LAIA SALERNO
Después de tatuarme en la muñeca, la frase: Soltar no es decir adiós, si nó gracias; junto a dos pajaritos volando de color negro. Acaricio la zona del tatuaje, aun hinchada, y con un film por encima.
Me encuentro esperando, sentada que llegue Manuel y Ana con el menú que elegimos para almorzar. Entonces los veo llegar, con las bandejas. Intento ayudarlos, pero me dicen que no. Entonces me vuelvo a sentar.
Dejan las bandejas con los sándwiches de lomitos, queso, huevo, tomate. Y papas fritas. –Me relamo los labios con solo ver el menú-.
-Chicos, muero de hambre. –Les digo, y agarro uno de los sándwiches-.
-¿Qué onda que tenes tanto hambre? –Pregunta Manuel; mientras me ve comer con desesperación-.
Me encojó de hombros y meto una papa en la boca y el me mira y zigzaguea la cabeza. Yo sonrío por lo bajo, mientras tapo mi boca. Ana moja sus papas en la salsa de cheddar.
-Ese tatuaje está buenísimo… ¿Qué les pareció el mío? –Dice Ana, mientras mete dos papas en su boca-.
-A mí me encantó –Le respondo, mientras seco mi boca con una servilleta-
-Yo creo que está buenísimo, solo que no está muy a la vista. –Dice Manuel, mientras muerde un pedazo de su sándwich-.
-Eso es cierto… -Le respondo, con mi boca llena-.
-Por eso me lo hice, para que solo lo vean las personas especiales. –Nos guiña un ojo y Manuel revolotea sus ojos de un lado para el otro-.
-El gato que te hiciste en la nuca está buenísimo. –Le respondo; mientras bebo mi gaseosa-.
-¡Gracias, amor! –Besa mi mano, y yo sonrío-. Es mi gato, el cual amo mucho. –Bebe un sorbo de su gaseosa-.
-Lo positivo de todo esto, es que nuestra amiga pego cambio de look, y encima se hizo un tatuaje, matando su pasado para siempre. –Bajo mi cabeza y juego con una papa, en la salsa-.
-Olvídate de ese imbécil Lai… haceme caso, no vale ni una lagrima tuya. –Me dice Manuel, mientras que Ana lo fulmina con la mirada-.
-Tiene razón, tengo que dejar mi pasado atrás y volver a empezar. A partir de hoy, va a nacer una Laia más suelta y diferente que la de antes. –Ana choca la mano conmigo-.
-Eso me gusto… -Dice Ana; mientras Manuel, suspira molesto-. Yo lo que creo, es que deberías bajarte la aplicación de citas, con eso vas a pasarla bien.
Quizás de tanto probar, encuentres al amor de tu vida. –Me dice, mientras muerde un trozo de su sándwich-.
-Laia no es así. No la influyas para que actué como vos; estoy seguro que no se va a sentir cómoda intimando con diferentes hombres. –Dice Manuel; mientras come una papa frita, serio-.
-No seas celoso; Laia te ve como a un amigo, y deberías dejar que sea feliz. Solo así va a quitarse de la cabeza a Adem. –Manuel la fulmina con la mirada y yo hablo-
-Ella tiene razón, tengo que comenzar a divertirme. Tuve dos grandes disoluciones en mi vida, y no pienso engancharme con nadie más. Voy a hacerte caso, y bajare esa aplicación de citas que me aconsejaste Ana. –Le digo, saco mi celular y Ana se acerca a mí-.
-Dame tu celular, yo te bajo la aplicación. –Se lo entrego, y ella se concentra en bajar la aplicación-.
-No sé si sabias que se peleó con su novio de un mes, y ahora sigue viéndose con diferentes hombres en esa aplicación. –Me dice Manuel; Ana sonríe burlándose de él-.
-Sos tan aburrido Manuel, deberías cambiar un poco. Si te animaras a bajar esa aplicación, estarías más contento, haceme caso. –Ana sonríe y yo hago lo mismo-.
-No necesito esa aplicación, puedo conseguir por mis propios medios lo que quiero. –Ana le saca la lengua y el desvía su mirada-.
-Ya te descargue la aplicación –Me entrega el celular-.
-¿Cómo es esto? –Le pregunto; entonces ella me indica-.
-Vas a ver un montón de fotos, solo tenes que likear alguna, y si esa persona hace lo mismo, entonces ya tenes una cita. –Me dice, luego bebe un sorbo de su gaseosa-
-¿Así de fácil? –Le pregunto, mientras meto una papa en mi boca-.
-Así de fácil…-Entonces comienzo a buscar fotos-.
Mientras ellos comen, yo aprovecho para revisar todas las fotos. Hasta que encuentro uno que me pareció interesante, le doy like. Y en cuestión de segundos me da Like.
-¡Me pusó like! –Le digo, un poco eufórica-.
Ana se acerca a mirar, y me da el ok. Manuel deja de comer, parece que no le gustó mucho la idea de que tenga una nueva conquista.
-Me dijo que le gusta mi foto… -Pienso y luego miro a Ana- ¿Qué foto pusiste de perfil? –Ana sonríe por lo bajo-.
-Una que estas muy sexy –La codeo, y ella sonríe-.
Entonces comienzo a interactuar con este muchacho. Un morocho, de ojos marrones. Es abogado, y además le gusta hacer deporte y los animales. Se llama Iván Solana.
Llego a casa, me descalzo. Félix me salta, lo alzo y lleno de besos. Lengüetea mi rostro. Luego lo bajo. Me meto a mi habitación, y me dejo caer en la cama. Revoto, y luego me hago una bolita. Con mi mirada hacia la nada, me quedo unos segundos así.
Editado: 19.11.2021