desprecio y enfado hacia ella. ¿Qué me perdí entre ustedes dos? –Lo miro fijo y él apoya sus manos en la silla-.

-Hay algo que te perdiste, pero tranquilo, porque lo que imagine nunca existió…-Giro mi silla, nervioso-.

-¿Qué pasó entre ustedes, Adem? –Me pregunta curioso-.

-En la fiesta, ella al verme mal, se acercó, conversamos…luego ella, comenzó a bailar bajo la lluvia, me incito a que la siga, lo hice…-Hago una pausa, y luego giro mi silla-.

Nos besamos después de eso; fue muy especial, sentí que me amaba, pero me equivoque, porque después resulto ser que me confundí, y ella, bueno, está enamorada de otro hombre –Me encojo de hombros y Mariano sonríe-. ¿Qué fue lo que te causo gracia?-Le pregunto molesto-.

-Me rio de ustedes dos ¿sabes por qué? –Lo miro sin entender-. Porque se nota que se gustan, y por miedo evitan jugarse por sus sentimientos.

Pero sin dudas, estuviste pésimo en contarle que estuviste con Aldana, su archienemiga de la editorial. –Se sienta y me mira-. Adem, si realmente te gusta, jugátela, no abandones solo porque te mienta, para que te alejes de ella.

-¿Cómo sabes que me está mintiendo? –Le pregunto, mientras siento mi corazón bombear a mil por horas-.

-Es evidente que le afecto lo que le dijiste, si realmente amara a Manuel, como vos decís. Entonces no le debería importar lo que dijiste sobre Aldana, pensalo. –Quedo pensando, con mi mirada pérdida-. Bueno, me tengo que ir, ya sabes cómo es Gaia, necesita tener el control en todo. –Asiento con la cabeza-.

-Amigo, ¡que tengas un buen viaje! –Me levanto y nos abrazamos-.

-Vos prométeme que no vas a seguir Alejando a Laia de tu lado, porque eso te va a ser más daño de lo que pensás. –Palmeo con mi mano su espalda-.

-No te prometo nada, pero intentare llevarme bien… con Laia-Mariano revuelve mi pelo, y yo lo aparto-.

-Ella está enamorada de vos, lo sé, sos el único que no se dio cuenta de eso aún. –Me dice Marino, y luego sonreímos-.




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