El beso de la libélula

Capitulo 56

LAIA SALERNO

Llego a mi casa, después de un largo día. No sé cómo pude aguantar tanto tiempo dentro de la editorial, más después de ver todas las miradas burlonas y acusadoras de mis compañeros de trabajo.

Mariano logro silenciarlos, pero no pudo controlar las expresiones, las cuales a veces duelen más que las palabras.

Decidí silenciar mi celular, no tenía ánimos para contestar a nadie. Agradecía haber podido descargarme con Ana, y mi amigo Manuel.

Por suerte solo fue un simple golpe, y no hubo fracturas. Y lo mejor aún, es que, Adem no vino en todo el día.

Me descalzo, mientras acaricio a Félix. Me siento en cuclillas y lo lleno de besos. Félix lengüeteaba mi cara, y por unos segundos me sentía calmada.

Pero todo se esfuma, cuando veo a mi hijo, parado en frente de mí, con su rostro serio, sus brazos cruzados, y mirada acusadora.

-Elián, no tengo ánimos para hablar. -Le respondo. Me levanto del piso y me dirijo al sillón, desplomándome por completo-.

-¿Por qué esa puta revista te acusa de ser la amante de Adem? -Lo fulminó con la mirada-.

-¿Qué formas son esas de hablar? -Le respondo, frunciendo el ceño-.

-Mamá, solo quiero que me respondas la pregunta, por favor. -Desvío mi mirada y suspiro profundo-. ¿Acaso es cierto? Digo, ¿vos y Adem, eran amantes? -Lo miro fijo a los ojos-.

-No era su amante, somos compañeros de trabajo. Pero no voy a mentirte, después de la sentencia del divorcio, si hubo algo entre nosotros.

Pero no sé cómo lo supo su exmujer, porque siempre lo mantuvimos en secreto. -Sostengo mi cabeza con ambas manos, con mi mirada fija en el piso-.

-Entonces… ¿todo este tiempo me estuviste mintiendo? -Levanto la vista y mis ojos se humedecen-.

-No, no te mentí. No queríamos decirlo, hasta que las aguas se calmen, pero parece que mi técnica no funciono. Pero eso no fue lo peor… -Respondo con lágrimas en mis ojos-.

-Lo sé, leí toda la maldita nota. Su exmujer está embarazada de él. -Asiento con la cabeza, exhausta y cansada-. Mamá… ¿estás enamorada de Adem? -Me pregunta, al momento que se sienta junto a mí-.

-Hijo, por favor…no quiero seguir hablando de Adem, por lo que reste de mi vida. -Le respondo, entonces él se pone tenso-.

-No hace falta que me respondas, lo sospeche desde un principio, y además, Bianca termino por confirmármelo la noche de la cena entre los cuatros. -Lo miro, mientras seco mis lágrimas-. Lo que me da bronca, es que te haga sufrir. Pero esto no va a quedar así… -Lo veo furioso y molesto-

-Elián, mi amor. Lo menos que necesito ahora, es más problemas de los que ya tengo. Entiendo que quieras ayudarme, y te lo agradezco, pero te voy a pedir que te mantengas alejado de todo esto. No quiero que salgas lastimado por mi culpa. -Acaricio su rostro con mi mano-.

-Soy hijo de Laia Salerno, así que, como sabrás no podrás detenerme. -Me responde, encogiéndose de hombros-.

-¿Sabes cómo me podes ayudar? -Él me mira atento-. Dándome un abrazo, lo necesito tanto hijo-

Entonces él me abraza, me aferro al ser que más amo en este mundo. Mientras las lágrimas caen de mis ojos. Por unos segundos, me quedo así, mientras el acaricia mi pelo. Lo amo tanto, y necesito mucho en este momento.

-¿Quién será? ¿Acaso será, Adem? -Me dice mi hijo, con ira en sus ojos-.

Entonces lo detengo, y voy a abrir la puerta. El me sigue por detrás. Tomo bocanadas de aire, cuando me siento un poco más segura abro la puerta. Lo siguiente que ven mis ojos me deja perpleja.

La presencia de India y su hija, me sorprende. No tenía idea como había averiguado mi domicilio, a no ser que me haya seguido. Su mirada era penetrante y acechante. Su hija me fulminaba con la mirada, mientras se aferraba al brazo de su madre.

-India… ¿Qué estás haciendo en mi casa? -Le pregunto, aun confundida-.

-Aylin, amor, esta es la mujer por la cual tu padre me abandono, y negó a tu hermano. -Me señala con el dedo, mientras su hija me mira con odio, entre lágrimas-.

-Eso... eso no es cierto Aylin. -Fulmino con la mirada a India- Esto que estás haciendo no está bien. -Ella seca sus lágrimas- ¿Adem está enterado de esto? -Ella me mira de arriba hacia abajo y pasa a mi casa empujándome, con su hija-.

Mi hijo la observa fijo, y le indico que no se meta. Entonces se mantiene al margen. Pero atengo a India y su hija, por si tuvieran alguna reacción contra mí.

-India, te voy a pedir por favor que te vayas de mi casa. No tengo nada que ver con tus acusaciones, y las cosas intimas la deben realizar entre adultos, sin niños de por medio. -Ella mi mira de una forma provocante-.

-No te hagas la desentendida, porque sabes muy bien que te encontrabas a escondidas con Adem. Incluso dentro de la oficina, de una forma descarada.

Pero no puedo esperar más de vos, porque es obvio que lo hiciste para conseguir un puesto. -Aprieto mis puños con fuerza conteniendo mi rabia-.

-Elián, hijo, llevarías a Aylin a la cocina, necesito hablar con su madre a solas. -Cuando Elián, asiente con la cabeza e intenta llevarse, su madre se pone en el medio-.




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