El beso de la libélula

Capitulo 47

ADEM SADIK

Estaba furioso y celoso. No podía entender como Laia defendía a ese imbécil, a pesar de que fui el agraviado. ¿Acaso lo amaba demasiado? -Sentía un ardor en mi estómago, como un calor de los nervios-.

Mientras me aferraba al volante con fuerza, recordaba lo que sucedió anoche, y luego me tranquilizaba al rememorar el calor de su cuerpo junto al mío, su abrazo y, dormir juntos toda la noche.

Mis ojos se humedecieron al recordar sus últimas palabras. Mi cuerpo se tensa y solo me concentro en mi venganza con Manuel.

Puede que haya dado el primer golpe, pero no tiene idea con quien se metió, mi golpe sería mucho más letal que el suyo. Mi teléfono suena, pongo en alta voz y del otro lado me responden:

-Adem, soy India. -Revoloteo mis ojos, molesto-. Quería contarte que no tengo idea donde esta nuestra hija -Lo último que escucho me detiene el corazón-.

- ¿Qué? ¿Cómo que no sabes dónde está, Aylin? -Le respondo colérico, mientras me detengo en un costado de la avenida-.

-Me quedé dormida, y para cuando desperté, la busqué por todos lados y no la encontré. -Siento un sollozo del otro lado del teléfono- Llame a todas sus amigas, y nadie sabe nada de ella.

Pensé que quizás…estaría con vos, pero al escucharte, me di cuenta de que no es así. -Me responde, mientras se larga a llorar-. Necesito que vengas a casa, y la busquemos juntos. -Me responde del otro lado-.

-Necesito que te tranquilices, y recuerdes si ella te hablo de ir algún lugar en particular o de verse con algún desconocido. -Le pregunto nervioso, mis manos tiemblan-.

-No…ella desde hace un tiempo está muy callada, sobre todo después de la separación. -Me responde, de mis ojos caen lágrimas-.

-Voy a buscarla por todo el barrio, y si se dé algo te aviso. Necesito que vos hagas lo mismo por tu lado, si estamos juntos nos podemos perder de algún sitio. -Le respondo, entonces del otro lado escucho un silencio-.

-Si le pasa algo…me muero -Responde entre lágrimas-.

-India, necesito que estés lucida, tenemos que encontrar a nuestra hija. Después vamos a hablar sobre tu descuido. -Le corta la llamada-.

Descargo mi ira golpeando con mis manos el volante, mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas. Mi corazón no paraba de palpitar y mis manos de temblar. Me sentía morir por dentro. Necesitaba encontrar a mi hija o de lo contrario estaría muerto en vida. Pongo en marcha el auto y me dirijo rumbo a mi viejo barrio, quizás estaría dando vueltas por ahí.

Recorro todo el barrio, pero no hay rastros de mi hija. A media que pasaban las horas más nervioso y tenso me sentía. La llame más de cien veces al celular y no atiende. Me detengo en una plaza, salgo del auto, tomo bocanadas de aire, mientras intento respirar con normalidad.

Las lágrimas salían de mis ojos como cataratas. Entonces me siento en un banco, y sostengo mi cabeza con ambas manos.

-[1]Babaanne, onu bulmama yardim et… -Digo en voz alta, mientras observo los pies de alguien-.

Levanto la vista, con mis ojos nublados de tanto llorar, y la encuentro. Mi hija estaba con Venus en brazos, mientras me miraba con lastima.

- ¿Por qué le pediste a la abuela que te ayude a encontrar a alguien? ¿A quién estás buscando, baba? -Me dice, sin darse cuenta todo lo que sufrí por ella-.

No lo dudo, y la abrazo, sé que aprieto al perrito, pero no me importaba. Necesitaba sentir el aroma de mi hija, su presencia. La miro y lleno de besos por toda la cara. Ella me mira y sin entender porque estoy haciendo todo eso.

- ¿Qué te pasa, baba? ¿Por qué estás llorando? -Me pregunta, mientras Venus ladra-

- ¿A dónde estabas hija? -Le pregunto, sin aire en los pulmones-.

-Salí a pasear con Venus… ¿Baba, me estas asustando?

-Tu madre me llamo llorando, me dijo que no te encontró en la casa, que saliste sin avisar… -Me aparto de ella y camino nervioso- ¿Por qué hiciste eso, Aylin? ¿Acaso no te diste cuenta de que nos preocuparíamos? -tomo mi cabeza con ambas manos un poco más aliviado- No tenes idea todo lo que sufrí en estos minutos que no sabía nada sobre vos… -Aylin se pone triste y se aferra a Venus-.

-Perdón papá, es que, no quise despertar a mamá y decidí salir a pasear con Venus. Te prometo que no volverá a suceder. -Me abraza con fuerza y la abrazo, un poco más calmado que hoy-.

-No lo vuelvas a hacer hija, casi muero de un infarto al no saber nada de vos. -Le digo, mientras acaricio su rostro con mis manos-.

-[2]Baba, seni ozledim -El escuchar de mi hija, el ser que más amo que me extraña se me parte el corazón en mil pedazos-.

-[3]Ben de seni cokozledim, kizim-Le respondo, mientras beso su frente con mucho cariño-. Quiero que pienses a donde te gustaría ir de vacaciones, así vamos juntos este verano ¿te gusta la idea? -Ella asiente con la cabeza-.

-Sí, me gusta la idea. Pero sabes que me gustaría que fuéramos los tres, como antes. -Me responde, y eso me lastima aún más-.




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